Heart to Heart {KyuKi}

11

CAP 11

—Jin, no, shhh

Atrapa a su niño por las tiras de su jardinero y lo alza en el aire antes de que pueda entrar a su cuarto.

—Quido Ada

—Ada está durmiendo, amor, su cabecita le dolía mucho mucho así que fue a dormir. Debemos dejarlo dormir o se sentirá peor.

Mientras habla en voz baja se lleva a su hijo del pasillo para evitar que siga haciendo ruido y despierte a Kyu Jong.

Después de que había cuidado del alfa se dió cuenta que no podía dejarlo solo, en el tiempo que estuvo en la casa limpiando y ordenando, Kyu Jong se había despertado cuatro veces más gritando y buscando sus botellas de alcohol. En una decisión impulsiva preparó una maleta con ropa para Kyu Jong y empacó todas las cosas que podía llegar a necesitar para después subirlo al auto y llevarlo a su hogar para poder tenerlo vigilado además de que no estuviera solo porque era lo último que necesitaba.

—¿Hagámosle galletas y té verde, te parece?

—Meno peto do haro fodecitas.

—Está bien, tú haces flores y yo hago muñecos de nieve

Deja a su hijo sobre sus piecitos para que corra a la cocina y cierra la pequeña reja de protección que había en el pasillo para evitar que su hijo fuera al pasillo o a los cuartos.

Se muerde el labio mirando hacia el pasillo. Kyu Jong llevaba un día completo durmiendo, había despertado un par de veces por las pesadillas, pero lo había calmado antes de que fuera peor. Había decidido instalar a Kyu Jong en su cuarto y no en el de huéspedes para poder ayudarlo con sus pesadillas y para evitar que asustará a Jin o lo despertara con sus gritos.

—Papi!

—Voy!

Suspira dirigiendo sus pasos hacia la cocina pensando en que hacer, en cómo ayudar a su amigo.

Dejando de lado un momento sus pensamientos se centró en ayudar a su cachorro que había terminado con las mejillas llenas de crema azul, sus manitas pegajosas por el chocolate y su ropa llena de harina.

—Food.

—Pud

—No, mírame, food

Repite lentamente para su cachorro que estaba más entretenido en lamerse las manos. Una pequeña sonrisa cubría su rostro mientras miraba a su pequeño sol, su hermoso bebé.

—Ada!

Deja de mirar a su hijo para ver a Kyu Jong que estaba de pie en la puerta de la cocina con su cabeza cubierta por la capucha de su sudadera y su rostro estaba ligeramente pálido pero las ojeras ya no eran tan monstruosas como hacía unos días.

—Hola Jin, KiKi.

—Ada hire gadetitas e fodetitas.

—De verdad? Seguro que quedaron hermosas.

—Vamos a bañarse, Jin, estás hecho una bola pegajosa.

—Do! Ada badar!

Mira a Kyu Jong que sonríe pero la sonrisa no había llegado a sus ojos. Se acerca a su hijo y le quita el jardinero antes de que Kyu Jong lo tome en brazos para llevarlo al baño.

—Papi do rejo id Ada, rijo de Ada malito.

—Si, bebé, no me sentía muy bien pero Papi me curo. ¿Sabes porque?

—Do.

—Porque tu Papi es mágico.

Una pequeña sonrisa aparece en su rostro cuándo escucha la pequeña charla de su hijo y Kyu Jong, ordena rápidamente la cocina para después ir al cuarto de su cachorro y dejar lista la ropa de su bebé.

Vuelve a la cocina dónde saca las galletas del horno y comienza a ordenar la mesa para que Jin tomará su merienda además de que Kyu Jong comiera algo.

—Papi! Papi!

Se lleva una galleta a la boca bajando la cabeza para ver a su hijo que corría hacia él con su peine de león en la mano, se sienta y con extra suavidad peina los cabellos castaños de su hijo y una sonrisa amplía aparece en su rostro al notar que su ropa estaba perfectamente acomodada.

—Listo, rápido que tu leche está lista. ¡Kyu! ¡Ven aquí!

Señala la silla cuándo ve la cabeza del alfa aparecer por el pasillo.

—Siéntate y come.

—Pero no...

—Te dije que te sentaras.

Habla un poco más firme siendo obedecido por el alfa y su hijo que le saca la lengua a Kyu Jong antes de levantar sus bracitos para que lo ayude a subirse a la silla. A pesar de que su hijo ya tenía cuatro años era más pequeño que los niños de su edad debido a todos sus problemas de salud al igual que su educación iba un paso más atrasada por lo que todavía tropezaba con las palabras y se complicaba entenderle.

—Ada fodecitas, munetito no, du

—Oye! ¡Mis muñequitos de nieve no son feos!

Ataca a su hijo con cosquillas haciéndolo reír a carcajadas antes de que logré escaparse y refugiarse en los brazos de Kyu Jong que tenía una pequeña sonrisa en sus labios, pero está vez sus ojos tenían un ligero brilló.

—Muy bien, entonces, que Ada decida.

—Jin dana!

—¡No, Hong Ki gana!

—¡Do, Papi! ¡Mi danad!

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Gracias por leer.

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