-Jean, ¿hiciste lo que te dije? -pregunto un hombre gordo, con un cigarrillo en la comisura izquierda de la boca.
-sí, sí, ya lo hice. Lleve esa niña donde me lo pediste, ¿y ahora qué es lo que quieres? -respondió el hombre delgado con cara perfilada, sentado frente al televisor.
El lugar era oscuro, un cuarto encerrado, con tablones en las ventanas, apenas se veía la luz del cigarrillo y el partido que se estaba transmitiendo. El gordo se acercó hacía la espalda de Jean y puso su mano regordeta en su hombro. Jean se percató de esto; tanto tiempo en las calles le enseñó que no tenía que tranquilizarse.
-ahora...-dijo el gordo mientras miraba la próxima "misión" de Jean en el celular-necesito que vayas al puerto, ya sabes, a llevar a una de nuestras compañeritas. Y Jean, es urgente-apretándole más fuerte la mano en el hombro. -Jean no decía nada-necesito que lleves a la que trajeron del sur de aquí, ya le conseguimos dueño-mirando a Jean con una sonrisa que disgustaba a cualquiera.
Jean volteó, pero no lo miro, siempre con una cara sin expresiones y fría-esta bien, dime las indicaciones exactas para no perderme como la última vez.
-claro, claro. Discúlpame, Jean por mí torpeza-poniendo sus manos en el pecho como si estuviera aceptando la culpa, mientras su cigarrillo se hacía más pequeño en su boca-mira Jean, la dirección es sencilla, si has visto donde descargan los barcos, ¿sí? Donde se aparcan esos grandes transportadores, ¿sí? Con esos grandes...
-¡no soy estúpido! Claro que se eso, me refiero a que especifiques el desembarcadero-sin alzar la vista al gordete.
-pues para especificar es en el puerto "Salida de Gaviotas". Perdón Jean, tu eres el que me dijo que te explicara mejor, ¿no?
-como sea-Jean sintiendo una rabia dentro de él-muéstrame la niña para poderla llevar antes del especial de esta noche.
-vamos entonces hombre-dijo el gordo mientras botaba al piso la colilla del cigarrillo y también lo aplastaba con su zapato de cuero.
Jean hizo caso, se levantó de su silla, apagó el televisor y siguió al hombre gordo. Para salir de ese cuarto el gordo abrió una puerta destartalada, que si se hacía con mucha fuerza se descolgaría de la pared; bajaron por unas escaleras las cuales no se veía nada, el gordo bajaba con mucha confianza, mientras Jean tocaba las paredes para no perderse y bajar rodando. Cuando llegaron al piso de abajo, parecía un centro hospitalario con dos puertas en la entrada, también llena de tablones, aunque se alcanzaba a ver una pequeña luz del día, Jean vio a los dos hombres que estaban sentados cerca de la puerta con grandes armas.
-"fusiles de asalto nivel dos... que poder"-pensó Jean mientras seguía al gordo que se dirigía hacía un ascensor que generaba cualquier desconfianza en él.
Cuando entraron al ascensor, preguntó el gordete-y bueno ¿Vas a llevar a tus hombres Jean? -mientras miraba el número a donde quería ir y lo presionaba.
-claro, sabes que no voy a tus lugares sin ellos; que tal sea yo el atrapado, amordazado y no una de tus niñas- mientras hacía una pequeña sonrisa.
-¡jajajajajaja! No me hagas reír Jean o si no se cae este ascensor-mientras se colocaba las manos en la panza.
Se angustió un poco Jean, sonó el ascensor, pensó que ya no había salvación. Pero no, solo habían llegado al piso que quería llegar el regordete.
El piso donde llegaron era mucho peor, no se podía ver absolutamente nada, Jean no dio un paso más "¿y si me caigo?" Pensó Jean sin moverse aún. El gordo iba avanzar, pero vio que Jean no se movía, le dio un medio empujoncito con el hombro y Jean caminó. Estaba apenado por sentir miedo de algo así, no se había sentido en sus mejores momentos, menos mal todo estaba oscuro. Hasta que llegaron una zona donde había una linterna apuntando el piso, cuando el tipo que tenia la linterna se percató de que llegaba alguien, levantó la linterna y apuntó a los dos sujetos dejándolos cegados.
-¡Maldi... baja eso, pero ya! -dijo el gordo mientras se tapaba los ojos.
El tipo de la linterna se dio cuenta por la voz de que era el hombre a cargo, la bajo y se disculpo, les indicó donde debían seguir. Llegaron como si fuera a una sala general, con un espacio grande en la mitad, el gordo se sentó en una silla de madera que chillaba como si estuviera agonizando por el peso.
-¡doc!, ¡trae a Andry pero que sea para hoy! -gritó el gordo, no se sabe para que lado.
Un hombre delgado, más delgado que Jean, muy alto y con ojos un poco distraídos con una sonrisa que se podría ver la saliva de su boca, salió sujetando del hombro a una pequeña chica. "No tendrá más de doce años" pensó Jean, mientras los veía salir de un cuarto oscuro, no quería ver de frente, solo se decidió a mirarlos por el rabillo del ojo.
-Ojalá no la hayas tocado doc-dijo el gordo mientras le temblaban las manos y las estiraba para llegar a la pobre chica llamada Andry.
-Claro que no mí señor... yo tengo la mía-después de hablar se lamió los labios.
El gordo cogió a la chica la sentó en sus piernas, parecía que a la tal Andry su alma había abandonado el cuerpo, parecía un poco insegura pero también se sentía la muerte al ver su piel morena maltratada. El gordo empezó a tocarla, a manosear su cuerpo débil y moreno, al ver esto, Jean sintió asco, solo se quedó mirando sus propios pies.
-ehhhh B ¿dónde está la niña que tengo que llevar? -preguntó sin levantar la cabeza, ya con los ruidos de la mano entrando en el vestido desteñido y rasgado de la pequeña Andry era suficiente.
-espera un momento Jean, tengo que disfrutar esto-mientras sus manos pasaban por todo el cuerpecito de la niña, tocaba sus pequeños pechos que de reojo se podían ver que estaban ya golpeados. La niña no se movía, su mirada era perdida, parecía una pequeña maniquí. Hasta que en un momento no pudo más y empezó a pellizcar sus pezones, apretar con más fuerza sus senos, hasta que la pequeña Andry no aguanto, empezó a gritar, para el gordo no le parecían gritos, si no gemidos. El gordo la cogió del cuello la levanto un poco, mientras ella se ahogaba, se retorcía, sus piernas muy delgadas se movían un poco en el aire, se medió escuchaban sonidos de su propia saliva. El gordo la tiro al piso, le hizo apoyar las manos y las rodillas contra el suelo, el gordo se fue quitando los pantalones, mientras Andry intentaba recuperar su aliento. El gordo le subió el vestido, la chiquilla no tenía nada más puesto, el tipo empezó a golpearla. Andry gritaba y se le lloroseaban los ojos.
-¡Eso! ¡Así preciosa! -mientras aún la golpeaba con demasiada fuerza, parecía que Andry ya no pudiera responder.
-Hey B, y-yo te espero en la sala principal-no aguantaba más Jean, no le gustaba ni un poco estos sucesos.
-No Jean, si te vas, sabes de que soy capaz y estás en mí territorio-lo decía mientras cogía la cintura de Andry, B lamió su mano, la paso por toda la entrepierna de la niña y la pegaba hacía él-ahora Jean, mira, mira, o si no, no te dejo ir, lo sabes muy bien Jean.
Frustrado, Jean tuvo que ver como B violaba a la niña, intentando no hacer reacciones, mirando indiferente como la niña entre gritos y gemidos le pedía ayuda. En un momento la niña le estiró la mano para que la sacara de ahí, Jean solo la miró con más rabia. El gordo le arrancó lo que supuestamente tenía de vestido, apretó los pequeños pechos de la niña de una manera que Andry no podía ni respirar. Jean vio hacía donde estaba el "doctor" el tipo se podía decir que lo estaba disfrutando con solo verlo. Después de tanto sufrir el tipo acabó, la niña la empujó y la dejo botada en el piso, regando en el piso todo lo de B, mientras se volvía a subir los pantalones. Andry estaba toda lastimada, llena de moretones, sus pequeños pechos rojizos hasta coágulos de sangre tenían.
-Así es que debe ser, uffff-el gordo mientras se secaba el sudor de la frente-para esto es lo único que sirven estas bazofias-la vio y le pego tres pisones-llévatela doc y muéstranos la que hay que vender.
Andry respiraba dificultosamente, mientras tosía un poco de sangre, con pequeños espasmos temblaba el cuerpo de Andry y se dejaba arrastra por el "doctor".
Después de dejar aparte a Andry el doc los llevó a un cuarto encerrado, prendió la luz y había una pequeña niña, con un aparato que le abría las piernas, le hacía mostrar todo. Con un pañuelo en la boca y los ojos rojizos de tanto llorar, se podía escuchar unos profundos gritos de ayuda, super agudos.
-señor está es la niña, tiene catorce años, está muy bien, sin enfermedades ni nada, excepto que no para de gritar, me va a enloquecer jijiji, tengo tantas ganas de...-el doc cogiendo unas pinzas y acercándose a la parte inferior de la niña.
-para ya doc-dijo Jean con demasiada calma, cogiendo el brazo del doc, un poco inseguro por pensar donde estuvieron esas manos-¿y si a nuestro comprador no le gusta lastimadas? Si no que estén en perfecto estado como está niña.
-Tienes razón Jean, para ya doc, voy a contactarme con él para saber si la quiere esterilizada o así para que le dé un hijo-bufo el gordo mientras encendía el celular.
¿Esterilizar? ¿Aquí? -se preguntó Jean
-claro que sí, "famoso" Jean-dijo el doc-mira te muestro mis esterilizaciones-le señalo con la mano para que le siguiera.
Entraron a un cuarto que olía mucho, pero mucho a sangre, Jean sintió un corrientazo en su espalda. Cuando el doc llego un poco más adentro encendió la luz. Jean no se creía lo que estaba viendo, era más un pasillo con un montón de camillas en la parte izquierda, estaban organizadas en una fila, desde donde él estaba hasta el final de corredor, lleno de niñas, unas temblaban, otras no se movían ni para respirar, unas con manchas de sangre enormes en su entrepierna, otras hasta muertas estaban.
-Ves, soy el mejor en esto-dijo el doc llenándose de grandeza-mira está, está bien, me tomó un poco más de tiempo esterilizarla pero al final salió bien, muy correcto,-mientras le cogía la cabeza con las dos manos a la pobre esterilizada-revolver todo dentro de ellas y sacarlo es un proceso difícil, famoso Jean, mírala-le subió la bata a la niña, Jean no quería mirar pero como había quedado, destrozada y vuelta nada, siguió viendo, todo estaba lleno de sangre lo volvía más espantoso. No había quedado nada de ella.
Jean le bajó la bata, se acercó para ver si estaba viva, se podía decir que estaba viva, entre comillas, apenas respiraba la pequeña, su cara y cuerpo estaban super blancos, como de un gris, los labios morados y destrozados de tanto morderse, -del dolor casi se arranca los labios- fue lo primero que dedujo Jean. La niña pálida con unos ojos que ni pestañaban, ni colores de vida tenían.
-Ven, ven. Esa no es la única que le salió todo bien-"¿todo bien? Estás zafado de un tornillo, la niña está viva de milagro" pensó Jean-mira la rubia de al fondo, ¿no es hermosa?
Al fondo había una niña rubia, que no tenía más de diez años, parecía que brillaba "que niña tan linda y tierna... pobrecita por caer aquí, aunque se ve mejor que la otra".
-mire famoso Jean, ella...
-Ella... ¿ella que doc? -un poco asustado preguntó Jean.
-Ella...-repitió el doc mientras le tocaba la cara-ella está muerta.
-No puede ser do...-no dejo de terminar de hablar Jean, cuando el doc dejo escapar una risilla un tanto siniestra.
-Ella ahora es toda mía-le lamió la cara, el cuerpo inerte de la pequeña rubia, ni se movió, le metió sus manos dentro de la bata para tocar el cuerpo que se podía ver que ya estaba un tanto tieso-puedo hacer lo que quiera con ella-se movió como si tuviera un escalofrío en todo el cuerpo-vamos a ver qué fue lo que le pasó-saco las manos, le subió la bata y sin pensarlo dos veces, le metió los dedos dentro, después toda la mano y se notaba en su barriguita como daba vueltas la mano del "doctor" dentro de ella-sip, si, ya sé. Se le reventaron los puntos y si saco la mano...-cuando el doc saco la mano, salió con él toda la sangre que se había mantenido dentro de ella, regándose por todas partes. Jean no supo cómo reaccionar, le dio unas grandes ganas de vomitar, pero no llevaba nada adentro. Solo hizo unas pequeñas arcadas-bueno, creo que la solución más viable es que como era una pequeña virgencita, se mantuvo dentro de ella... bueno, que mal... por mí, que bien jijiji-mientras se tapaba la boca con la mano que metió dentro de la niña, lleno de sangre se lamio.
"Ok, no me puedo quedar ni un minuto más con este loco, Santo... ¿cómo pudo hacerle eso a la niña?
Por eso se veía más hermosa esta niña, descanso en su muerte". Pensó esto, mientras parecía un queso blanco.
-¡doc! ¡Jean! ¡Vengan ya! -se escuchó el grito del gordo.
