Capítulo 24 (II) 💚

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Y de pronto todo sucede muy rápido:

No sé cómo, pero acabo bajando del árbol a una velocidad que ni yo misma conocía. Y cabe recalcar que soy rápida. Creo que Jimin estuvo a punto de caerse de cabeza y, de paso, rompérsela. No lo sé, no puedo procesar las cosas muy bien porque estoy muy nerviosa. Nunca había lidiado con algo así, ¿qué se supone que haga? Estás personas son muy violentas.

Aquel grupo de campesinos, que está compuesto de hombres y mujeres, vienen hacia nosotros a la velocidad máxima, es entonces que todos nosotros salimos como un rayo en dirección contraria, justo por donde Minah y yo entramos. Al menos puedo darme el lujo de observar unos milisegundos la cara de espanto de todos. Esas personas no dejan de gritar cosas que ni siquiera puedo comprender, y la bendita maleza tampoco nos ayuda mucho.

Cuando llegamos al caminillo de tierra me volteo, aun cuando estoy muy espantada y agitada. Quiero ver si puedo arreglar esto con el diálogo. El diálogo ha sido la mejor herramienta contra la paz en los últimos años, ¿por qué no habría de funcionar ahora?

O por lo menos un argumento racional que los detenga...

—¡Oigan! ¡No pueden hacer esto! ¡Según el artículo...!

—¡¿Qué crees que haces, sabelotodo?! —De un momento a otro me doy cuenta que Jungkook ha venido a por mí, aunque se ve más desesperado que yo.

—¡¿Qué hago?! —ahora le respondo igual de desesperada. Dios, estoy llegando a su nivel—. Intento arreglar esto. ¡No debería estar corriendo, no he hecho nada! —chillo.

—¡¿Crees que te van a escuchar?! ¡Solo míralos, tienen ganas de matarnos! Maldición, Songyi, solo corre.

Quiero hablar y decirle que no voy a correr porque eso me hace ver aún más como una ladrona, pero agarra mi muñeca y prácticamente me lleva a la velocidad de la luz. Me doy cuenta cómo rebasamos a los demás. No, no, apenas los veo; todo va muy rápido.

Esto está mal, voy a morir de un paro cardíaco, no puedo correr más. ¿Cómo es que toda mi resistencia ya no está?

El caminillo de tierra desaparece, todo es acera y es entonces que me doy cuenta que estamos llegando al pueblo. Todos nos dispersamos, solo tengo a Jungkook llevándome de la muñeca y, para rematar, recién lo noto.

Busco a los chicos con la mirada a la par de que sigo corriendo como una loca demente, no veo a nadie. O quizá debo decir que sí: dos hombres del grupo que nos seguía hace un segundo vienen por nosotros. Jungkook lo sabe, por lo que suelta una horrible maldición. Apresura sus pasos, corre aún más y yo quiero gritarle que deje de hacerlo porque siento que mis piernas van a flaquear. Sin embargo, como si mis plegarias fueran escuchadas, hace algo que me permite tomar reposo: se planta por un momento a un lado de un parque —me hace pensar que estamos en el centro del pueblo—, justamente donde hay muchas personas, lo que me hace deducir que no debemos estar muy lejos de una feria; mira de un lado a otro; y antes de que probablemente pueda pensárselo bien, se arroja junto conmigo a un montón de arbustos que protejen la jardinería de aquel parque.

Todos los enormes arbustos nos bloquean del exterior, Jungkook tiene la espalda contra ellos, mi espalda topa con su pecho mientras me cubre la boca para que no pueda hacer ningún ruido; es como si estuviera dándome un ridículo abrazo mientras descansamos en la frescura de la jardinera. Dislates. La cercanía me permite escuchar los fuertes látidos de su corazón, producto de toda esta persecución. Estoy igual que él.

Al cabo de unos segundos se escuchan unos pasos, son esas personas. Sabemos que son ellos por lo que dicen y por su asento. Para nuestro grandísimo favor, se van, desaparecen y entonces todo se torna relajado. Jungkook se echa a un lado y yo me ocupo de recuperar el aliento.

Lacrosse » Jeon Jungkook; BTS [#2] [Completa] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora