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Al día siguiente  a _______ no le interesó nada mas que su reciente trato con Vergil. Ella se encargaría de guiarlo en Fortuna por donde el necesitará. Apenas lo conocía, era cierto, le tenia miedo y aun así sentía una intriga muy grande por descubrir exactamente quien era aquel hombre.

Vergil le parecía un joven excepcionalmente particular, su tono de cabello, aquel acento tan distintivo en su voz y ese apasionado interés por los misterios, la historia y los secretos, era como si hubieran creado una versión  masculina de ella misma, aunque claro que ________ no era tan demandante, ni grosera, no tenia aires de grandeza ni esperaba que cualquier persona estuviera a su disposición.

________ soltó un suspiro mientras caminaba, notó que lo hacia con mas prisa de la habitual y se pregunto si encontrarse con Vergil era lo que la emocionaba.

El hombre ya estaba esperándola en el punto de encuentro, un sitio escondido, poco concurrido por los guardias del castillo. Vergil se giró para verla apenas sintió su presencia y al hacerlo noto el aroma que emanaba de la mujer, no lo había notado antes, olía a jazmín y rosas.
Se acerco a ella

—Llegas tarde— le reclamo, aunque no era su intención hacerlo

—Solo tres minutos— replicó _________ cambiando el gesto de su rostro. Vergil la observo con severidad

—Hay que ponernos en marcha.

La mujer se puso la capucha, escondió su cabello en ella y empezó a caminar con la cabeza agachada. Vergil hizo lo mismo, no quería llamar la atención, ni levantar sospechas. Caminó a paso lento siguiendo a la mujer y en menos de lo que pensó atravesaron un pasadizo secreto que los infiltro en el castillo sin tener que enfrentarse a nadie.

Vergil avanzo por los pasillos del castillo siguiendo a ________ en silencio sin percatarse de las miradas curiosas que la mujer.

Cada ocasión en que un demonio se aparecía en su camino, él no dudaba en atravesarlo con su espada, en enfrentarlo como el guerrero que era y acabar con él con la destreza que lo caracterizaba. A pesar de los numerosos  encuentros con aquellos entes, Vergil no se molestaba en comprobar que ________ estuviera bien, le bastaba con escucharla respirar para saber que la mujer se mantenía a su lado.

Metros adelante Vergil distinguió un mapa que  anunciaba el camino hacia la biblioteca. Se puso al frente y tomó la delantera para dirigirse al santuario de libros

—Espera— lo alertó _______ jalándolo de la mano —aun no puedes entrar ahí, los guardias están vigilando y nos sacaran a patadas de aquí si nos descubren— Vergil refunfuño, se soltó de su agarre con desprecio aunque a ______ pareció no importarle —hay que esperar a la hora del almuerzo, se van y la biblioteca se queda sola, mientras podemos ir a la sala de tortura, eh oído que tiene grandes misterios esperando ser descubiertos—

—No puedo perder mi tiempo en banalidades— le dijo Vergil

—Entonces puedes quedarte aquí— le respondió  _______ y emprendió la marcha.

Vergil no tuvo otro remedio, el día anterior había decidido confiar en ella, parecía una chica patéticamente ordinaria y aunque no la creía capaz de traicionarlo, no pensaba permitirle el mas mínima, por que si intentaba delatarlo el la mataría en ese mismo momento

—Conozco un atajo pata llegar a la sala de torturas— la escuchó decir con emoción mientras avanzaban por los pasillos

Vergil la vio acelerar el paso y en un rápido movimiento desenvaino su katana y atravesó con ella a una de las criaturas que rondaban en el castillo.

________ abrió los ojos de par en par, estaba atónita por el liquido que emanó de aquella criatura y le mancho el vestido, pero estaba aun mas conmovida por haberlo tenido tan cerca

—Se mas precavida— le advirtió Vergil —o terminaras siendo devorada por una de estas repulsivas criaturas — _______ asintió incapaz de decir algo más.

