Fuego #5

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Acto 1: Encuentro.

Fuego #5: La que porta la llama legendaria.

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Enorme cicatrices.

No, gigantes eran el termino adecuado para lo que estaba viendo. Solo llevaba unos minutos parado detrás de la puerta de la que sería tanto su compañera de piso como de pelea, la chica se encontraba de espalda mirando por una ventana cubierta por una cortinas de color rosa.

El problema en particular no era ese, sino que la chica se encontraba desnuda de la espalda hacia arriba. Sin notar su presencia y no dejándole ver la zona de sus pechos al estar en dirección opuesta.

Esas grandes cicatrices en su espalda delgada y blanquecina eran similares a las que provocaba el ataque de un animales salvaje y enorme. Las que eran capaces de rasgar la piel hasta el musculo para dejar marcas que perseguían a la persona hasta el futuro.

También parecían a las marcas que dejaba un látigo cuando pasaba más de cien veces por la piel. Al punto de rasgarla y hacerle sangrar.

Grandes dudas se vinieron a su mente;

¿Quién fue el horrible monstruo que le hizo tal daño a una chica como ella?

Después de su encuentro con la azabache, entendió que no era la típica chica que se podía molestar sin recibir un buen golpe a cambio.

Como fue el caso de él.

¿Cómo es posible que alguien le hiciera esa clase de daño?

Sus profundos pensamientos se fueron disipando cuando un gran sollozo los interrumpió, quería preguntarle que le había pasado, por qué lloraba y sintió una gran deseo de poder consolarla.

Por primera vez Adrien después de un largo tiempo había sentido empatía con alguien más.

Él conocía el sentimiento de ser torturado. Al menos mentalmente claro. En especial cuando fue tu propia sangre, el siempre recordaba a través de pesadillas como su hermano asesino a su madre a sangre fría, también donde él era el que representaba a su hermano en su sueño.

Le daba asco el simple hecho de tener su misma sangre, le daba asco no haber podido ser más fuerte en ese tiempo, pero lo que más le daba asco es saber que ese maldito hijo de puta seguía suelto por ahí.

«El odio es algo fácil de sentir..., ¿No, Dupain?»

Adrien Agreste murió el mismo día en el cual Adrien Courtois nació, el ya no era el mismo enano indefenso, él ya era más fuerte o al menos eso pensaba hasta que cruzo palabras con la azabache que seguía sollozando frente a él. No debía ser imprudente, no debía meterse en la vida de los demás porque a él no le gustaba que se metieran en la suya.

«Al parecer nos parecemos en algo. Por muy que nos moleste a ambos»

Ya bastante fueron los insultos de las personas que conocían algo de su verdad.

El apellido Agreste era como tener un símbolo de mala suerte en su cuerpo, eran odiados en general por la Miraculous. Al principio no entendía por qué su familia era odiada, pero luego de un tiempo entendió por qué.

De un principio pensó que era por el incidente, pero... nunca pensó que fuera tan profundo el tema y tan crudo.

Tiempo después se enteró que tanto su padre como su hermano, trabajaban para crear infernales a costa de vidas humanas. Al igual como lo hicieron con su madre. Sabía que su padre era investigador, pero nunca pensó que eran ese tipo de investigaciones. Nunca pensó que usaría a su propia esposa como experimento, pero nunca pensó que la persona que realizaría su hazaña fuera su ''querido'' hermano mayor.

|A| Los elegidos del Adolla ||Adrinette||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora