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Capítulo seis.
Port Angeles.






Port Angeles

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Según las visiones de Alice el próximo Lunes habría un clima soleado por lo que les sería imposible asistir a clases. Emmett fue el más entusiasmado con la noticia e inmediatamente propuso salir de casería a una de sus montañas favoritas.

Todos aceptaron, con suerte podrían encontrar algún puma o a un oso de montaña (petición de Emmett). Carlisle pediría vacaciones adelantadas y el Viernes por la noche partirían rumbo a Tennessee.

Mientras las familias convencionales preferirían ir a pescar o incluso a acampar, la actividad favorita de los Cullen era cazar animales peligrosos, lo suficientemente grandes para calmar su sed. Definitivamente no estaban cerca de ser ordinarios.

Finalmente, el Martes por la mañana regresaron a Forks, totalmente satisfechos y con el ánimo renovado.

Lo que no esperaban (ni siquiera Alice) fue la inesperada visita que había llegado ese mismo día al anochecer.

Peter y Charlotte, dos nómadas amigos cercanos de Jasper y Alice, habían llegado de imprevisto para quedarse un par de días, solo estaban de paso.

Peter era un vampiro fuerte con el cabello rubio platinado y largo, conocido por haber luchado junto a su hermanado empatíco durante las Guerras Vampíricas del Sur como parte del ejército de María.

Charlotte, su compañera, tan pequeñita como su hermana Alice con el cabello rubio blanquecino era la representación de la delicadeza y autocontrol. Además de su innegable inteligencia hacia que fuera fácil e interesante conversar con ella.

De cierta forma, Davina veía en ellos a sus hermanos adoptivos, eran tan similares que era entretenido verlos interactuar. Era como un multiverso, ese pensamiento logró arrancarle una sonrisa.

La más feliz de tenerlos en casa era Davina, le gustaba escuchar durante horas sobre los lugares donde los nómadas habían estado, amando cada detalle de sus relatos y bromeando con ellos.

Para desgracia de ellos, los nómadas tuvieron que marchase pues tenían asuntos pendientes en Seattle.

Los Cullen se despidieron deseándoles un buen viaje y mientras Jasper se despedía de Peter, Charlotte se acercó a Davina.

──Deberían considerar dejar su dieta especial. ──murmuró con angustia.

──¿Eh? ──preguntó con el ceño fruncido.

──Tú compañero, Edward. ──señaló con disimulo al vampiro que tocaba en el piano con tranquilidad. ──Transpira inquietud, ¿la sangre animal puede enloquecerlo?

Davina solto una buena carcajada, sabia el porqué de su inquietud, aunque ambos mostrarán un buen autocontrol seguían siendo nómadas y Davina era... ¿mitad humana?

Davina || Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora