2| 𝚄𝚗𝚊 𝙳𝚒𝚜𝚌𝚞𝚕𝚙𝚊 𝙿𝚘𝚌𝚘 𝙲𝚘𝚗𝚟𝚎𝚗𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕

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Desperté casi de un brinco. Otra vez ese sueño. Otra vez esos ojos y esa voz. Otra vez él.

«¡¿Qué diablos me pasa?!»

Fui al baño y tomé una ducha de agua helada, sin duda debía dejar de leer cursilerías y dedicarme a los libros de administración; esos dejarían de darme sueños extraños y fuera de lugar.

Me vestí con unos jeans azules y una blusa blanca de tirantes. Hoy era mi cumpleaños, un día como cualquiera y sin importancia; al menos así ha sido siempre desde que tengo memoria.

El día transcurrió de lo más tranquilo, sin mi madre— la cual había ido a la empresa por asuntos urgentes—me dediqué a descansar y tratar de dejar de pensar en todo lo que se avecinaba a partir de hoy.

Tres meses. Sólo tenía tres meses para asimilarlo.

Era hora de la cena cuando mi madre llegó, se me unió en la mesa y me empezó a hablar de como estuvo su día; incluso me felicitó—algo muy poco común en ella—. No daba crédito a lo que pasaba.

— Oí que hay una fiesta en el club, ¿Por qué no vas?

«¿Okay?...¡¿quién es esta mujer y que paso con mi madre?!»

—¿Hablas en serio, madre?—interrogué.

—Claro. Ve y disfruta. Yo sé que estarías mejor con Adrien aquí, pero igual diviértete.—tomó un poco de agua de su copa y fijó los ojos en mí— Además no hiciste nada en todo el dia y es tu cumpleaños, no me parece justo que no disfrutes este cumpleaños, Hija. Disfruta tu tiempo.—enunció elocuentemente.

«Ya entendí... aquí empezamos.»

Fingí una sonrisa.

— Está bien, me alistaré. Gracias por el permiso, madre.

Subí a mi habitación.

Quería llorar, gritar, romper todo en esta maldita casa. Demoré demaciado en serenarme de nuevo, hasta oí a mi madre entrando a su habitación para dormir.

«Bien, vamos a darte el gusto, madre.»

Disfrutaré de mi verano y mi vida.

Escogí un pequeño vestido de tirantes color rojo que me llegaba hasta medio muslo Y unos tacones negros. Me apliqué una fina capa de maquillaje y dejé mi pelo suelto que apenas me llegaba a los hombros.

Disfrutaría de esta noche como nunca antes lo había hecho, al igual que estaba segura de que nunca más lo volvería a hacer completamente sola.

Llegué al club; todo era ruidoso y lleno de luces de colores y los camareros se paseaban por la fiesta con charolas llenas de tragos exóticos. Bebí uno de ellos para darme valor y no escapar de allí lo antes posible.

No era una chica de fiestas, mis padres jamás me dejaron ir a una con total libertad. Siempre era con un horario de retorno establecido o con Adrien de acompañante, pero debía admitir que el estar aquí me provocaba una sensación extrañamente placentera.

—Damas y caballeros.—habló el animador de la fiesta—. Para dar la bienvenida a la nueva hora... la banda favorita de muchos en la ciudad, ¡Kitty Section!

El público aplaudió como loco, ellos empezaron a tocar y debo admitir que eran increíbles. La vocalista, una pequeña rubia de ojos azules cantaba fantástico, los analicé uno a uno y todos sabían bien lo que hacían. El guitarrista le daba un toque a...

«¡¿Él de nuevo?!»

Ahora que podía verlo muchísimo mejor, ese idiota era muy guapo. Demasiado. Tenía el cabellos negro con algunos reflejos azulados en las puntas, sus hermoso ojos azules e intensos como el cielo, tez clara con facciones angelicales y varoniles. Era alto y...

Cruel Summer | LUKAGAMI| AU MLB Donde viven las historias. Descúbrelo ahora