Contando estrellas.

Volver a caer (¿O a renacer?)

Pensé que ya no querías hablarme, o que quizá hayas cambiado porque no querías que sepa nada.

Creo que ese siempre fue mi miedo, eso que tenía en el pecho, entre tu falta de amor, pero no de cariño.

Tus ojos siempre me calmaron, tus abrazos siempre me sanaron, tus abrazos siempre dan calor cuando uno simplemente está en medio de su invierno.

Me voy a animar a decirte que incluso sos lo más real que tengo, y lo menos dañino, lo menos doloroso.

Porque quizá mi miedo a que te vayas desapareció, porque no dependo de que te quedes, y eso te hace libre y especial, eso hace que te quiera, libre.

Porque quizá el miedo a simplemente esto haya desaparecido, agradezco tus advertencias y tus consejos, agradezco conocerte, sabia mujer.

Ya no me atemoriza que salgas volando, porque estoy segura de que voy a volver a verte, en esta vida o en la próxima.

Algunos me dicen que somos almas gemelas, pero no es que crea mucho en eso, porque desde todo, desde el fondo de esto, te digo que no creo en nada.

Estoy segura de que cuando tenga el valor de contarte que me pasa, de cuando pueda realmente mostrarte lo que salió, vas a decepcionarte, pero tampoco me importa.

No quiero contarte, y creo que tampoco tengo ganas de verte, porque me vas a decir que la cobarde soy yo por no volver a querer, me vas a decir que no tengo razón, y es verdad, porque cuando mire tus ojos no voy a poder volver atrás, y otra vez vas a incendiar mi alma, otra vez vas a hacerme querer(te), y simplemente me agota, me agobia, pero no me asusta.

Extraño verte pero sé que voy a caer de nuevo, y que vas a derribar todos los muros que acabo de construir, sé que voy a amarte aunque diga que no crea en el amor.

Sé que el destino te puso por algo, y sé que falta para que te tomes ese descanso, soy agotadora, pero así me querés.

No quiero caer en tus ojos de nuevo; me parece que volviste, mujer de ojos celestes.