The devil ~Taekook~

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Cocinar siempre fue tu fuerte, antes no lo hacias mucho y eso era algo de lo que se encargaban las sirvientas, las cuales habian salido de vacaciones hace dos dias, dejándonos una semana para nosotros solos. A pesar de que tú trabajas y yo estaba en el colegio, la casa se mantenía en orden.

─¿Quieres ver tu nuevo auto?─ cuestionaste
─Kim Taehyung, eso no se pregunta─ sonreí y me hiciste un ademan con la mano para que me levante y vaya afuera.
Al salir vi un lindo auto color plata con el techo negro, tenia vidrios polarizados, era tan lindo. Mis ojos brillaban y la sonrisa de mi rostro era imborrable.
─ Jungkook─ llamaste detrás de mí, me di vuelta y lanzaste las llaves del carro, las cuales atrape en el aire. Le saqué el seguro y me subí rápidamente, me mirabas y tus ojos también brillaban, amabas que esté feliz.
Te subiste en el asiento del acompañante y arranqué el motor, haciendolo bramar a propósito, las clases de manejo habian servido de algo.
Dimos unas vueltas por el barrio, el cual era privado asi que nadie nos molestó, era bastante grande asi que pudimos reccorerlo con diversión. Pero no más de la que me ibas a brindar. Cuando tu mano masajeo mi entrepierna me estremecí

─Tú sigue conduciendo─ ordenaste.

Tu mano se dirigió a mi miembro y comenzaste a acariciarlo por sobre la tela del pantalón, gruñi ante eso y te mordiste el labio inferior, intercambiamos miradas por unos segundos y abriste la cremallera de mi pantalón y con un ágil movimiento dejaste mi pene expuesto.
─Mierda Taehyung, ¿qué haces?─ dije con el pulso acelerado
─Bebé, sigue conduciendo─ volviste a ordenar.
Obedecí a tu orden y volví a presionar el acelerador, tu mano al rededor de mi polla se sentia increible. Formé un pequeño arco con la espalda en el momento en que sentí tu humeda lengua dibujar un larga franja en esta. Solté un pequeño jadeo cuando introdujiste toda mi longitud en tu cavidad bucal y mis manos apretaron el volante. Cerré los ojos por un segundo y los volví a abrir cuando la idea de que íbamos en un auto el cual yo conducía me embistió mentalmente.
Sin dar más detalles, chupaste y jugaste con mi miembro mientras por ratos mordias mi cuello.
Cuando me corrí en tu boca apretaste los ojos y tragaste todo, o eso creí.
─ Ven aquí y prueba lo delicioso que eres─ dijiste besandome, frene suavemente el auto, el beso en el cual mi esencia iba de tu boca a la mia se habia vuelto vicioso, el chasquido era tan obsceno que estaba seguro que con solo escucharlo podia volver a correrme, pero terminó cuando tragaste todo rastro de semen.