PLUTON

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"La frecuencia de vibración de esta energía es la más alta, es la vibración del amor." 

Una vida muy curiosa estaba a punto de desarrollarse en aquel pueblo olvidado en Corea del Sur. Miles de jóvenes audicionaban para el gran concurso de talentos, ahí nacían los grandes famosos quienes después se mudaban a Seúl.

Solo unos cuantos eran seleccionados, a veces ninguno, y ese periodo audicionaria un chico muy alegre, estudio una y otra vez la canción que su mejor amigo preparo para él, su mejor amigo tenía un talento especial y oculto; Crear y componer música.

Las luces se apagaron en el escenario, era el turno de aquel chico, quien aquel día vestía un traje y corbata muy elegantes, las chicas lo seguían interesadas con la mirada, parecía que ese día Corea del Sur encontraría al próximo famoso de la era.

Era sin duda la presentación más esperada. Todos guardaron silencio, y la música comenzó, pronto la voz de aquel hombrecillo resonó en todo el lugar provocando la sorpresa de muchos, aquel día fue inmortalizado ya que nadie dejaba de hablar de eso, y quedó en la memoria de todos, por meses.

Unos años más tarde, el creador de aquella famosa canción, la cual en efecto se hizo famosa, se encontraba limpiando las mesas del restaurante de su padrastro. Aún era amigo de aquel chico que interpreto aquel día en el escenario su canción, él era aún más famoso por interpretarla, y aun su video se transmitía de vez en cuando por la televisión.

Nada había cambiado en la vida de ese ingenioso músico, aunque el mismo se negaba a llamarse así, continúo limpiando la mesa de unos clientes muy molestos que olían a cigarrillo.

- Apresúrate a entregar las órdenes. - ordenaba su jefe.

De por sí, aquel gran músico era amargado, su vida no ayudaba mucho a sacarle una sonrisa. Su piel pálida mostraba una expresión sombría y seca todo el tiempo, rara vez hablaba y prefería mantenerse en el anonimato. Él no era consciente, pero tenía tanto miedo de los dones que se encontraban dentro de él.

...

En otra parte de la ciudad un grupo de personas recogía su equipaje del aeropuerto.

- Si no me equivoco, seguramente ya existen cámaras con reconocimiento facial. - dijo un chico con bufanda al resto del grupo.

- Claro que no, eso fue hasta 1990. - dijo otra chica mirando a los lados, como si de un secreto se tratara.

- Si es que existen, no tiene la tecnología suficiente, relájate. - Un hombre de unos 30 años habló.

- Si no estudiaste bien esta época, mejor limítate a hablar. - Otra mujer con cabello decolorado opinó.

- Claro que la estudie, tal vez tienes más experiencia como humano, pero yo la tengo como...

- Guarden silencio. - El hombre mayor volvió a ordenar. - ¿Ustedes fueron esposos en su vida pasada o algo así? - esta pregunta ocasiono un gesto de asco en ambos personajes.

De pronto un ruido seco interrumpió la escena entre la multitud. Había un chico tomando su cuello y con la coloración de sus labios ligeramente cianóticos, tenía respiraciones entrecortadas y ojos llorosos.

Todo el grupo se acercó preocupado e intentó tranquilizarlo, lo que empeoro más las cosas.

- Toma aire lento.

- Mételo por la nariz, así. - Un chico le mostraba el ejemplo con él mismo.

- Mételo por la boca si es muy difícil.

El pequeño hombrecillo no sabía cuál de todas las recomendaciones escuchar lo cual lo alteró aún más.

- Aléjense, su sola presencia le roba el oxígeno. - Un chico muy guapo apareció en la escena haciendo que el resto se apartará. - El aire no puedes verlo, pero aquí está, imagina que es un fluido líquido, y entra por estos orificios. - señalo la nariz del afectado. - entrará y solo saldrá, déjalo fluir, no temas.

La Fruta más Dulce - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora