The devil ~Taekook~

41

─ Jimin─ dije separando mis labios de los suyos─ esto no es correcto, esto no lo es, por favor, no te hagas daño, no me hagas daño─ imploré─ no mereces vivir con un corazón hecho pedazos─ acaricie sus mejillas color carmesí relantizadamente─ te hice mucho daño, te fallé, prometí nunca romperte y lo hice─ las lágrimas comenzaron a caer por mis pómulos mientras nuestras frentes estaban juntas─ soy mi propio demonio Jimin, y tú eres un pequeño ángel que no tiene que arriesgar sus alas por mí, no tienes que arder en el infierno. Mi corazón no es tuyo y ni siquiera es mío, mi maldito corazón le pertenece al hombre que comparte lazos de sangre conmigo─ Jimin tocó suavemente mi mejilla derecha secando mis lágrimas─ mi cuerpo fue corrompido por él, como el tuyo fue corrompido por mí en algún tiempo─ soltó una risita nasal y cerró sus ojos dejando que lágrimas caigan.
─ Te mereces a alguien mucho mejor mi niño─ mis brazos lo atrajeron hacia mí y su cabeza fue sumergida en mi cuello, ese era el final, un final que no iba a ser malo,~ o eso creía~ pero un final después de todo.

─ Déjame besarte por última vez, déjame sentir lo que se siente besar al amor de tu vida, deja que mi corazón vaya deprisa, es mi único deseo talante en este momento, déjame posar mis labios sobre los tuyos y envolver mis brazos por tu cuello. Y te prometo, que luego de eso no volverás a saber de mí, no volverás a verme y si lo haces prometo no levantar la cabeza hacia tu dirección, prometo que ya no habrá un nosotros, juro ~por mi vida~ que de esto no va a quedar nada.

Solo asentí para luego cerrar mis ojos y dejarme llenar con la calidez de sus labios, ese cariño a flor de piel seguía ahí y su alma destrozada tal vez nunca iba a sana ~nunca lo hizo~, envolvió sus brazos por mi cuello y puse mis manos en su cintura, lágrimas sin control alguno caían de sus ojos mientras chasquidos lentos salían de nuestras bocas, mordió mi labio inferior y luego lo lamió.
─ El mayor acto de amor es soltar y dejar ir, y así lo voy a hacer Jungkook, voy a soltarte y dejarte ir, te dejaré ser libre─ susurró contra mis labios y luego dejó un casto beso, separándose de mí y dando media vuelta para marcharse. Marcharse a ese maldito puente, el puente del cuál saltó acabando con su vida.

Mi pequeño ángel.