Caminó a paso mas lento asegurándose de mantenerse a la altura de Vergil. No quería provocar de nuevo su furia y mucho menos morir tan joven.




Por la noche, después de haber extraído unos cuantos libros de la biblioteca del castillo y volver a casa _______ finalmente intento conciliar el sueño.

Apago las luces de la habitación, dejando encendida solamente la lámpara del buró  junto a su cama.

Se recostó y recordó el momento que no dejaba de repetirse en su memoria. Aun estaba sorprendida por la forma heroica en que Vergil se enfrentó a la criatura y le salvo la vida, aquello la hacía sentir apenada por haber sido tan imprudente y también la hizo sentirse agradecida con el joven.




Doce horas después _______ y Vergil emprendieron un nuevo viaje. Uno de los libros que habían extraído el día anterior, les brindo nueva información. Ahora conocían mas pasadizos, puentes secretos y paredes que se movían al llevar a cabo ciertos pasos.


Esta vez Vergil dirigió la exploración, el lugar estaba infestado de seres demoniacos y aunque _______ logró aniquilar a unos dos o tres, no se comparaba con la cantidad que Vergil había enfrentado por si solo.

El sitio al que llegaron, le pareció a Vergil un tanto extraño y familiar. El aspecto del lugar le recordó a una mina y se pregunto si había  sido eso con anterioridad, pensó detenidamente en donde lo había  visto antes, intentando hacer memoria y se percato que a pesar de lucir abandonada, la mina aun se mantenía en funcionamiento, llegó a aquella conclusión por que algunos de los vagones aun se movían.

_______ lo siguió lentamente al observar que Vergil no se detenía y entonces lo vio pararse cerca de una especie de altar.

Vergil se asomó un poco a observar de lado y terminó por dirigir su mano alrededor de la escultura

—¡Bingo!

_______ lo vio sacar una pócima de color azul. La había encontrado escondida detrás del altar, sin siquiera rebuscar

—Esto es algo de alquimia, supongo que te ayudará en algo— le dijo Vergil entregándole la pócima  y luego la observó  seriamente.

Ya no le molestaba tanto su presencia, incluso llego a reconocer que su compañía le era útil en ocasiones, mas que una guía, la mujer le servia para mantener sus sentidos alertas y de vez en cuando hasta lo ayudaba a enfrentar a los estorbosos engendros, aunque el claramente podia aniquilarlos con mayor facilidad. 

________ observó el frasco, no se atrevió a olerlo por que a simple vista no lucia para nada agradable, lo guardo en un bolso de su vestido y continuó inspeccionando el sitio.

—Tenemos que volver a la biblioteca— demando Vergil al finalizar su búsqueda

—El castillo Fortuna se encuentra algo lejos aún, si no te importa podríamos descansar un poco. Tengo hambre— _______ se pasó una mano por el estomago que llevaba un par de minutos gruñéndole y no se percato que Vergil había levantado la ceja con irritación.

—No tengo porque perder el tiempo— bufo él al verla sentarse en una de las rocas.

—Me da igual, continúa tú solo si lo deseas— la irritación de Vergil aumento, la mujer era una insolente humana, una mujer tonta que no tenia idea con quien estaba hablando. El era el hijo de el legendario caballero Sparda, no un forastero cualquiera a quien se le podia negar algo.

—Tsk— murmuró Vergil y avanzó dejándola atrás —humana estúpida—

Si no fuera porque aún no podia abrir algunos pasajes y encontrar los atajos adecuados, la hubiera matado sin vacilar.

Hola! Aqui otro cap. Espero que lo disfruten. Se me hace super complicado Vergil jaja, pero reconozco que es una cebolla encantadora y digo cebolla por que hay que quitarle muchas capas para que salga lo bonito de él.  En fin. Gracias a  helenmekhiya por su gran esfuerzo con este fic y la bonita portada que me hizo para otra de mis historias.

Moonlight (Vergil y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora