Frío, vacío, oscuro. Esas palabras describian perfectamente el lugar donde se encontraba.
Otro castigo sin razón la hizo volver a esa celda, donde pasa la mayoría del tiempo y donde sabe que sufrirá.
Alguien entró, no podia reconocer bien quien era por la escasa luz que había allí, pero sacó deducciones y concluyó que era un sombra. Esa idea la aterró, como siempre.
-Sabes que pasa cuando no hacen caso en este laboratorio- el extraño se empezó a acercar lenta y peligrosamente hacia ella, eso provocó que la pequeña temblara un poco.
-No hice nada y lo sabes- se defendió la niña- no es mi culpa que experimentaran mal conmi- dejó de hablar por que el contrario le habia agarrado el rostro con una mano.
-Hicimos bien el experimento, tu eres la mierda que falló en soportarlo- la soltó con fuerza, haciendo que esta caiga hacia atrás y se golpee contra el suelo.
Intentó pararse pero no pudo, el sombra estaba arriba de ella y le sujetó las manos para impedirle a la menor cualquier movimiento.
-Disfrutaré mucho hacerte sufrir- dijo el mayor para seguido dejarle una mordida en el cuello a la pequeña. Sonrió al escuchar el quejido que hizo.
Sólo se escuchaban gritos de dolor, súplicas y el roze del mayor con la menor. Toda la noche llorando para que el contrario parara no fue suficiente. Nadie prestaba atención a los gritos de ayuda. Otro día más que le hacían lo mismo y sabia que no seria el último.
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Estaba sola, sentada en el suelo de su celda. Ya habian pasado varias horas desde lo sucedido, pero el cuerpo le seguia doliendo.
El trato de los sombra y los demas experimentos hacia ella le cansaba. Ya se estaba creyendo lo que habia dicho la sombra, era su culpa ser un error, puesto a que su cuerpo no habia resistido la cantidad de experimentos que le habian hecho. O al menos eso creían todos.
-¿Iara?- un sombra entró a la celda en la que la menor se encontraba. Esta no levantó la mirada.
-¿Y te atreves a venir?- preguntó la menor de pelo tricolor con una voz fria y cortante- no hice nada... Y lo sabias- dijo mientras bajaba un poco la manta que traia puesta, dejando ver las mordidas y cortadas de la noche anterior junto con otras que ya cicatrizaban- me acusaste sin razón, y claro, ellos te creyeron sólo por que me odian y con eso podrian hacerme sufrir más- se tapó el cuerpo con la manta.
El sombra sintió algo de lástima por la niña, pero enseguida recuperó la compostura.
-Se lo que haz hecho y lo que no, tú te merecias ese castigo- respondió firme y serio- si, te traicioné. ¿Qué esperabas de mi? Soy un sombra y no debias confiar en mi- sonrió y se dio media vuelta dispuesto a irse- a mi no me engañas mocosa, se lo que eres y tu también lo sabes -salió de la celda y se fue, la sonrisa desapareció de su rostro. Ni él podia creer lo que habia hecho.
La pequeña no hizo nada. El dolor que sentía en el pecho era más fuerte que el físico.
Se puso a llorar en silencio, lo único que le quedaba se habia ido y ya no sabia que hacer.
Empezó a llorar más fuerte, estaba muy frustrada por lo que pasaba, no creía seguir soportando todo eso.
[1, 2, 3.]
El laboratorio explotó y se podia ver una figura cubierta de blanco elevandose en el cielo.
Nadie sabia que habia pasado ni como, sólo se podia ver fuego y todo destruido...
De ese día sólo sobrevivió la pequeña niña de cabellera tricolor y no recuerda que pasó.