Cruel Summer | LUKAGAMI| AU MLB

6| 𝙸𝚗𝚎𝚟𝚒𝚝𝚊𝚋𝚕𝚎𝚜 𝚂𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘𝚜

Horas, días , incluso las últimas dos semanas. Todo ese tiempo junto a Luka se me hacía insuficiente.

El tiempo había pasado muy rápido y los sentimientos— aunque me empeñara a negarlo— se hacían cada vez más abrumadores en mi interior.

Nuestras salidas de cada dia, nuestras conversaciones hasta tarde por teléfono o en persona hasta ambos quedarnos dormidos en mi cama cuando él entraba mi habitación por las noches.

Y esos sueños. Esos extraños sueños con unos ojos azules brillantes sin rostro pero con un sentimiento tan vívido que me despertaban con el corazón martillando como loco. Trataba de ignorarlos aunque no dé mucho resultado; me convencía cada día de que estaba mal, de que de todos modos un futuro con Luka era imposible. Todo acabaría dentro de un par de meses.

Además, parecía que a Luka yo no le interesaba más que como una amiga. Digo, nunca me dio indicios y eso estaba bien; no quería que alguno de los dos termine lastimado.

«¿No lo saldrás tú ya?»

No. No lo haría porque... Porque Luka no era más que un amigo. Un mejor amigo. Y además, yo estaba dispuesta a pagar el precio.

Un mensaje me devolvió a la realidad, olvidando todos los pensamientos que me tenían abrumada.

Alcancé el celular denla mesita a lado de mi cama y sonreí al ver el nombre del contacto.

Luki_10:39
Kami Gami, ¿hoy estas ocupada? Hay algo que quisiera mostrarte 🥺 di que siiii

Yo_10:41
Sabes que para ti siempre tengo tiempo. En media hora estoy lista.

No sabía a donde me llevaría, así que opté por algo cómodo. Me puse con un vestido de tirantes y con estampado de flores.

Una vez lista salí y ahí estaba él; parado a lado de su auto, con esa sonrisa que me hacía olvidar de mis propias reglas.

Corrí a su encuentro, abrazándolo con fuerza mientras besaba su mejilla.

—Tan puntual como siempre, Luki.—musité.

—Y tú tan hermosa como siempre.—tomó un mechón de mi cabello y lo acomodó detrás de mi oreja—.El tiempo contigo es insuficiente, por mi llegaría antes solo para verte.—abrió la puerta del copiloto para cederme el paso, subí y él hizo lo mismo.

—Y... ¿a dónde me llevas?—pregunté ansiosa.

—Ten paciencia, hermosa.—me guiñó un ojo.

Todo el camino fuimos charlando y escuchando música. Podríamos hablar hasta de lo más simple cómo qué desayunamos esa mañana y nunca nos aburriríamos el uno del otro.

Era fascinante para mí experimentar que existía tal conexión con alguien.

Fuimos alejándonos de la ciudad; esa idea me agradó. Por fin veríamos algo nuevo. Durante este tiempo habíamos visitado todo París—o bueno, casi todo—,La Torre Eiffel, el museo de Louvre, el río Sena, en cada lugar creamos recuerdos.

«Recuerdos que atesoraré por siempre.»

—Ya llegamos.—dijo a la par que bajaba del auto para abrirme la puerta—. Sorpresa.

Cuando bajé pude observar aquel lugar. Un lugar de ensueño. Un prado verde con flores de colores a lado de un lago tan cristalino que podría pasar por un pedazo de cielo en la tierra.

—Luka.—susurré con asombro—. Esto...Esto es hermoso.

—Me alegra que te gustara. Este lugar es perfecto para nuestro...—se acercó a la maletera del auto y saco una canasta—. ¡Picnic!