Lacrosse » Jeon Jungkook; BTS [#2] [Completa] ✔️

Capítulo 47 💚

Recomendación: Talking to myselft - mountains of the moon

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De pronto me siento en una película donde tengo la clave secreta y los antihéroes me persiguen.

Estoy tan impactada por ese golpe que ni siquiera reacciono cuando me agarra de la muñeca y me lleva a la sala de descansos de los alumnos. Hay una lata de refresco para cada una y ella frente a mis narices, como cualquier plática de negociación.

—De acuerdo, sociópata, habla más despacio, porque realmente no entiendo a dónde quieres llegar —le interrumpo, a un milímetro de exasperarme.

Resopla, claramente no contenta con mi humor ni con mi expresión de pocos amigos. De pronto sólo sonrío para fastidiarle.

—Nadie me dijo que hablaría con la Duquesa de Cambridge —susurra para sí. Me ahorro las ganas de responderle a ese comentario, pues hubiera preferido el término Reina. Su mirada cae sobre la mía, se coloca contra la mesa y entonces entrelaza sus dedos sobre la misma—. Mi nombre completo es Jeon Hyerin. ¿Así su alteza?

—¿Jeon? —Arqueo las cejas, suspicaz.

Lo capta. Vuelve a resoplar y rueda los ojos.

—Sí, esa maricona a la que golpeé hace un rato es mi primo. Debes conocerlo, están en el mismo salón.

—Qué cool, el linaje Jeon me persigue. —Apática, me dejo caer sobre el respaldo de la silla—. ¿Qué pecado estaré pagando?

—Escucha: hay algo que quiero pedirte. —Arqueo las cejas de nuevo, curiosa por lo que va a decir—. Estuve preguntando y todo el mundo me dijo que posiblemente seas la próxima capitana del equipo. También escuché a las mariconas de los amigos de Jungkook hablar de ti, investigué un poco y resulta que sí eres algo así como una Diosa si se trata del juego.

—Estoy en un dilema. ¿Diosa o Reina? ¿Cuál me viene mejor?

—Y también muy egocéntrica.

Una de mis comisuras se alza. Estoy disfrutando esto. No obstante, no disfruto mucho su estilo de insultar.

Me inclino a la mesa, más interesada que hace cinco minutos.

—De acuerdo, soy famosa. ¿En qué puedo ayudarte?

—Sí, bueno... —Aplana los labios, por un momento mira sus manos y luego a mí. Aquí viene la tímidez—. Quiero entrar al equipo y que me ayudes a entrenar. Acabo de llegar a la ciudad, me perdí la primera mañana de clases, así que, como ves, no tuve oportunidad de hacer las pruebas.

—Es extraño porque tienes a un primo que está en el mismo equipo que yo y, tengo que admitirlo, juega bien. No a mi nivel, pero tampoco hay que ser crueles.