t r e s

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@sanemishinazugawa

Hey, hola.

Yap, que me desmayo.
Solté un chillido, cosa que provocó que Aimé se cubriera sus oídos para ella también gritar, diciéndome que me callara. Me acerqué a ella con el móvil en la mano moviendo mis hombros con una enorme sonrisa. Me quitó el móvil y al igual que yo empezó a chillar mientras se levantaba de la cama y empezábamos un baile raro a la par que saltabamos.

— ¡O POR KAMI-SAMA!

— ¡NO ME LA CREO! ¿LEÍSTE LO MISMO QUÉ YO? — pregunté mientras me empezaba a detener. Buscando mi celular que quedó en la cama.

— Sí, sí. Tienes un manjar de los dioses para ti.

— ¿Le respondo ahora o espero un momento?

— Espera un momento.

— Entendido.

Y así esperé cinco minutos, ni más ni menos. Entré a la aplicación de Instagram hecha un manojo de nervios.

@sanemishinazugawa

Hey, hola.

Hey, hola. ~


La verdad fue que demoré mucho más en responderle, o sea, por favor. Me llamo Shiori, y casi mi segundo nombre es Fracaso.
Mientras veía que enviarle, tenía a una Aimé pegada a mi cómo un chicle, moviendome de un lado a otro, a las dos nos dió sendo paro cardíaco cuando sentimos el móvil sonar.
Lo vimos de lejitos, y era algo de Instagram, bien, puede ser él. Mordí mi labio inferior mientras escuchaba a mi amiga chillar.

— ¡THIS IS A MOMENT! — me lanzó el celular a plena nariz.

— Bruta, fea. — le miré mal mientras me masajeaba mi pobre nariz.

— Sísí, desbloquealo, rápido. — me apresuró y sin quitar mi mirada de ella. Fruncí el ceño y tomé el celular a regañadientas.

@sanemishinazugawa

¿Cómo estás? Buh... Él otro día creo que te vi, y te me hiciste muy linda.

Estoy bien, gracias. ¿Y tú? Oh, muchas gracias, pues... Yo igual te vi, y también eres lindo.

Sí, cuando lo escribí casi me da algo, y ni hablar por lo que el dijo, madre mía.
Que cosas, ¿No? El chico guapo y rudo me escribe.
¡Aaaaah, un manjar!

Dejé de nuevo el móvil de lado y me centré en mi vida, pensé, pensé, y pensé. Y claramente llegué a la conclusión que quiero una serpiente. Sí, una serpiente. Era eso o una araña pollito.

Se me olvidó que tenía móvil, sí, tan adicta no soy. Al final Aimé se volvió a su casa porque tenía que empezar a ordenar, ya que le falta poco para entrar.
¿Y yo? En mi pieza aburrida.

— ¡Mamá, saldré! — grité ya en la puerta con mis llaves, luego me golpeé la frente con mi palma, mi mamá vuelve en la noche, salió hace unas horas.

Decidí guardar mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta.
Y por fin sentí aire en mi rostro.

Me caminé todo el parque, hasta llegar al centro comercial, pasé a comprar un delicioso helado. Me encantaba, porque podías escoger lo que querías, y luego pagabas según cuánto pesara el helado.
Así que prácticamente mi helado tiene de todo.

Mientras comía observé a un chico, casí se me cae el helado. ¡Tenía una serpiente en su cuello! 

Me quedé helada, estoy segura que me llegaron a brillar los ojos, rápidamente me acerqué hasta él. Y toqué su hombro, me miró frunciendo el ceño y le sonreí.

— Hey... Hola.

— ¿Hola...? — parecía confundido mientras se apuntaba a el mismo con su dedo índice. Asentí repetidas veces sin quitar la sonrisa.

— ¿Qué tal? — le pregunté mientras sigilosamente veía al reptil en su cuello, y unas ganas inmensas de tocarla me daban.

— Bien, supongo. ¿Y tú, qué te trae por aquí?

— Me alegra saber que estás bien. Y pues... Sí te soy sincera, me llamaste la atención. — respondí mientras volvía mi vista hacía él. Un sonrojo apareció en sus mejillas y caí en cuenta de lo que dije, haciéndome sonrojar de paso.

— O-oh bu-bueno... Uhm... — empecé a jugar con mis dedos, metí la pata. ¿Verdad? — ¿Cómo te llamas?

Rasque mi mejilla derecha. — Me llamo Fukui Shiori, ¿Y tú?

— Obanai Iguro, un gusto.

— El gusto es mío Obanai-Kun. ¿Estás ocupado?

— La verdad no, me encontraba bastante aburrido y convivir solo con mujeres es algo abrumador. Así que vine a distraerme y me traje a Kaburamaru. Aunque veo a muchas personas alejarse. — mencionó mientras apuntaba a su serpiente y miraba al rededor.

— Oh, es muy linda tú serpiente, sí, sí. — mencioné fascinada. — Entonces.... — miré de nuevo al chico frente a mi. — ¿No estás esperando a nadie ni nada por el estilo?

— No. ¿Me quieres invitar a salir? — alzó una ceja divertido.

— Sí, puede ser. ¿Quieres salir conmigo, Obanai-Kun?

Automáticamente al terminar de hablar todo aire de burla por parte de él desapareció dejándo ver ese lindo color carmín en sus mejillas.

❝ Imagination. ❞ ; Kimetsu No Yaiba. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora