♣️Choromatsu♣️

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Sostenía la carta, temblorosa y con las manos sudorosas, dudaba si dejarla en el escritorio o salir corriendo antes de que mi profesor llegara mientras que mis amigas vigilaban fuera del salón.

-¡Sólo déjala y vámonos! Puede venir en cualquier momento-
Ante la presión de mis amigas y que alguien pudiera aparecer, dejé la carta y salimos corriendo lo más lejos posible del aula llegando así hasta la cafetería de la escuela.

-No puedo creer que le haya dejado otra carta... Esta es la décima. Que vergüenza-
Pasé mis manos por mi rostro con preocupación, temía ser descubierta y que me expulsaran por querer ligarme a un maestro.

-No te preocupes, el aún no sabe quién las deja-
Sayuri, mi amiga, me abrazó en señal de confianza para que dejara de preocuparme.

-¿Pero y si se entera?, ¡Le contará a mis padres y me irá muy mal!-
Me abracé a mi misma, me aterraba la idea de que algo así pudiera pasar.

-Escucha, estás adelantando los hechos, tienes que relajarte-
Añadió Aiko mientras chateaba en su teléfono para después mirarme.

-Esta fue su idea, no puedo estar tranquila-
Ambas amigas intercambiaron miradas, era cierto, ellas fueron quienes le dieron la idea de dejarle cartas anónimas a su profesor de literatura, Choromatsu. Pero nunca pensaron en que alguna vez se daría cuenta.

-Ehhh... Es mejor que vayamos a comer, las clases empiezan pronto-
Sayuri rió nerviosa caminando con nosotras detrás buscando un lugar donde sentarnos y poder desayunar.

Al terminar, regresamos al aula y notamos que la carta ya no estaba, quería pensar que el conserje la tiró a la basura pero al mismo tiempo habría sido arriesgarme en vano.

Las clases estaban por empezar y los alumnos entraban a sus salones.
La siguiente clase era de literatura, específicamente dos horas, una clase aburrida para la mayoría pero encantadora para mí.
Después de esas dos maravillosas horas era hora de irse a casa, sí, a casa, la última clase era de matemáticas pero el profesor tenía otros asuntos que atender por lo que no tuvimos esa clase.

Comencé a guardar mis libros mientras todos, incluyendo a mis amigas, se marchaban a sus respectivos hogares, no me di cuenta que era la última en irse y Choromatsu tampoco se había ido, de hecho parecía estar esperando algo.

-Nos vemos la siguiente clase, profe-
Estaba a nada de salir del salón hasta que su voz me detuvo.

-____-San, espera-
La voz de mi dulce profesor se escuchaba algo seria por lo que me tensé.

-¿Pasa algo?-
Pregunté sin mirar atrás, sentía su mirada clavada en su nuca y eso me asustaba.

-Quiero hablar contigo, toma asiento-
Finalmente volteé y me senté en una de las sillas que quedaban frente a su escritorio.

-¿Q-qué ocurre?-
Apenas podía articular las palabras que salían de su boca, mi corazón latía muy rápido y apreté mi falda por el miedo.

-Ya sé que eres tú la que me escribe las cartas-
Si estuviera conectada a un monitor de electrocardiogramas ahora mismo estaría produciendo ese horrible pitido indicando que mis signos vitales se detuvieron. Lo miraba con los ojos bien abiertos y comencé a sudar, no sabía que excusa decir o cómo justificar lo que hacía.

-¿Cómo lo-?-

-Revisé tus trabajos y es la misma caligrafía-
Que tonta. Ni siquiera me tomé la molestia de cambiar un poco mi letra para evitar ser descubierta con facilidad. Maldita estúpida.

-Ve-verá... Yo, eh... Es que Sayuri y Aiko me dijeron que... ¿E-está molesto?-
Sentía ganas de llorar, me apenaba bastante que se haya dado cuenta.

-¿Molesto? No, es solo que, nadie se había expresado de una forma romántica así de mí-
Acomodó sus gafas intentando disimular el nerviosismo que sentía en ese momento.

-No le va a decir a mis padres ¿Cierto?-
Pregunté aún con miedo, mis padres son muy estrictos en cuanto al tema de los novios, si se enteraran que me gusta mi profesor me sacarían de la escuela para meterme a un convento de monjas.

-Claro que no, esto es entre los dos-
Se paró de su asiento y se puso enfrente de mí, agachandose para casi quedar a la misma altura.
-Aún eres menor, así que esperemos hasta que cumplas la mayoría de edad ¿Estás de acuerdo?-

-¿Eso quiere decir que... Usted me corresponde? -

Choromatsu soltó una pequeña risa y miro a su alumna a los ojos.
-Por supuesto-

No lo podía creer, mi amor platónico aceptó mis sentimientos, si esto era un sueño no desearía despertar jamás.




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Creo que ahora actualizaré tarde porque en la madrugada es el único momento del día que puedo escribir :')

Recuerden: Si su maestrx les tira los perros (se los intentan ligar pues) repórtenlo nmms que miedo, todo tiene que ser consensuado y mutuo, tampoco se pasen de vrg.
Ustedes tampoco se arriesguen a conquistar a un profe xd puede que esté casado y terminen causando un divorcio JAJAJA.

Esto es ficción y simple contenido, no pretendo romantizar la ped0f1li4.

»𝙰𝚕𝚠𝚊𝚢𝚜 𝚃𝚘𝚐𝚎𝚝𝚑𝚎𝚛 | 𝙾𝚜𝚘𝚖𝚊𝚝𝚜𝚞-𝚂𝚊𝚗« (EN EDICIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora