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______ paso al lado del misterioso hombre, sabía que el tipo ya se había dado cuenta de su presencia y decidió hacer caso omiso y seguir con sus actividades, talvez el sujeto se marcharía pronto, pero ¿quién era exactamente? ¿un ladrón? No, los ladrones no robaban libros ni mucho menos leían ¿un asesino sin piedad? ¿pero qué asesino se ponia a buscar libros?

Sin importar quien fuera, consideró que era mejor empezar a preguntar.

—¿Cómo debería de llamarte? —escuchó Vergil que le preguntaban a sus espaldas. Ya se había dado cuenta que alguien más había  entrado al lugar, pero no esperaba que fuese una mujer.

—Desconocido— respondió secamente. Ella lo observó con el rabillo del ojo, pero se detuvo de pronto.

—El autonombramiento no te va bien en todo caso.

—Tsk..— murmuró Vergil, sin duda alguna la mujer era molesta y no estaba dispuesto a lidiar  con alguien así, por lo que concluyó solamente en sus pensamientos.

—¿Qué tipo de lógica estas usando ahora?— pregunto la mujer y Vergil la observó de reojo, parecia no tener ganas de quedarse callada —lo más probable es que no puedas recopilar tanta información tú solo y menos en un lugar como este.

—No necesito tu ayuda, largo de aquí— dijo indignado

______ no respondió, la presencia del hombre no le daba confianza alguna y de todas formas, tampoco pensaba ayudarlo, no después de que la amenazara antes.

Lo dejaría solo por esa única vez. Aunque era mejor si el se iba pronto, ya de por si era incómodo tener que compartir la biblioteca a esas horas con un desconocido, mucho mas si sumaba el hecho que el hombre era un posible asesino.

Vergil recordó aquella noche cuando su destino y el de la mujer se cruzaron.

El iba en busca de demonios, demonios disfrazados de niños, unos cuatro al menos, viviendo como ratas para colarse en el mundo humano. Vergil alzo la katana, apuntando a sus pequeñas y frágiles gargantas, podía aniquilarlos a todos de un solo golpe, pero alguien lo interrumpió. Una mujer humana se puso frente a ellos cubriéndolos con el cuerpo.

______ lo reto con la mirada llena de coraje y valentía, de pronto sentía que era lo único que podía hacer para proteger a aquellos indefensos niños.

Él la miro con ojos fríos, ojos azules que le erizaban los vellos de los brazos. Una gota de sudor cayo por su frente. Vergil vio como el miedo se apodero de sus sentidos, pero incluso entonces la mujer no se hizo a un lado, no importaba si  él la apuntaba sin piedad con aquella filosa katana no tenia la intención de retroceder

—Hazte a un lado— le ordeno con tono autoritario.

______ entrecerró los ojos, movió la cabeza y con la adrenalina bombeando en su sangre volvió a negarse.

—Si quieres lastimarlos tendrás que matarme primero.

El hombre sonrió, acerco la punta de la katana hacia ella, el filo tocando peligrosamente su piel.
Un movimiento en falso y estaba muerta

—Me tomaría tres segundos aniquilarte—amenazó Vergil.

—Entonces hazlo— lo reto ella, el corazón martillándole con fuerza.

—No eh venido a robarte tu insignificante vida humana— escupió Vergil con odio— solo vengo por ellos.

______ trago saliva sintiendo como la valentía disminuía poco a poco y junto los dientes armándose de coraje para replicar.

Moonlight (Vergil y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora