La Fruta más Dulce - Taekook

Capítulo 27

Jimin se encontraba mirando la televisión en su apartamento vistiendo una pijama.

Estaba aburrido y mirando constantemente el teléfono.

Pues Jungkook se había marchado a Francia, Namjoon se había ido a Mexico junto a sus padres y Taehyung estaba haciendo algo que ni se quería imaginar.

Había regresado nuevamente a su vida de redes sociales.

Publicaba constantemente y se estimulaba con los comentarios de cualquier persona.

Pero sinceramente aquello no le llenaba, se sentía vacío.

De pronto todas las noticias en redes sociales estaban llenas de la tragedia que se vivió el día de ayer por la tarde. La explosión de uno de los trenes que viajaban de Francia hasta Italia por causas aun desconocidas.

Leyó y releyó la noticia. Muchas personas perdieron la vida. Aún estaban tratando de identificarse a todas las personas.

De pronto las noticias fueron interrumpidas por una llamada entrante de larga distancia.

Era Namjoon.

- Hola.

- Jimin. Hey, ¿Qué tal todo? - su voz reflejaba cierto nerviosismo.

- Todo bien. ¿Qué tal tú?

- Un poco preocupado, Jungkook no respondé el teléfono desde ayer por la tarde. Y yo me preguntaba si tal vez tu sabias algo de él, o de Taehyung. Supe que estuvo en Italia hace poco antes de irnos a México. - Namjoon hablaba con rapidez. - y estuve llamando a su teléfono, luego a la universidad, no esta en su apartamento, y no se ha reportado en el instituto desde ayer y tampoco saben algo de él.

Aunque Jimin pareciera un chico normal, tenía un talento especial, él prefería llamarlo una sensibilidad que adquirió con el paso de los años para detectar situaciones de peligro.

- Oh no... No estarás pensando lo que creo que estás pensando. ¿O si? - preguntó Jimin a Namjoon al teléfono.

De pronto Namjoon comenzó a llorar

Jimin tenía un mal presentimiento de todo esto, comenzó a recordar sus tiempos de exilió hace un buen tiempo cuando se le castigo sin poder viajar por el tiempo, luego de perder a Yoongi en una especie de matrix.

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Jimin se encontraba a la orilla de un océano azul, el cielo era color lila y rojizo, las olas eran fuertes y poderosas. El ambiente era como el de un atardecer a punto de anochecer. El ruido de las olas era el protagonista del lugar.

Había una pequeña casita detrás de él, una casa tan diminuta y tan fuera de su mundo. Jimin miró el cielo y por la posición del sol no tuvo duda de que no se encontraba en el planeta Tierra. Era como ocurría en su planeta rosado, la presencia de 3 soles mantenían un color rosa casi todo el tiempo en el cielo, la diferencia era que en ese planeta el sol era lila y rojizo y la luz de aquel sol o estrella no era tan fuerte, por lo que parecía que siempre estaba mirando un atardecer. Además, la gravedad en ese lugar era distinta, las olas se lo demostraban.

Aunque estaba solo en ese lugar, se sentía muy observado, por todos lugares, él se sentía muy muy observado y quizá, no muy bienvenido en ese planeta.

Miró como una ola de casi 8 metros venía desde el mar hacia él.

El miedo que experimento ni siquiera pudo describirlo, se levantó de inmediato de la arena en la que se encontraba acostado, trató de correr lo más fuerte que pudo pero la arena penetraba en sus pies como si quisiera tragarle las piernas y no le permitía correr.