Parte 4

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Una conmoción en el hall, atrajo su atención.

Unos cuantos baúles, habían sido depositados en el suelo de la entrada, mientras los lacayos intentaban solucionar la pequeña invasión.

*-¿Qué ocurre?

El mayordomo tenía una radiante sonrisa en el rostro que hacía ver su cara animada.

*-La señora ha vuelto por fin, señor.

Se quedó asombrado, había pasado más menos y año y regresaba de la misma forma que se había ido, sin avisar.

*-Buenos días Solomon.

Ella se acercó hasta el, como si solo hiciera un par de días que se hubiese ido, le hizo una pequeña reverencia y luego le beso las mejillas, alzándose para ello, sobre las puntas de sus pies y apoyando los dedos en el pecho masculino.

Le tomó por sorpresa.

Estaba congelado por el pánico, así que su mirada se volvió acerada y eso la hizo retroceder.

Lo lamento tanto por dentro, su bestia quería comérsela no alejarla.

*-Espero que vuestro viaje haya sido muy agradable, señora.

*-Apenas hemos tenido tiempo de hacer vida social, solo hemos estado visitando los puntos culturales más importantes.

*-¿Culturales?

*-Por supuesto, tu padre, me hizo prometerle que visitaría los países sobre los que me instruyo a su muerte.

*-¿Te fuiste de viaje por una promesa a papa?

*-¿No lo sabía?

*-Es evidente que no.

*-Creí que te quedo claro en la nota que te deje. El mismo lo preparo todo a través de su secretario.

*-Higins se despidió tras el funeral.

Nessa entro en el vestíbulo, llevando un bebe en brazos.

*-Señora, esta angelito necesita recibir su comida y poder dormir cómodamente.

*-Por supuesto Nessa, llévala a mi dormitorio, no creo que el cuarto de los niños esté listo para recibirla.

La mirada del joven señor se acero un poco más.

*-¿Es tuya?

*-Yo...

*-Por supuesto que sí señor, pero la culpa no es de la señora. No pudo hacer otra cosa que traerla a casa.

El asintió con la cabeza.

*-Ahora si me perdonáis, debo de seguir trabajando.

*-Si claro.

Apenas Nessa, dejo él bebe en una cuna dentro del cuarto de su señora, comenzó a ayudarla, mientras la niñera alimentaba con un biberón a la bebe.

*-¿Por qué le has confirmado eso tan alegremente Nessa? Vistes sus ojos, piensa que es hija mía, salió huyendo a su despacho.

*-El pregunto si era vuestra y yo le conteste. Puedo poner mi mano sobre mi pecho alegremente porque no he mentido, aunque aún no le he contado que os visteis obligada a comprar a la niña para evitar su muerte en Maraquees. Solo la he dado el tiempo que parecía necesitar cuando estaba allí de pie, parada a su lado en el pasillo ¿No era eso lo que quería?

*-¿Lo notaste Nessa?

*-En cuanto volvió a poner esa mirada, comenzó a convertirse nuevamente en gelatina señora.

El la afecta demasiado.

*-Es que me destroza los nervios.

La mujer mayor sonrió al tiempo que tamborileaba sus dedos contra su brazo.

*-Ambas sabemos que no se trata de eso, señora.

*-Creo que lo que yo sienta o quiera, no servirá de nada, soy su madrastra.

*-Hay es donde usted está equivocada señora, usted es la viuda de su padre. Lord Ambrosio ya no existe y vos, no tenéis lazos de sangre con él, al mismo tiempo, también sabe que vos fuisteis una compañera para su padre, no una esposa.

*-Pero él me odia...

*-Estáis diciendo disparates.

*-Me ha odiado desde siempre, desde antes que nos casáramos, creo que piensa que yo le separe de su padre., por eso nunca he podido soportar su mirada de hielo, siempre me pone nerviosa, tanto que el día del entierro, su frialdad pudo conmigo y por eso me desmaye.

*-Vamos, vamos señora. Usted sabe también como yo, que Lord Ambrosio os instruyo y alentó para que amarais a su hijo y que terminarais casándoos con el pasado un tiempo.

*-Lo sé, y nunca quise llevarle la contraria. Tú y Ambrosio, siempre habéis alentado mi atracción por él, pero si Solomon no quiere no puede hacerse nada, yo no me atrevo, solo si él estuviera interesado e hiciera algún movimiento.

En el gabinete de abajo, Solomon maldecía una y otra vez a su pequeña e insoportable madrastra.

Esa pequeña arpía, se había atrevido a regresar con un bebe...

Un hijo.

Tenía que haberse buscado un amante apenas hubiera salido de casa.

La excusa de experimentar y abrir sus alas, más bien sus piernas...aunque...Nessa dijo que no había podido evitarlo... ¿Significaba eso que alguien la había forzado?

*-Maldición...

Un lacayo asomo precavidamente la cabeza por la puerta.

*-¿Llamaba el señor?

*-No

*-Con permiso.

El hombre se retiró aliviado. El señor no era fácil de atender cuando estaba de mal humor.

Durante la cena, intento aliviar su humor interesándose sinceramente por las anécdotas de sus viajes.

*-¿Y lo del bebe?

*-Sucedió en Maraquees y lo cierto es que fue muy desagradable e infortunado.

*-Lo supongo.

*-Pero es una niña sana y aquí estará bien ¿Vos me ayudarais verdad?

*-¿Ayudar?

Ella enrojeció.

*-Como cabeza de esta familia, vos debéis decidir cómo deseáis que sea educada.

*-Ella no es parte de esta familia.

*-¡Oh!

El sonido pareció una mezcla de asombro y fastidio.

*-Desde luego, usted puede educarla en los mejores colegios, eso puede correr de mi cuenta. Pero no con mi apellido.

*-¡Nunca se me hubiera ocurrido! Ella es solo mía.

*-Me alivia oírlo. Sé que casi todas las familias tienen sus bastardos, pero en este caso, ni una gota de mi sangre familiar corre por sus venas.

*-Pero debo deciros Solomon, que me habéis decepcionado, no esperaba que vuestro odio y antipatía hacia mí, pudierais volcarlo también sobre una niña inocente.

El camino hasta ella y lo cogió por los hombros para subirla a su altura, mezclando fuerza y tesón.

*-Puedo aseguraros señora mía, que a pesar de haberlo intentado con todas mis fuerzas, no os odio, aunque Dios sabe que debería.

La tomo los labios antes de poder darse cuenta y el contacto la dejo tan paralizada que cuando la soltó para abandonar la estancia, ella cayó al suelo.

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