Capítulo XV

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Mientras tenía entre mis dedos a estos revoltosos y mi mente estaba controlándose. Mi cuerpo entero estaba adolorido, desde que la abuela me enseño a controlar los poderes por separado me advirtió que si no estoy acostumbrada quede dolerme el cambió brusco de tamaño pero estaba tan molesta que ni siquiera lo pensé. Lo bueno es que soy buena disimulando mi propio dolor.

- El mató a Liz- dijo Meliodas señalándolo como un niño pequeño acusando a alguien. Alcé mi ceja derecha para mirar a Fraudin.

- El traicinó al Clan provocando cientos de muertes- dijo Fraudin también señalando a Meliodas como si fuera un niño

Suspiré harta . Miré fijamente a Meliodas

- Con que Meli-gruñon esta devuelta ¿eh? Tendré que sacarte lo imbécil como lo hacía hace tres mil años.

El me miró con mucho miedo en sus ojos

- No te atreverías tenemos público

- Eso alguna vez me ha detenido- mire a Fraudin- y en cuanto a ti- sonreçi de forma aterradora, ya se que voy a hacer contigo. Voy a mandarte a un reformatorio quizás aprendas un par de cosas pero primero. Lo tire violentamente al suelo y luego lo aplaste con mis zapatos gigantes – esto es por lo de "niña malcriada y desterrada" soy tu reina , respetame como tal....¡¡¡¡O TE HARÉ LLORAR!!!!!- volví a mi tamaño tomando de la oreja a meliodas- segundo punto- dije acercándome a un Fraundin mul maltrecho en el piso Use puño de hierro y le arranque uno de sus corazones- Esto es por lo que le hiciste a Liz, y a todos en estos diez años-y cerre el puño destruyendo su corazón el gritó de agonía- hay no llores tanto niñita te quedan seis.

Mire a Meliodas y el sujeto estaba con una sonrisa de satisfacción al ver el sufrimiento de Fraudin- No sonrias tanto Meliodas Dragoncin Demon, porque lo que te tengo preparado hace empalidecer a esto.

Su sonrisa se borró y palideció, luego tragó saliva

- Dragoncin?- dijeron los de atrás y explotaron a carcajadas

- Si -dije a los de atrás y los miré- por bebé dragon porque eso es lo que es un pequeño dragoncito

Las mejillas de Meliodas se iban volviendo más rojas mientras las carcajadas iban aumentando igual que su cara de mortificación.

- Es necesario?- preguntó abochornado

- No lo sé, dímelo tú. ¿Es necesario que te de azotes en el trasero con el tamaño y la edad que tienes?- el rubio negó con mucha veracidad- y entonces por que me haces enojar así. Quieres que te trate como un adulto entonces actúa como uno.- este bajo la mirada avergonzado y suspire muy irritada- solo...hablaré contigo más tarde.

Este miró al piso como cada vez que le doy un buen sermón

Vi hacialo que quedaba de una casa, una eaquina de esta.

- Ve al rincón y piensa lo que hiciste, estaráras castigado cuando este termine jovencito y se será un castigo tan largo que no te alcanzará la vida para pagarlo- me cruce de brazos y el se va con la cabeza baja y arrastrando los pies hacia el rincón de la casa.

- Mire hacia fraudin que el intentaba escapar y ridículamente intentaba esconderse de tras de Griamore pequeño, a este le salía una gotita de sudor del asombro.

- Fraudiiiin- dije acercándome con delicadeza mientras caminaba muy lentamente hacia él como una pantera acechando a su presa.- En situaciones normales te llevaría ante un juicio marcial bajo el delito a traición a la reina. ¿Sabes cual es el castigo?

- M-muerte por decapitación y desmembramiento de miembros, mi alma bagará en el limbo sin descanso y aguantando tortura eterna- dijo temblando

- Exacto, hiciste tus deberes que buen niño- sonreí con una gran sonrisa para después volver a ponerme seria- por suerte para ti, no soy tan sanguinaria, ni vengativa como mis congéneres. Y te perdonaré la vida por la sfrenta de complotar contra el príncipe heredero y la R eina hermana del mundo de los demonios.

La hermana mayor de Meliodas 3: Pandemónium Donde viven las historias. Descúbrelo ahora