Como todas las noches, estaba tranquila, en mi cuarto, escuchando musica en el ordenador un poco alto para que no me oyeran cantar. Pensé que iba a ser como cualquier otra noche, pero eso cambió cuando mi celular empezó a sonar.
-¿Franco?- dije confundida al ver quien me llamaba. Sinceramente era la primera vez que lo hacia y no por equivocación por que el celular aun seguia sonando.
Me quede dos segundos tildada, con nervios y una extraña sensación en mí, pero aun así contesté con una sonrisa, sabiendo que era una llamada "normal" y que no veria mi rostro.
-¿Mande?- pregunte con tono serio pero con esa sonrisa que no me desapareció hasta que él empezó a hablar.
-¡¿Rebe?!- preguntó rápido y con un tono miedoso. Me dio un escalofrío por toda la espalda cuando escuche mi nombre ser pronunciado por él y con ese tono.
-Si, ¿que pasa?- tenia en claro una sola cosa, necesitaba mi ayuda, por algo me llamó.
-Te necesito, por favor, es mi hermano, tiene algo y no hay nadie en casa- me respondió rápido pero entendible, por una extraña razón me empecé a desesperar yo también.
-Dime, ¿Que tiene?- le cuestione lo mas tranquila posible, para no alterarlo mas de lo que ya estaba.
-¡No lo se!- dijo exaltado- no puede respirar, no responde y no se que le pasó- siguió con mucho miedo en cada una de sus palabras, algo tenia su hermano y no sabía que era.
-Hazme un favor, abre uno de sus ojos y apuntale con la linterna del celular, necesito saber si estan dilatados- intente decirlo lo mas calmada posible, pero cada vez me desesperaba mas y mas.
Sólo respondió "okey" y esperé un momento, esperando que me vuelva a responder. Mientras tanto, me puse a sacar deducciones, no soy dorctora y mucho menos me especializo en algo, sólo tengo catorce años y lo único que puedo hacer es aferrame a lo que se y a la lógica.
-Tiene los dos ojos dilatados- cuando dijo eso, volví en sí.
-Es posible que este sufriendo una sobredosis, ¿consume drogas?- espere de él una respuesta enojada o con algo de indignación.
-¡No lo sé! No se que pasa en la vida de mi hermano- contestó con el mismo tono de miedo.
Suspire para calmarme. Empecé a escuchar una voz de fondo, enseguida pense que era la del hermano.
-¿Es él?- pregunté para poder aclarar mi duda.
-Si, está delirando- me respondió con rapidez, seguro mirando a su hermano.
-Bueno, mira, sientalo en algún lugar e inclinale la cabeza hacia atrás, tambien aflojale la ropa y mantenlo caliente- dije lo mas neutral posible y me quedé escuchando como intentaba hacer todo lo que le habia dicho.
Una idea obvia, que seguro no habia pensado desde el principio por que estaba desesperada, llegó a mi. Urgencias. Apenas agarró el celular y me dijo "listo", le comenté.
-Llama a urgencias, diles que tu hermano seguramente esta sufriendo una sobredosis- por un breve momento no me contestó y oí un sollozo en la otra linea de la llamada. Habia empezado a llorar.
-No te quiero cortar, tengo miedo- dijo con una voz entrecortada y temblorosa por el llanto.
-¡No pasará nada, apenas me cortas marca al 911 y listo!- me empecé a desesperar mucho más, yo tambien empecé a tener miedo y mucho.
-¡Rebe!- gritó con fuerza y con la voz algo aguda por el hecho de que estaba llorando.
-¡Fran!- le devolví el grito, con mis ojos cerrados, amenazando con soltar lágrimas.