Hanahaki • JeongCheol

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Fools - Troye Sivan

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—Hanahaki disease.

—¿Hanahaki disease?

—Una condición muy rara—el médico le entregó unos cuantos papeles a JeongHan y a Joshua—. Es... el mal del amor no correspondido. Un amor unilateral.

—¿Qué síntomas tiene?

—Mayormente, fiebre, tos seca, inflamación en la garganta... Dolor en el pecho.

JeongHan observó el diagnóstico como si se tratara de una profecía escrita en chino o en algún idioma que no entendiera en lo más mínimo. Después dirigió su mirada a Joshua, buscando algo de apoyo en cuanto a esa situación. La enfermedad que estaba desarrollando parecía inofensiva, al menos hasta que el médico volvió a hablar.

—Sigue sin tener una cura fija—aclaró el hombre—. Pero hay una que es un tanto complicada de aplicar y no depende mucho de nosotros.

—¿A qué se refiere?—Joshua apretó el hombro de su amigo.

—Para que JeongHan se cure, la otra persona debe enamorarse también.

—¿Y si no es así?

—Puedes morir.

Ambos jóvenes se quedaron petrificados ante la revelación que el adulto mayor hizo en ese momento. JeongHan podía morir si SeungCheol no se enamoraba de él. Pero el capitán estaba perdidamente enamorado de JiHoon.

Y forzar sus sentimientos lo haría peor.

—¿Qué clase de flores has estado expulsando, JeongHan?

—Rosas... Rosas azules—dijo con un nudo en la garganta.

—¿Rosas azules?—Joshua asintió—. Hace un par de días otro joven se acercó con el mismo diagnóstico. Me comentó que un amigo suyo padecía de lo mismo.

—¿Cuál es su nombre?—el americano insistió, acariciando la cabellera rosada de su mejor amigo.

—Choi SeungCheol.

Después de unos cuantos minutos intentando hallar una solución, ambos agradecieron al médico y se retiraron con el corazón hecho pedazos y el alma muerta. El silencio era agobiante hasta que llegaron al auto del extranjero, quien condujo hasta su departamento. En cada parada de semáforo llamaba a cada uno de su grupo, incluído a SeungCheol y a JiHoon.

JeongHan ni siquiera se movía. Observaba un punto fijo del auto y soltaba esporádicas lágrimas que recorrían sus mejillas. El corazón le dolía y apenas procesaba la situación que se estaba desarrollando en ese momento. Ni siquiera supo cuando Joshua le llevó en brazos a su departamento, ni cuando sus amigos llegaron, ni cuando comenzaron a hablar sobre su situación en la sala de estar mientras él se aferraba a una almohada en la habitación de su amigo.

—¿Y si SeungCheol no se enamora?

—Puede... puede morir—Joshua escuchó como alguien habría la puerta de su departamento—. Vaya, el gran amigo y su noviecito llegaron justo a tiempo.

—No metas a JiHoon en esto—SeungCheol ni siquiera le miró—. ¿Para qué nos llamaste?

—¿En serio lo preguntas?—Joshua echaba chispas por los ojos, dispuesto a lanzarse sobre él y desquitar su furia contra ese bonito rostro a golpes—. Lo sabías, Choi. ¡Sabías que Hannie estaba en riesgo!

—Detente—WonWoo hizo que Joshua se sentara—. ¿De qué estás hablando?

—Hace unos días fue a ver al mismo médico que atendió a JeongHan—el americano no dejó de observar con furia a SeungCheol—. Y él sabía que Han estaba en riesgo. Sabía que mi amigo estaba a punto de morir, ¡y no hizo nada por decirnos!

—Tenía miedo.

—¡Cobarde!—WonWoo y SoonYoung contuvieron a Joshua—. ¡Eso es lo que eres! Abandonaste a JeongHan por un tipo que te va a dejar a los meses... Nadie te pidió que lo amaras, ni que te enamoraras de él, pero teníamos la esperanza de que no lo dejaras solo...

—No lo entiendes—SeungCheol estaba al borde las lágrimas—. Estaba aterrado. JeongHan dependía de mí durante todos estos años... ¡Ni siquiera supe cuando sucedió!

—¡Porque estabas follando con este infeliz!—Joshua logró liberarse, dispuesto a lanzar el primer golpe, al menos hasta que escuchó la voz que tanto adoraba.

Todos los presentes voltearon a ver a JeongHan, quien había salido por un vaso de agua. El ángel había perdido su brillo. Sus ojitos avellana no brillaban más. Su cabello parecía incluso haber perdido color y sus labios no eran ese rosita vivo que muchos anhelaban probar.

—Basta—el pelirrosa se sostuvo de Vernon—. Dejen de discutir...

—Hannie...

—Cheol, vete por favor.

—Ángel...

—Que te largues—JeongHan lloraba a ese punto—. No me dijiste nada... Todos estos días estuviste ausente. Me ocultaste la verdad... Voy a morir y créeme que ya no me interesa si te revuelcas con otra persona.

—No vas a morir, Han—SeungCheol intentó acercarse, pero Vernon abrazó al pelirrosa de forma protectora—. Hansol, déjame abrazarle.

—Hyung, ya lo escuchó. Retírese.

SeungCheol observó una última vez los ojitos de su ángel antes de tomar la mano de JiHoon y salir de ese infierno. JeongHan se aferraba a Vernon como si su vida dependiera de ello y Joshua seguía siendo contenido por WonWoo y SoonYoung, quienes intentaban procesar la información.

Era un día relativamente malo para el grupo de amigos que se mantuvo fuerte y unido durante esos años. Pero era el último día de vida para SeungCheol y JeongHan.

Si el amor no nacía, el ángel se iría.

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