Bakugou, Todoroki ¡fight! (EDITANDO)

9.5K 802 474
                                    


ADVERTENCIA: Capítulo con temas sensibles para algunos lectores, se recomienda discreción.

TW: Abuso sexual, violencia.



Estaba comenzando a cansarse. Todoroki lo miraba como si se estuviera burlando solo con los ojos, y juró que por un momento pudo ver una sonrisita en su rostro.
En sus brazos, Izuku lucía una expresión neutra y acorde al ambiente que los rodeaba. Había reporteros y lo sabía, lo último que deseaba que ocurriese era una pelea lo suficientemente grave para arrebatarle el título de familia honorable a los Bakugou.

Pero Katsuki era otra historia. Ardía por dentro y no sabía el por qué, tal vez fuese que el aroma de Midoriya repentinamente se hubiese tornado más dulce, o el hecho de que el horno con tendencia a refrigerador estuviera queriendo pasarse de listo.
Se repetía una y otra vez que estaba cuidando al pecoso, porque si bien no era su prioridad en esa fiesta, Mitsuki lo iba a dejar sin herencia si algo le pasaba.

Pero muy en el fondo, sabía que algo no estaba bien. Se estaba mostrando excesivamente protector hacia alguien que apenas conocía.
No tenía ningún sentido.
Tener que resignarse a permanecer sentado y observar era tan jodidamente frustrante.

Por su parte, el grupo de amigos miraba con nerviosismo la escena que se presentaba frente a sus ojos. La tensión era palpable, y el ambiente cada vez más pesado. No sabían qué carajos hacer.

- ¿Y si llamamos a Mitsuki? - Preguntó Denki con una mueca concentrada, lo que le hizo creer al resto que en verdad estaba pensando en hacer una tontería de esa magnitud.

- Denki, luz de mis ojos, tendríamos que esconder el cadáver de Todoroki. O mejor, incinerarlo. No hay galletas de animalitos en prisión. - Explicó Kirishima, picando la mejilla de Kaminari al notar su expresión horrorizada.

El resto rodó los ojos, pero estuvo de acuerdo silenciosamente. Si Mitsuki llegaba a ver aquello iba a infartarse y luego resucitar para enterrar a Shoto. O a su hijo, el que estuviera más cerca.
Creería que Katsuki no tomaba acción, y lo cierto es que así era.

Le importaba poco lo que hiciera o no el idiota de Izuku. Si decidía que la paleta bicolor le gustaba no era su problema, él se lo perdía.
Su único deber en esa agradable celebración era presentarlo como su futuro esposo, pero estaba teniendo contratiempos. El principal era, que el novio estaba coqueteándole descaradamente a un tipejo que había conocido hace no más de cinco minutos.

"Y nosotros estamos sentados, esperando a que la tía Todoroki nos saque a bailar. Bravo."

"Cállate de una buena vez, o me iré a la iglesia para pedir un exorcismo."

"¿Piensas que me iré porque un viejo con falda me grite?"

Prefirió no continuar el rumbo que esa extraña discusión mental estaba tomando. Por lo menos ahora estaba consiguiendo que su alfa se relajase un poco. Observar aquel paisaje era hasta cierto punto... ¿doloroso? No lo entendía.
O por lo menos fingía no hacerlo, porque algunas sospechas comenzaban a tomar fuerza.

- Hey, Katsuki. Te veo muy aburrido. ¿Bailamos? - Una voz chillona a sus espaldas lo sobresaltó, distrayéndolo de espiar la velada de la pareja improvisada que eran Shoto y el manojo de nervios con cabello verde.

Se giró irritado, listo para conocer al próximo valiente que llegaba a arruinarle la noche. Pero se llevó una sorpresa al no reconocer el rostro que se le había acercado, al nivel de hacerle preguntarse si sabía la definición de "espacio personal." De paso, ¿cómo sabía su nombre?

Tenía que admitir que era bien parecida, y de cierto modo se le hacía familiar. Cabello dorado, lacio y recogido en dos bucles desordenados. Ese patrón definitivamente era conocido. ¿Ojos rasgados, y de un raro color dorado? No, nunca los había visto. Hizo el enorme esfuerzo de ahondar en sus memorias de la infancia, buscando a alguna pequeña de ojos miel.
Pero no pudo encontrar nada, y eso lo estresó. Odiaba tener que preguntar el nombre de personas que parecían conocerlo, pero si tenía que hacerlo sería discretamente.

Domando al alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora