La hermana mayor de Meliodas 3: Pandemónium

Capítulo XX: la mujer que acompañó a Meliodas parte 2

 -¡¡¡¿Cómo?!!!- exclamaron todos los pecados

- El imbecil de mi padre parece odiaba más a mi hermana de lo que nos odiaba a nosotros, así que puso la decisión de acabar con nuestra maldición  en mis manos, tenía que elegir entre las dos mujeres que más amaba en mi vida-Las lagrimas bajaban por sus mejillas- entre la mujer que amo y la que me crió y se dedicó a mi en cuerpo y alma. 

Los pecados se quedaron mudos.

- Han pasado 3000 años y han sido 107 Elizabeths las que he conocido, una de ellas...

Mamá mamá - Una niña albina de ojos azules corría a los brazos de una hermosa chica de cabellos rubios. La mujer la recibió  en sus brazos- mamá, toma esta flor noes tan linda como tú pero no creo que haya alguna que se te compare- le dio un beso en la mejilla- te quiero mamá.- después la niña corrió hacia un rubio que estaba tomando el sol- Meliodas- le dio un ramo de flores, se estaba llendo cuando se detuvo en seco.- Así que la maldición aún nos persigue a ambos.

-...recuperó sus recuerdos cuando era una niña, Ángela y yo la habíamos encontrado y ...saben como es mi hermana, ella no puede dejar solo a un niño que necesita de ella. Elizabeth murió en sus brazos. Esa Elizabeth la llamaba mamá, fue muy duro para ella, pero fingía que no le afectaba. Estuve días llorando en su hombro y ella no lloró. No soltó ni una lagrima, a pesar de temblar, a pesar de todo. Se mantuvo como un  roble.- a todos los pecados sintieron un clavo en el corazón, porque si alguien sabía cuanto amaba esa mujer a sus "niños" eran ellos-  Luego hubo otra Elizabeth...

- Son personas muy curiosas lo sabían- dijo una anciana mientras  Ángela le acomodaba la almohada.

- Estás cómoda? Eso es lo importante Eli- dijo Ángela con una triste sonrisa.

- Pareciera que el tiempo solo se ha detenido para ustedes 2- dijo Elizabeth- Meliodas, cuando muera, quiero que me olvides y encuentres a alguien especial, y por favor, nunca se separen . Angela, eres un alma muy bondadosa y estoy muy agradecida por haber conocido una persona como tú. - cerró los ojos con tranquilidad mientras Ángela corría y lo abrazaba. El se aferraba a su hermana con desesperación.

-Ella no recobró sus recuerdos a lo largo de su vida y apaciblemente dio su ultimo suspiro frente a nosotros. Todo era peor, el sufrimiento  no paraba. Uno pensaría que viéndola morir una y otra vez me dejaría de doler pero- se toca el corazón- Sufría cada una de sus 106 muertes. Después intente tantas cosas para acabar con mi sufriento. Pero siempre volvía a la vida y ella estaba al lado mío. Estaba tan desesperado que casi, yo

Un cansado  rubio estaba despertando, otro intentado de tener paz había fracasado y volvía a este infierno, este infierno de no poder morir, este infierno de ver a la mujer que ama morir frente a sus ojos uno y otra vez. La pálida mujer estaba dormitando a su lado, su apariencia pálida y hijos la delataban que no había dormido nada en estos días.  Simplemente se había quedado a su lado. Meliodas se fijo en sus manos entrelazadas, la única calidez que sentía últimamente. La cabeza de la chica cabeceo bruscamente hacia abajo logrando que ella se despierte de pronto. Sus hermosos ojos azules se fijaron en los apagados ojos verdes de su hermano.

- Bebé estas bien- lo abrzó poniendo su cabeza contra su pecho- estaba tan preocupada, pensé... pensé tantas cosas.  Si pudiera hacer algo para ayudarte..

- Harías cualquer cosa? - Preguntó Meliodas vaciamente

- Cualquier cosa,no soporto verte así- dijo ella acariciando gentilmente su cabello.

- ¿ Darías tú vida por mi?- pregúntó él todavía sin ninguna emoción en su voz. Parecía una cáscara vacía.  

Recuerdo que solo pensaba que ya me había cansado de sufrir, no quería sufrir más.