𝑽𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏𝒛𝒂 {𝚉𝚎𝚔𝚎 𝚇 OC}

Capítulo 4

Narrador Omnisciente

—¿No crees que Eren está muy raro ultimamente, Mikasa? —Le preguntaba Armin a su amiga. A partir del último día, no habían parado de ver como Eren había cogido hábitos tales como morderse las uñas, estar hiperactivo, y ese tipo de cosas— ¿Crees que puede ser por aquella chica?

—¿Por qué no le preguntas? —Sugirió Mikasa.

El moreno se estaba acercando a los dos, al lugar donde habían quedado. Habían pasado cuatro días desde las vacaciones, y por causa de su aburrimiento, habían quedado aproximadamente todos los días.

—¡Eren! —El rubio lo llamó, al ver cómo estaba más cerca de ellos.

—Hola, Armin y Mikasa. —Saludó Eren, por fin alcanzándolos— ¿No hace mucho calor?

—Es normal, estamos en Verano. —Respondió Mikasa— Por cierto, Armin te tenía que decir una cosa.

—Oh, sí, cierto. —La mirada de Eren se posó en Armin, atento a lo que le iba a decir— Los dos nos preguntamos que si estás bien últimamente. Como que te vemos demasiado nervioso, ¿sabes?

Eren acaba de saber que se habían dado cuenta de su nerviosismo de estos últimos días, que creía pasaba inadvertido. Estaba demasiado centrado en otras cosas.

—Bueno... Sí, hay algo. —Decidió confesarse con ellos, quienes les escuchaban atentamente— Se acuerdan de aquella chica que me gustaba tanto, ¿no? Pues Zeke irá al festival de verano con ella.

—¿Qué? —dijo Armin.

—¿Cómo? —dijo Mikasa.

Las voces de los dos compañeros sonaron a la vez.

—¿Pero no que Zeke siempre iba con sus amigos y ni siquiera estaba interesado en tener novia? Hasta hay rumores que afirman que es gay. —Armin intentaba comprender la situación.

—Armin, ninguno de los dos entiende lo que le pasa a mi hermano. Nadie lo sabe, de hecho, es demasiado enigmático. —afirmaba Eren.

—¿Y te acabas de dar cuenta? —Preguntó Mikasa con cierta ironía.

Eren sólo le dedicó una extraña mueca.

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—¿Te gusta el café, Armin? —Zeke intentaba ofrecerles hospitalidad a los amigos de su hermano.

—Tengo 16 años, no, gracias. —Respondió Armin, tomar café no parecía entrar dentro de sus planes de esa tarde, además era una bebida que casi no había probado.

—No digas tonterías, yo lo tomaba con 15 años, pequeñajo. —Lo último, aunque fue dicho de forma cariñosa, fue suficiente para que el rubio empezase a querer no estar cerca del hermano mayor, ese tipo de comentarios le molestaban un poco, más viniendo de alguien que no conocía.

Eren se limitaba a mirarle con asco.

—Mikasa, ¿Te he hablado ya de mi lío con el profesor Levi? —Y Zeke seguía hablando de su vida y de café con ironía y sarcasmo, intentando caerles bien a los demás.

—Zeke, no sigas. —le advirtió Eren, quien se esperaba lo peor— Levi es su padre.

—Bueno, no seas tan malpensado Eren, con lío, no me refería ese tipo de lío, si no que sin querer casi se cae por las escaleras por mi culpa. Además, ya sé que es su padre, por eso lo decía.

—Sinceramente, no sé que es peor. —Le dijo Eren. El humor de Zeke era demasiado agrio para sus amigos, y sentía que les robaba tiempo juntos, en cierto grado se arrepentía de haber traído a sus amigos a su casa por el calor que hacía.

—Bueno... —Y decepcionado, Zeke se dio la vuelta y se fue.

—Es muy diferente a como me lo imaginaba. —Reconocía Mikasa, a lo que Armin asintió.

—Es mi día a día. —suspiró Eren— ¿Sabéis? Siempre que he creído que es por culpa de mi tío.

—¿Tu tío Xaver? —Preguntó Armin.

—Sí, así es. —afirmó— Veréis, los dos se llevan bastante bien, a mi no me cae muy bien, la verdad. Pero lo que pasa es que, aunque él viva lejos, cuando viene siempre se tiran todo el día y lo que haga falta juntos. Mi hermano ha dicho varias veces que le gustaría mudarse con él, pero otra cosa es que mi padre lo permita. A lo que iba, que si mi hermano se comporta de la forma que habéis visto es por él, estoy seguro.

—Eren... —Zeke le asustó, haciéndole dar un salto, no se había ido, si no que estaba detrás de él todo el tiempo— ¿Tienes algo en contra de nuestro tío?

—Para nada, —Eren se levantó agresivamente de la silla y miró a los ojos de su hermano mayor— es él el que tiene un problema conmigo. Siempre que viene aquí, trae regalos, y mira la diferente que es que a ti te regaló una televisión de 37 pulgadas además de reformarte el cuarto, y a mi me solo regaló un pijama con estampado de orangutanes

Armin y Mikasa musitaron una risa que, por suerte, no fue escuchada por Eren.

—¿Y no te has puesto a pensar en por qué es eso? —Zeke intentaba contraatacar— Piénsalo, quizás es porque él sabe que yo soy el mejor sobrino y el que se lo merece. Al menos yo no voy por ahí llorando por una chica.

Eren apretó los dientes, ya estaban a nada de volver a meterse en una pelea de hermanos. Armin y Mikasa fueron a separarlos, los dos sabían que podían llegar a ser muy agresivos y no querían que convirtiesen la casa en un extraño puré.

Mikasa separó a Eren de Zeke, mientras que Armin alejó a Zeke de Eren.

—Psch. —se quejó Zeke, mientras daba la vuelta y definitivamente marcharse— No te haces una idea de las ganas que tengo de irme de aquí.

Y dicho eso, se alejó, dejando al trío de amigos solos, hablando de lo que probablemente harían en el festival, o cualquier otra cosa que realmente le importaba poco.

Zeke estaba nervioso por el festival, estos últimos días mariposas revoloteaban por su estómago al pensar en lo que pasaría allí, no podía esperar un par de días más. El pensamiento de la inseguridad de lo que pasaría le estaba matando, porque odiaba que empezaba a sentir curiosidad por aquella chica.