El líder perdido.

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Ya han pasado 4 años desde el estallido.

No sé si ya nos acostumbramos o es que desde incluso antes del estallido vivimos con el miedo de morir.

En 1995 ocurrió una tragedia: las personas de pronto se convirtieron en monstruos. Los científicos jamás hallaron la razón, no porque haya sido imposible, sino porque también se convirtieron en monstruos antes de descubrirlo.

El planeta sucumbió ante el estallido en cuestión de meses, todo fue repentino e imparable.

Los intentos por parte de los gobiernos del mundo para controlar la tragedia fueron insuficientes, pero aprendimos a lidiar con ello.

La gente que logró sobrevivir creó "La Alianza", en donde nos refugiábamos y vivíamos nuestro día a día fuera de peligro.

No es un pequeño grupo, es casi una ciudad entera en realidad. Tenemos fronteras, alimento, agua potable, medicamentos y protección.

El gobierno es relativamente justo, tenemos un líder, un cuerpo de seguridad, un cuerpo de exploración y un cuerpo de inteligencia. La única falencia de La Alianza es la delincuencia, aumenta sobretodo cuando los exploradores llegan con las manos vacías del exterior. Los alimentos y medicamentos escasean.

El Líder forma parte de un grupo de 6 líderes, cada uno distribuido en cada continente con su propia alianza: Alianza Asiática, Alianza Antártica, Alianza Europea, Alianza Africana, Alianza Oceánica y Alianza Americana.

No es que tengamos el control en todos los continentes, cada alianza es del tamaño de una ciudad pequeña, no del continente completo.

Es por eso que se nos dificulta mantener el control, sobre todo con el número de vivos y el número de muertos. A veces salen 10 exploradores y llegan 6. A veces salen 3 agentes y llega solo 1.

Si nos lo propusiéramos con todas nuestros recursos, lo podríamos hacer, excepto en un lugar: Nueva Zelanda.

A ese lugar le llamamos zona muerta, ni la Alianza Oceánica, que es la más cercana, ha logrado sobrevivir ahí. Dejaron de intentarlo desde que el combustible se convirtió en un recurso escaso para los barcos.

Es ahí cuando yo entro en juego. La Alianza Americana, de la cual formo parte, me tendría una sorpresa.

Iba caminando por las calles, junto a mi amigo Jack.

—Pero en serio... ¿por qué crees que el líder haya convocado a todo el cuerpo de inteligencia urgentemente? —preguntó él por novena vez.

Así había sido: el líder de la Alianza Americana hizo un llamado a todo su cuerpo de inteligencia a las 6 de la mañana para una reunión de carácter emergente.

—¿Por qué siempre que hablas de él lo llamas líder?, es decir, lo es, pero también es nuestro amigo y se llama Paul.

El cuerpo de inteligencia en cada alianza se trata de un grupo de personas que se encargan de crear estrategias, ya sea para salir a explorar, estrategias para administrar los suministros, estrategias de ataque. Además de estudiar la enfermedad, o lo que sea que haya causado el estallido, lo que implica tener que salir al exterior.

De las personas enfermas no sabemos casi nada, solo que se alimentan de carne, ya sea viva o muerta, aún que la prefieren viva y fresca. Y desprenden un olor putrefacto de su piel. Es imposible entrar en razón con ellos, son como animales. Algunos de ellos tienen una gran capacidad de evolución, aún así todos son tontos y lentos.

Simplemente les llamamos "zombies", es a lo que más se parecen, a diferencia de que no andan en búsqueda de cerebros. Los más anticuados les llaman "caminantes"

—Claro, se llama Paul —respondió Jack poniendo cara de susto.

—¿Le tienes miedo? —le dije burlándome.

—En absoluto —dijo Jack cambiando su cara—, algún día seré líder de la alianza americana.

—Todos nos moriremos si vivimos bajo tu mando —dije riéndome con cierta inocencia.

—No seas tan despectivo.

—Lo sé, solo estoy jugando.

Con Jack siempre nos tratábamos así.

Luego de un par de minutos llegamos a el ayuntamiento.

—El Líder los está esperando —dijo un hombre del cuerpo de seguridad apoyado en la puerta principal.

Nos guió hasta la sala de reuniones, donde efectivamente estaba Paul, sentado en el extremo de la mesa.

Algunos agentes ya habían llegado.

—Asiento, por favor —nos dijo Paul.

La sala estaba silenciosa, aún que se oían murmullos.

Justo después de nosotros llegaron 2 agentes más. Y ya estábamos todos, los 15 agentes del cuerpo de inteligencia de la Alianza Americana.

Paul se levantó de la silla e inmediatamente todo el cuerpo se levantó para saludar.

—Olviden las formalidades, tomen asiento —dijo el líder.

Todos nos volvimos a sentar algo confundidos. Paul era un hombre demasiado correcto como para "olvidar las formalidades"

Los murmullos cesaron para dar paso a Paul.

—Los he llamado aquí urgentemente, porque el líder de La Alianza Oceánica ha desaparecido.

Todos inhalamos aire al unísono.

—Fue declarado así hoy a las 3 de la mañana. El cuerpo de seguridad de esa alianza contactó conmigo para hacérmelo saber.

—¿Cuál es el punto? —dijo una de las agentes.

—La gente ha dicho ver a el líder huir de la alianza en medio de la noche, pero aún así es raro porque no se llevó ningún solo suministro más que combustible. Por lo que se cree firmemente que ha emprendido viaje a zona muerta.

—¿Nueva Zelanda? —exclamó otro agente

—Afirmativo. Es sumamente importante contar con todos los líderes para que todo funcione correctamente, aún así todas las demás alianzas se negaron a prestar apoyo presencial para encontrar al líder perdido. Excepto nosotros.

Nuevamente todos inhalamos aire al unísono.

—Uno de ustedes tendrá la misión de ir a zona muerta y recuperar al líder perdido.

Era de esperarse. Paul jamás se ha destacado por ser alguien con miedo a arriesgarse.

—¿Quién? —preguntó Jack.

—La persona que vaya recibirá un nuevo uniforme para adaptarse a las necesidades del terreno Neozelandés, armas discretas y apoyo económico por parte de las demás alianzas. Además 2 de nuestros mejores exploradores les acompañarán en caso de que la cosa se ponga fea. No sabemos qué hay en zona muerta realmente, quizás el líder oceánico ni siquiera esté allí o esté muerto con toda la gasolina que se llevó.

—¿Quién? —volvió a preguntar otro agente.

—La decisión la tomé apenas supe todo esto —Dijo Paul con seriedad—. Irás tú, Kennerson.

Ken, Kenny, Kenner. Sí, ese era yo.

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