Estaba muy nerviosa esperando a Yatsumura en la cama... No quería que fuera muy brusca, ojalá se apiade de mí...
Narradora.
Y entonces Yatsumura entro a la pieza, miró a Asagiri mordiendo su labio, lo único que pensaba era en lo malditamente sexy que se veía, definitivamente no tendría ni un poco de piedad.
Se sacó su camisa quedando en sosten y falda, se acercó a Asagiri y le acaricio la mejilla.
Yatsumura: te ves tan sexy pequeña~ *sonríe y deja un pequeño piquito en los labios de la menor*
Asagiri: L-lo cree M-mommy?~ *Nerviosa y sonrojada*
Aún no se acostumbraba a la Yatsumura caliente... Era una persona totalmente distinta.
Yatsumura: Por supuesto bebé~ *cambia su sonrisa más bien a una cínica y abre las piernas de Asagiri*
Asagiri: M-mommy por favor sea cuidadosa...
Yatsumura: Si bebé~ Tendré el mayor cuidado que pueda~ *miente*
Asagiri: *asiente un poco desconfiada*
Yatsumura llevó sus manos bajo la falda de Asagiri quitando la ropa interior de esta, la miró y le empezó acariciando las piernas.
Veía contenta como su pequeña se retorcía bajo sus caricias, subió de a poco su mano llegando a la intimidad de Asagiri.
Yatsumura: Quieres?~ *dice acariciando suavemente el clítoris de esta*
Asagiri: S-si Mommy~
Yatsumura: Suplícame~ *sigue acariciando el clítoris de la menor suave y lentamente*
Asagiri: P-por favor tóqueme mommy~ la necesito~ estoy caliente~
Yatsumura: Así me gusta bebé~ *presiona un poco el clítoris y mueve el dedo más rápido*
Asagiri se deshacía en gemidos, sabiendo qué eso solo era el comienzo y que después su "mommy" se descontrolaría por completo.
Gemido por toque y Toque por gemido, luego de unos 15 minutos así, llendo de la mayor velocidad, hacía una menor y luego volviendo a subir la velocidad, Asagiri llegó a su clímax, soltando un gemido más fuerte que los anteriores y arqueando en exceso su espalda.
Yatsumura: *sonríe complacida y baja sus dedos a la entrada de Asagiri* quieres que los meta?~
Asagiri: S-si por favor~
Introdujo tres dedos de golpe. La entrada de la menor dolía. La mayor sentía como sus dedos eran fuertemente apretados por la entrada de su pequeña, resultado: se excito más.
En cuánto los dedos de Yatsumura estuvieron dentro por completo, Asagiri sintió como estos salían y entraban de su interior, sentía una mezcla entre dolor y placer, que le gustaba, pero odiaba a la vez.
Las "embestidas", si es que así se pueden llamar, iban cada vez más rápido y fuerte, haciendo que la más pequeña delirára de placer, todo rastro de dolor había desaparecido y ahora el placer estaba matando a la cordura de Asagiri.
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