12. ❝Confusos Recuerdos❞

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Confusos Recuerdos
❀───❝HUNTER❞───❀

— Maldicion, tenía que ser igual de molesto que el otro —Leiko tomó asiento, enfurruñada, sobre el almohadón que tenía delante— Mejor hubiese ido de nuevo con el pilar de la roca... —Arrepintiéndose tras la decisión ya tomada, recargo sus manos sobre el suelo y movió la cabeza hacia arriba para observar el techo.

En un par de segundo donde el silencio había reinado, el sonido de la puerta deslizable abriéndose hizo que la rubia enderezara la cabeza para observar adentrarse al hombre mayor a ella.

— Parece que sí has venido —Comentó con una arrogante sonrisa—. Aunque me tomaste por sorpresa, esperaba una carta antes —Dijo, cerrando la puerta tras de sí.

— Es una lástima, no hago cartas a nadie —Fue lo que dijo.

— Ya me di cuenta de eso —Uzui la observó con expectante, divertido por los comentarios groseros que la cazadora siempre daba—. Me extraña que apenas vayas en rango Kanoto, estoy seguro que ya...

— No me interesa subir de rango —Lo interrumpió—, y aunque no quiero admitirlo, eres uno de los pocos los cuales puede ayudarme a mejorar —Habló casi de mala gana.

— Después de todo, la respiración de la luz es derivada de la mía —Si antes sonreía, ahora era de oreja a oreja. Invadido por el orgullo y la arrogancia.

Aún sentada encima de sus pies, Leiko hizo una mueca y desvío la vista a la izquierda, pensando en lo que diría.

— Ha... Ha empeorado —Murmuró con la vista afligida, apretando los puños con impotencia. A diferencia de ella, Uzui se mostró serio, cruzando los brazos y recargado su cuerpo sobre la pared del lugar.

— ¿Has podido recordar algo? —Quiso saber.

— ¿Re- Recordar qué? —Tartamudeó, sonando confundida.

Como pudiste olvidarme —La voz de un niño sonó detrás de suyo, y con gran rapidez se volteo a observar atrás.

Leiko llevó una mano a su cabeza, sintiendo malestar e inclusive su temperatura subir.

— ¿Recordar qué? —Exigió respuestas, observando al mayor ahora.

— No puedo decir nada, sólo tu debes recordarlo Leiko. Pero antes, ¿cómo me conociste?

Se quedó perpleja, esta era una de las pocas veces que no tenía respuesta, algo que la molestaba. Con la mano que yacía encima de su cabeza, lanzo su cabello rubio hacía atrás, y quiso hacer memoria, pero todo se volvía en fragmentos borrosos.

— No... No lo sé —Murmuró sin verlo, poniendo una mueca tras decirlo.

Tengen suspiro sin dejar de ver a la ceniza.

— Lo supuse —Dijo—. No han pasado ni cinco años, y no puedes recordarlo ya. Parece que sí has empeorado.

— No quiero admitirlo... No quiero que sea verdad... —Subió la mirada, y sintiendo miedo como rara vez hacia, enfrento los ojos Magenta del adulto, sorprendiéndolo por los afligidos que se veían y lo abierta que estaba siendo— No quiero morir... —Habló en un hilo de voz, temblando— Tal vez, yo... no tenga un objetivó para vivir o alguien que me espere como los demás... pero, no quiero morir —Admitió.

— No lo harás, Leiko —Uzui se acercó, deteniéndose justo delante de ella—. Aún no puedes morir, debes recordar tu objetivó —Él la tomó por los hombros.

— Pero no puedo hacerlo...

— No quieres hacerlo —Corrigió el albino.

❀───❝HUNTER❞───❀

      Se dejó caer por en el suelo, agotada ya sudando por el ejercicio antes hecho. Su vista plateada se quedo en las nubes, con la mente llena de preguntas que rondaban su cabeza.

— Pones la misma mirada que un compañero cuando vez las nubes —El ninja fue quien interrumpió los pensamientos de Leiko—. De hecho, tus ojos son muy parecidos a los de él.

— Entiendo... —Murmuró, respirando con tranquilidad para  calmarse y poder continuar con el entrenamiento.

— Ryōma fue muy suave contigo —Aseguró, soltando una carcajada tras decirlo.

Leiko gruñó tras la palabras del pilar.

— No me equivocaba contigo —Dijo—. Tus habilidades son mejores de lo que eran las mías a tú edad —Admitió.

— ¿Ya ves que soy genial? —Preguntó con orgullo, sonriente.

— En lo absoluto, el joven del que te habló tiene catorce años y ya es pilar —De nuevo, la ceniza se quedó sin habla.

— Imposible...

— Después de todo, es un descendiente del aliento lunar.

Sus orbes del color de la plata ahora estaban posados en el extravagante pilar del sonido.

— ¿Descendiente del aliento lunar? —Preguntó la rubia—... Siento que lo he escuchado antes.

— Leiko, ahora que lo pienso, cuando cumplas la mayoría de edad no te gustaría ser la cuarta.

— ¿Cuarta? —Preguntó, con confusión y extrañeza.

— Sí, mi cuarta esposa.

Silenció, Uzui sabía como callar a Leiko y eso había que admitirlo. Otra vez, ella estaba muda, con los labios abiertos pero sin decir nada, procesándolo.

— ¡Leiko-Chan! ¿Te casarías conmigo?

Sus rostro se calentó, pero no por Tengen. Había recordado las palabras de Zenitsu, y no puedo evitar avergonzarse por pensarlo.

— ¡Eres igual a Ryōma! —Exclamó, levantándose de golpe ella— ¡Mujeriego pedófilo!

— ¿Acaso no quieres? Si te has sonrojado —La arrogante y maliciosa mueca enfadaba a la ceniza—. Además, tengo que admitir que el uniforme te sienta bien.

— Ja, todo me queda bien —Aseguró roja, pero sin dejar de estar molesta.

❀───❝HUNTER❞───❀

     Su cuervo de oscuro plumaje graznó mientras baja del cielo. Moviendo sus alas hasta posarse sobre el hombro de la rubia.

— Oyakata-Sama requiere su precenciacaw en la sede —Habló el ave, extrañando a la cazadora por lo dicho.

— ¿Oyakata-Sama? —Se preguntó, dando una suave caricia en la cabeza del cuervo— Tal vez Shinobu le dijo mi estado mi estado de salud —Murmuró, con el ceño levemente fruncido.

— Ahoracaw —Continuó, y al poco tiempo alzo vuelo y se perdió entre la oscuridad del cielo nocturno.

Poco a poco, la silueta de la rubia se alejaba y Uzui observo desde la ventada del edificio de su propiedad como se iba.

— Debes recordar tú objetivo, Sadashi... No Tsugikuni.

 No Tsugikuni

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The Hunter ||「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora