Parte 12

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La bestia de su interior había regresado en el momento de verla aparecer, a pesar de su lastimoso aspecto, quería reclamarla como suya.

Al transportarla en brazos de un sito para otro, había notado que las curvas de su cuerpo seguían allí a pesar de la pérdida de peso.

¿Realmente había estado tan enferma? ¿Por qué motivo?

Cuando la abandono, horas antes del amanecer, tras una exquisita noche de pasión, estaba completamente sana.

Durante ese tiempo, hasta su vuelta, había vivido atormentado, le bastaba cerrar los ojos para recordar esa magnífica noche en la que Su, se le había entregado por decisión propia y sin estímulos.

Sus curvas, sus pechos de almendra, su piel de satén, el vello intimo rizado y sedoso, su...

Un grito rompió la serenidad de la noche, haciéndole correr en batín por la puerta de comunicación hacia la cama de la señora.

*-Su.

La cama estaba revuelta y vacía.

La busco a ciegas por el cuarto. Sabía que estaba allí, puesto que la oía jadear.

La localizo debajo del tocador, en el sitio destinado para la butaca.

*-Su.

*-¡No les dejes! ¡Otra vez no les dejes!

En ese momento, entro Nessa y corrió hasta ellos todo lo deprisa que la dejaban sus kilos.

*-Tranquilícese señora, ya estoy aquí.

La angustia y el miedo que veía en los ojos ausentes de la joven, le trastornaron y le transmitieron una desagradable sensación.

*-Por favor señor, póngala en la cama nuevamente.

*-¿Qué la ocurre Nessa?

*-Deme unos minutos señor.

Se retiró al vano de la puerta de comunicación. Desde allí, observo como la sirvienta la frotaba las extremidades con un linimento alcanforado, mientras la hablaba con muchas suavidad y en voz tan baja que no sabía cuál era el tema de conversación.

Cuando por fin la mujer retrocedió hasta el, le hizo acompañarla al interior de su dormitorio.

*-Quiero que me cuente todo Nessa.

*-La señora enfermo y aun no se ha recuperado del todo.

*-¿Qué enfermedad? ¿Qué la hizo enfermar?

Ella le miro con desagrado

*-Eso depende...

*-¿De qué?

*-De la versión que el señor quiera escuchar y creer.

El la miro dubitativamente.

*-La del doctor.

Ella retorció un poco los labios.

*-La señora tenia stress y la reaparición sorpresiva de su esposo la altero tanto que su organismo no pudo rechazar una crisis nerviosa.

El rostro del señor pareció ponerse un poco gris.

*-Ahora deme su versión Nessa.

Ella bajo un poco el rostro para huir de sus ojos y así lanzar la andanada de palabras enteras, sin dejarse amedrentar por él.

*-El culpable directamente de esto a sido usted, ella no estaba nerviosa antes de que usted llegara, no tengo ninguna duda señor. Y no fue su reaparición, ni siquiera por su boda tan poco ortodoxa, si no por su abandono sin sentido para ella, bueno si lo pienso tampoco para mí.

*-Tenia mis motivos y eran legítimos y bien basados.

*-Lo supongo señor. Yo no le voy a pedir explicaciones, pero la señora estaba ilusionada con estar casada con usted por fin y no entendió o no encontró el motivo de su abandono, y pensó que la estaba castigando.

*-Podría darle al menos una veintena.

*-Señor, no se los he pedido y aunque me los diera y tuviera razón, yo no se la daría. Soy leal a la señora desde el día que llego a esta casa de la mano de su padre.

*- Esa es la primera razón.

*-Señor, su padre era un hombre muy inteligente que sabía lo que ocurría en la cabeza y en el corazón de las personas de su casa, incluidas usted y su esposa.

El rostro del señor, se puso aún más gris.

*-¿Lo sabía todo el mundo?

*-¿Qué la señora sentía gran cariño y mucha atracción por usted y que creíamos que era reciproco? Solo unas cuantas personas de confianza, que sabiendo la situación real entre su padre y la joven, veíamos normal que terminaran siendo un matrimonio.

*-Normal... ¿Qué tiene de normal? No hay nada normal en esta situación y todo se lo debo a mi inteligente padre. Él lo calculo todo meticulosamente para volverme loco.

*-¿Es así como piensa?

*-Comencé a pensarlo hace tiempo, pero me lo acabas de confirmar.

Os alecciono a vosotros el servicio que solo tenéis que seguir mis instrucciones y cumplirlas, así que tengo que pensar y creo que sin equivocarme que Su, ha sido aleccionada, mucho, mucho más que aleccionada, educada como una mascota para convertir mi vida en aquello que mi padre quisiera.

No quiero, ni puedo intervenir en una función preparada solo y exclusivamente para mí.

*-Se está equivocando señor.

*-No lo creo Nessa.

*-¡No les dejes! ¡No!

Nuevamente los gritos de Su, les atrajeron hasta la cama femenina.

Los nervios se reflejaban en el rostro de la joven que se agitaba de un lado a otro.

*-¿Qué ocurre Nessa?

*- El medico uso sanguijuelas para desángrala, despertó cuando las tenía puestas y desde entonces tiene pesadillas con ellas.

*-Pero está dormida.

*-¿Nos retiramos?

*-Solomon, ayúdame, sálvame.

En un segundo, él estaba sentado en la cama, abrazándola mientras la consolaba y así conseguía un reposo necesitado.

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