Los dos hombres se vieron y Sin ignorarlo un segundo los dos sujetos se dirigieron a la sala de la pequeña niña.
-ya hablé con el comprador-dijo el regordete mientras se rascaba el mentón-que la quiere en el mejor estado posible, que entre menos la toquemos, más pagará. Entonces doc, déjala así, ¿entendido?
-claro señor-dijo el "doctor" con una pequeña reverencia-que mal, si me hubieran dejado hacerle la cirugía hubiera sido tan feliz-mientras se miraba las manos con muchas ganas.
-pues este día no doc, hoy no vas a poder hacer tus "cirugías"-haciendo con sus manos gestos de comillas-hoy me la llevo así, bueno B, dime en que la llevo, ¿en una maleta para pizzas? -preguntó Jean para mejorar su ambiente
-¡bah! Tú y tus chistes estúpidos, llévate la ban negra-le dijo el gordo a Jean, mientras encendía un cigarrillo.
-¿la ban negra? Pensarán que somos agentes federales, llevamos niñas, no códigos secretos de guerra.
-¡te llevaras la maldita ban negra!, ¿okey, Jean? -terminando la conversación el gordo, soplándole todo el humo del cigarrillo en la cara.
Jean solo levanto los brazos como diciendo "okey, okey". Sin discutir más, Jean amarro las muñecas frágiles y pequeñas de la niña, también sus tobillos rojizos y un poco huesudos, se la cargo al hombro; de la fuerza que hizo, al tirársela al hombro, le alcanzó a sacar el aire a la chiquilla.
-Una pregunta antes de irme-dijo Jean dándose la vuelta para mirar al doc y al gordo-¿cuánto tiempo lleva aquí esta niña?
-doc, respóndele-le dijo el gordo mientras se fumaba sin preocupaciones su cigarrillo.
-por ahí... seis meses, conocía a todas las niñas, hasta a la que se desbordó jijiji.
Tragó fuertemente saliva-okey, no debí preguntar, mejor me voy, después nos vemos jefe y también "loctor"
-Ja! Gracioso-bufó el gordo.
Jean al salir le dijo al tipo de la entrada que le prestará la linterna, sin esperar respuesta, Jean se la quitó de las manos con la chiquilla al hombro. Salió por un portón que llevaba al garaje, al llegar había unos hombres alrededor de una linterna apuntando hacía arriba, Jean les silbó, los hombres se levantaron y lo siguieron hasta la ban negra.
-Hey, Jean, ¿por qué en ésta? -preguntó un hombre moreno rapado.
-porque así es la vida Mark-le respondió Jean mientras abría los portones de atrás de la ban. -ahora llevemos a la niña a "Salida de Gaviotas".
-mmmm, ¿la nueva dirección para llevar a la chiquilla? -preguntó Mark mientras Jean metía con delicadeza a la niña dentro de la camioneta.
-sí, sí. Ahora llevemos a la niña rápido para ver el especial de esta noche, ¡Muchachos a la camioneta! -llamó Jean a todos los demás, mientras abría la puerta del conductor. Mark entró a la del copiloto, mirando a Jean con los ojos entre cerrados.
Jean prendió la ban, salió de ahí, la luz del sol le lastimaba los ojos, pero no prestó atención, solo quería seguir su "misión", la "Salida de Gaviotas" no quedaba muy cerca.
Después de un rato preguntó Mark-Jean, no te veo bien, ¿qué pasó ahí adentro?
-me llevaron al salón de cirugías y sentí miedo... o terror. -le respondió sin separar la vista del camino y con seriedad-solo que fue peor de lo que me esperaba ahí, en ese lugar que es controlado por el doc
-¡carajo! Jean ese lugar es horrible, lo que hemos hecho no es ni el diez por ciento de lo que hacen ahí adentro. -le aclaro Mark a Jean-¡esa gente está muy loca!
-no Mark, estamos todos locos, matar es matar, sea un adulto al matarlo rápido como nosotros o sea una niña pudriéndose en este lugar como lo hacen ellos.
Mark no hablo más en todo el camino hacia el puerto.Gracias por comenzar a leer mi historia, todo fue sacado de mi mente... sí, un poco extraño pero es lo mejor que tengo, lo único que digo es que me alegra que lean esta historia que he planificado durante mucho tiempo y que sea de su agrado. Muchísimas gracias...
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N.N: Sombras
Tajemnica / ThrillerN.N es una historia que muestra dos perspectivas muy diferentes, unidas por esa pequeña sombra, que les hará cambiar el rumbo de sus vidas... o volver a ellas. Arthur, quien desea solo una historia de vida cotidiana, es interrumpida por la inocencia...