- Lo siento muñequita pero tengo que ir-comentaba el rubio a su amada albina. Su radiante sonrisa estaba opacada de la tristeza.
-No, estúpido. No mataste a nadie. Piensa en mi y eb tú hija. Por favor no me abandones... no podría seguir sin ti Henry- los ojos de Anna se llenaron de lagrimas que caían en el dormido rostro de su infante hija. Henry la envolvió con sus brazos intentando consolarlas del dolor que estaban pasando y del que pasarían en el futuro. Pero eso era imposible. Al contrario de el su dolor no terminaría.
Sus amores
Henry deseaba que las cosas fueran diferentes. Su familia vivia pacificamente lejos de los confictos del odio sin fin de los clanes. Casi se sentia uno entre humanos.
Que ingenuo que fue...
Solo se necesitó un demonio malo que atacara la aldea para que todos sus años de buen vecino desaparecieran. Y no se acordaban de todas las cosas que habia hecho bien.
- No tienes la culpa de lo que otro haga
-Ellos no ven eso. Solo ven a través de su dolor. Perdieron hijos, hijas, madres, padres, hermanos y hermanas. Si mi vida es lo que necesitan para calmar sus corazones la daré. Porque si quiero acabar con está interminable guerra, no lo haré con un acto de odio. Sino con uno de amor. Y no hay nada como el autosacrificio.- acaricio las mejillas de sus dos chicas- me dijeron que no les harán daño. Por favor Anna, tienes que prometerme que no intentarás revivirme y no cargaás contra ellos.-
En ese momento los humanos separaron brutalmente a Henry. No importaba que tan alto gritara su amada esposa, sus corazones heridos eran incapaces de entender que estaban hacieendo lo miemo que le hicieron a ellos
- Mamita¿Porque lloras?- pregunto la pequeña niña rubia en sus brazos
- Mi amor, entra en casa si- dijo la mujer intentando detener su llanto el tiempo suficiente para que su pequeña hija no viera morir a su padre.
La pequeña demonio de apenas 2 años de edad solo atinó a obedecer a su madre, no sin antes darle un un fuerte abrazo.
Sobre una plataforma estaban siete hombres con espadas
Henry lo obligaron a arrodillarse
Sus ojos nunca abandonaron a los de Ana, sin importal los gritos de odio, sin importal las puñaladas que recibía en sus corazones. Cuando faltaba la ultima el dijo elgo en silencio. Algo que Anna recordaría durante toda su existencia... y finalmente cuando su ultimo corazón fue apuñalado sus ojos perdieron su jovial brillo pero jamás dejo de sonreir.
Cuando su cuerpo se desplomó fuertemente en el suelo todos los humanos celebraron que ya no existiría un "montruo" que acechara a sus hijos.
Todo había terminado... o eso es lo que pensaba Anastasia
- Ahira acabaremos con la hija del monstruo !!! ¡¡¡¡NUESTROS HIJOS NO VOLVERÁN A SENTIR MIEDO NUNCA MÁS!!!- dijo uno de los hombre sosteniendo a una inconsiente niña rubie por su cabello, esta estaba sangrando por la cabeza como si la hubieran golpeado.
Fue un momento, un flash.
Anna no supo en que momento había agarrado esa espada en sus manos. Todo lo que sabía es que la cabeza de ese hombre que tenía a su hija ya no estaba sobre su cuello.
Todos se asombraron por la que la "bondadosa" demonio blanco fue capaz de hacer.
- Pensé que solo eran las Diosas, eso quise pensar. Quise tener esperanza de un futuro mejor- miró a su hija en el suelo que respiraba suvemente y a su esposo muerto en la plataforma- Pero hoy me han demostrado que esas ezperanzas eran inutiles. Si el mundo está podrido no hay nada que salvar. - su cara estaba cubierta de sangre, miró fijamente a la poblacion de humanos que empezaron a retroceder- me ...rindo
Después de decir esas palabras lo unico que vio fue rojo, no importaba cuanto gritaran y lucharan por sobrevivir, todos calleron ante el filo de su espalda.
Su cabello blanco como la nieva se tiño de rojo, igual que sus ropas y manos.
En solo 10 minutos no había nadie en ese pueblo excepto por esa mujer y su pequeña hija.
Mirando con indiferencia todo lo ocurrido Anna toma un antorcha y presedió a incendiar todo. Una vez terminado tomó a su hija y empezó a caminar lejos de esa vida, lejos de su amor. Lejos de su compasión.
- Mami- murmuró la niña a penas despertansose- ¿Vamos a casa?
- No cariño, vamos a donde pertenecemos vamos con El Clan de los demonios
Ellas no se dieron cuenta hasta mucho después que lo único que sobrevivió del gran incendio era esa cabaña que alguna vez llamaron hogar, fue como si algo o Alguien lo protegiera
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Una mujer albina despierta sobresaltada y muy adolorida.
- A donde estoy- quizo llevarse la mado derecha a la cabeza pero se dio cuenta que no podia... o mejor dicho. Su brazo derecho no estaba ahí, lo mismo pasaba con su pierna izquieda- PERO QUE MIERDA
- no te alteres, fue muy dificil salvarte, ese rey demonio puede ser un sádico hijo de perra cuando quiere- dijo una voz acercandose
Anna giró su cabeza y encontro un jabalí bastante grande ponuendo con sus pezuñas un trapo humedo en su frente
-¿Quien eres?
- Un amigo. Descansa por ahora y recupérate rápito.... La guerra está por iniciar y tus nietos te necesitan
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La hermana mayor de Meliodas 3: Pandemónium
FanfictionLibro 3: Zeldris «...si la amaste cuando la conociste en el primer libro y lloraste con ella y por ella en el segundo, prepárate para la revolución de emociones de la última entrega de esta emocionante trilogía donde se pondrá a prueba hasta donde...