Hortensia.

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Geralt confió en su diente de león y lo siguió a donde fuese que el mandase.
No había palabras que explicase cómo funcionaba, solo lo sentía; como si algo tirase de su pecho y lo guiase por el camino correcto.
Así fue como encontró a Ciri vagando por el bosque.

Ese día su pequeño diente de león comenzó a brillar y una extraña sensación se extendió por el cuerpo de Geralt, se sentía nervioso, preocupado, sensaciones que Geralt odiaba, pero si su diente de león lo guiaba hacia ellas el confiaría en él.
Conforme se adentraba al bosque Geralt sentía como todo su interior temblaba de ansiedad por encontrar ese algo, de llegar a aquello que le llamaba; camino por varios minutos que parecieron eternos hasta que la vio.
Una niña de cabello plateado y ojos verdes como la hierba de primavera.

La niña al verlo corrió hacia Geralt abrazándolo con toda la fuerza que le permitían sus delgados brazos, Geralt sintió una profunda paz al tener a la niña en sus brazos y se permitió corresponder el abrazo cerrando sus ojos con fuerza.

Ciri sonrió de esperanza hasta que su mirada cambio a una de confusión.
Rápidamente se separó de Geralt y lo miro directamente a los ojos.

—¿Quién es Jaskier?

Geralt palideció y miro consternado a la niña.

—¿Qué?

—Una mujer te castigo... ¿Por qué?

Geralt empezaba a entrar en pánico cuando la voz de Yennefer lo llamo desde la lejanía.

—¡¿Geralt?! —exclamaba preocupada la voz.

Geralt jamás pensó en que llegaría el día en que se sintiera aliviado de ver a Yennefer. Pero siempre hay una primera vez para todo.

—¡Aquí! —respondió Geralt.

Rápidamente Yennefer corrió hacia Geralt esperando lo peor, gracias a su estúpida conexión Yennefer podía sentir las emociones de Geralt y cuando percibió el miedo y la angustia de Geralt seguido de nada, se preocupó y convoco un portal en ese mismo instante.
Pero grande fue su alivio cuando vio a la niña, algo sucia y maltratada pero viva, jodidamente viva.

Yennefer suspiro de alivio llevándose las manos a la boca.

—La encontraste—susurro Yennefer.

—¿Tu eres Yennefer? —pregunto la niña.

La maga al instante frunció el ceño y miro a Geralt.

—¿Tan rápido le contaste sobre mí?

—No... ella...

—Puedo escucharte—interrumpió la niña—. Tu no dejas de hablar sobre Jaskier.

Yennefer frunció aún más el ceño hasta que pareció comprender lo que ocurría.

—¿Sabes como hace eso? —pregunto Geralt.

—Yo... puedo tener una idea, pero lo mejor seria que vinieran conmigo—indico Yennefer abriendo un portal.

Ciri miro asombrada el portal mientras que Geralt fruncía el ceño.

—Me esforcé para que tu caballo también pueda venir con nosotros—espeto Yennefer poniendo los ojos en blanco—. Ahora cruza, esto me costara una semana.

Geralt apretó la mandíbula, pero accedió tomando las riendas de su yegua, guiándola al portal junto a la niña. De estar en medio de un bosque ahora se encontraban en un gran salón bien amueblado, largas alfombras rojizas se extendían por el suelo de piedra, candelabros y finos muebles adornaban el lugar; al centro se encontraba una gran chimenea que daba calor a todo el lugar, Geralt casi sintió lastima por las personas que mantenían limpio el lugar. Debido a donde estaban antes llenaron todo el suelo de lodo y hojas secas sin contar a Sardinilla.

Patience.-[ Geraskier] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora