Impulsivo - Sevmione

¡Adiós Y Hasta NUNCA, Hogwarts!

El ruido parecía haberse apagado de golpe después de que Potter logró vencer al señor tenebroso. También era una buena noticia saber que el castillo podía ser de nuevo un lugar de estudio en lugar de un sitio de batallas mortales.

¿Quién quería hablar de lo sucedido? Absolutamente nadie quería verse nuevamente involucrado en un problema similar sólo necesitaban acabar e irse.

La mayoría quería salir corriendo de ese castillo sombrío y en ruinas el mismo que debía ser restaurado hasta en los mínimos detalles de sus interiores y exteriores.

Niños, adolescentes y profesores querían simplemente dejar pasar el tiempo en un intento máximo por ignorar su alrededor, sobre todo un pocionista con una cicatriz enorme en el cuello el cual era el resultado de una recuperación de seis largos meses en un hospital mágico.

Este hombre de levitas oscuros se veía agotado, no sólo de haber trabajado hasta el final para estar muerto y que esto le fallase sino de andar por esos grandes corredores exageradamente amplios y esas escaleras donde se le obligaba subir y bajar en vez de usar red flu o aparecerse.

Las reglas se habían puesto más estrictas en Hogwarts y eso le molestaba la existencia. Snape sentía que después de haber ganado no había por qué pegarse a las reglas y las posibilidades de quedarse disminuían.

Él necesitaba alejarse porque la vida ya le había dado una oportunidad ¿Qué más podía hacer sino que aceptar esa horrorosa situación de vida donde debía olvidar el pasado y tratar de buscar un nuevo objetivo?

*

Una semana de estrés le hizo darse cuenta de algo cuando aún descansaba en su casa entre una pila de información acerca de otras escuelas y propuestas de años pasados para ser profesor de universidad, y ahí en ese instante interesante se perdió imaginando cómo sería tomar un camino diferente al que se esperaba. ¿Qué era lo que se esperaba? Sería una experiencia nueva, ya no más mocosos presumidos y sabelotodos, ya no más problemáticos con uniforme verde o niños llorando porque no llegaron a nueve punto nueve.

De verdad el hombre necesitaba recuperarse del todo, física y psicológicamente, no volver a esas aulas húmedas con olor a limpieza mágica de elfos, ver las caras de mocosos entre diez a diecisiete años algunos con granos en la cara recordándole su fatal adolescencia o peor, bullying a escondidas en los baños, eso le asqueaba y en realidad aquello era lo que no soportaba junto con observar cada vez y todos los días el patio de la escuela desde la torre se astronomía donde mató a Dumbledore por su propio mandato.

Enseñar era su vocación, estaba dentro de sus venas mágicas y negras pero ¿Seguir con niños era lo que quería? En aquellos minutos tensos cuando su mente voló en imaginación viéndose frente a jóvenes adultos responsables, aulas pacíficas y respetuosas se sintió tentado a probar. Cerró los ojos viéndose al rededor de adultos o semi adultos serios que sabían al milímetro lo que querían.

Por eso eso sólo duró seis meses en esa escuela y después se largó. Era su plan, ese sería el camino que decidía.

¿Tenía el profesor la capacidad de ser profesor de universidad?
Sí, los títulos los consiguió después del tercer año enseñando en Hogwarts pero por estar cerca a Albus no se lanzó a ello, además de tener pendientes personales que debía resolver y casi los logra por completo, entre todo eso lo más importante era lograr la paz eterna y eso se le dio a medias porque vivir también podía ser una buena oportunidad para encontrarla.

Ahora era su momento y no iba a desperdiciarlo. Estaba vivo ya le daba igual, intentaría tener una mejor actitud ante esa odiosa situación esperando que todo lo que viniera fuera realmente mejor.