La Fruta más Dulce - Taekook

Un Extraño Viajero

Me encontraba sentado en el cubículo antes de entrar al escenario. El ruido de un piano se escuchaba al fondo.
Me había vestido de traje gris, una corbata y zapatos oscuros.

Mis manos entrelazando sus dedos sudaban sin parar. Realizaba ejercicios de respiración, sacando el aire lentamente por la boca.

El piano dejó de escucharse al fondo. Murmuros era lo único que alcanzaba a escuchar.

Mi corazón comenzó a latir nuevamente con rapidez cuando entró una mujer con una lista en la mano.

-Kim Taehyung -dijo mirándome. En realidad era el único ahí, no podía ser alguien más-. Es su turno -dijo la mujer indicando que podía entrar al escenario.

Suspiré una última vez, me acomodé nuevamente la corbata y caminé por la puerta hacia el escenario.

Mis pasos entrando por el escenario era lo único que se escuchaba en todo el lugar. El piano estaba al centro del escenario, un bonito piano de cola negro, no había público, por excepción de las cuatro personas sentadas tras un escritorio frente a mí, para evaluarme.

Me paré justo frente a ellos e intenté no sonreír para no parecer torpe.

-Buenas tardes -dijo el hombre de negro-. Nombre, edad y escuela.

-Mi nombre es Kim Taehyung, tengo 21 años y estudio música en la academia de artes en Corea.

-¿Por qué quieres pertenecer a la academia francesa, entonces? -interrumpió una mujer-.

-Porque nací en Francia.

El personal disimulaba su curiosidad o desaprobación.

-¿Estarías aquí como un becario, entonces?

-Sí -dije.

-¿Puedes componer?

-Puedo interpretar muy bien, e improvisar.

-¿Puedes componer? -insistió.

-No lo intento mucho, a decir verdad -dije resignado.

-Te dejamos una partitura que se le ha dado a todos en el piano, la interpretas, y después de eso cuando te indiquemos, tocarás la pieza que gustes para nosotros.

Agradecí y caminé hacia el piano. A pesar de practicar una y otra vez en casa, nunca iba a estar lo suficientemente listo.

Miré la partitura que me dieron. La revisé en cuestión de segundos con la mirada. Era bastante sencilla, debía ser sencilla para dejar apreciar aún más si cometía algún error, se trata de interpretar únicamente.

Suspiré para mí, me sequé las manos en el pantalón, y me posicioné de la manera correcta, y comencé a tocar.

Una hora más tarde me encontraba caminando por las calles de Francia, buscando un sitio para comer.

Llamé a mi madre.

-No dijeron mucho, ya te dije. Solo hicieron preguntas y anotaciones.

-¿Te pusiste muy nervioso? -Mi madre se escuchaba agobiada, casi como si ella hubiera audicionado.

-Yo siento que no.

-¿Llevaste el traje que te compré?

-Sí, pero no creo que se trate únicamente de apariencia. Les llamó la atención lo de Corea.

-¿No pudiste omitir ese dato? -dijo molesta.

-No, mamá -dije fastidiado.

-Solo nos queda esperar, ¿tuviste problemas encontrando tu habitación?