En su ausencia || Dragón Ball Z

3. Cumplir la promesa

— ¡Gohan! — exclamó atónito Picoro. No podía creer que su discípulo prefiriera entrenar con Vegeta antes que con él. Todos en el lugar estaban igual de asombrados, hasta el orgulloso príncipe de los saiyayin se dio vuelta para mirar a Gohan con incredulidad.

— Pero ¡Gohan! ¿Y tus estudios? Ya te has atrasado mucho — comentó Milk acercándose a su hijo. Sin embargo, su voz no tenía el habitual tono estricto que adoptaba cuando se trataba de los estudios de su hijo.

— No te preocupes, mamá, seguiré con mis estudios y también entrenando con el señor Picoro —. Contestó el pequeño saiyayin una sonrisa llena de calidez y determinación, mirando primero a su madre para después pasar su mirada a Picoro, quién asintió con la cabeza, más tranquilo al saber que no había sido rechazado por el niño.

— Pero... ¿cómo harás para hacer todo? — preguntó Krilin, pues él sabía que los entrenamientos requerían de mucho tiempo. — Con solo los entrenamientos de Picoro y Vegeta se te va a ir todo el día. No podrás ir a la escuela —. Agregó, mostrándose preocupado porque Gohan no hubiese contemplado aquello.

— Krilin tiene razón, hijo ¿cómo planeas entrenar y estudiar? —. Preguntó Milk cruzándose de brazos.

— Ese mocoso no necesita estudiar nada, es un saiyayin, su naturaleza radica en las peleas, en ganar batallas y ser cada vez más fuerte — exclamó Vegeta, quien se mostraba irritado por que le dieran tanta importancia a los estudios.

— Vegeta, no todo en la vida es luchar, Gohan siempre ha querido ser un gran investigador — le respondió Bulma a su esposo — Gohan yo te puedo ayudar con esa parte, aquí en mi laboratorio tengo cientos de libros sobre ciencia y tecnología, puedes usarlos cuando quieras, además puedo ser como una tutora para ti y enseñarte todo lo que yo sé. Así aprovechas y cuando vengas a entrenar con Vegeta también puedes estudiar un rato ¿qué te parece? —. Agregó con gran entusiasmo.

— ¿De verdad? ¡Gracias Bulma, eso seria fantástico! — exclamó Gohan, con alegría — Aunque primero quisiera pasar un mes entrenando solo con el señor Picoro ¿le parece bien señor Vegeta?— preguntó Gohan dirigiendo su mirada al saiyayin, quien solo chasqueo la lengua y se dio media vuelta — haz lo que quieras — agregó Vegeta antes de irse del lugar.

— Gohan, ¿estás seguro de esto? Krilin tiene razón, un entrenamiento efectivo requiere de mucha dedicación, eso podría interferir en tus estudios —. Mencionó el maestro Roshi, aunque parecía que quería convencerlo de abandonar alguna de las dos cosas, la realidad era que quería conocer que tanta determinación tenía el niño, pues en él podía ver reflejado a Goku, quién siempre tuvo como meta ser más fuerte sin importar que tan difícil fuera el camino.

— Sí, maestro Roshi, ¡estoy seguro! —. Contestó Gohan con una sonrisa en su rostro.

— Bueno ¡Ya basta! Ya no quiero que sigan cuestionando las decisiones de mi Gohan, si el quiere estudiar y entrenar, yo lo ayudaré en eso ¡y no se dirá nada más! — exclamó Milk, cruzándose de brazos y poniendo una expresión seria en su rostro, dando a entender que no aceptaría que siguieran hablando del tema. Gohan, por su parte corrió a abrazar a su madre — gracias mamá — susurró contra su pecho.

Dicho esto último, Krilin y el maestro Roshi se despidieron de todos y se fueron a kame-house, con ellos se fue también Oolong. — ¡Vuelvan pronto! —. Gritó Bulma agitando una mano y cargando a Trunks con la otra.

— Gracias por todo, Bulma. Nosotros también nos vamos — dijo Gohan, acercándose a ella para acariciar la cabecita del bebé Trunks.

— Por favor ven a entrenar lo más pronto posible, No soporto tener a Vegeta pegado del televisor todo el día, desde que Goku ya no está, se ma pasa diciendo que "perdió sus ganas de pelear", no hace más que molestar — suplicó Bulma, poniendo su mano libre sobre sus caderas, regalándole una cálida sonrisa al hijo de su mejor amigo, el cual soltó una pequeña risita y asintió a modo de respuesta. — Y Milk, tu también ven a visitarnos, siempre eres bienvenida aquí — agregó con una expresión alegre.