Zona Muerta

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Todos nuevamente inhalaron al unísono al escuchar que yo había sido selecto para ir en busca del líder perdido a nada más ni nada menos que a Zona muerta.

En los primeros segundos la idea me pareció ridícula, pero después no tanto.

Jack intentó darme un abrazo en modo de felicitaciones pero notó mi incomodidad en todo esto.

—¿Por qué yo? —pregunté con un falso orgullo

—Vamos, eres uno de los mejores agentes. ¿No lo crees? —contestó Paul

Luego se acercó lentamente a mi oído.

—Te diré la verdad a medianoche, en tu apartamento —susurró con un tono airoso y ronco.

Luego me dio un fuerte apretón de manos y todos me aplaudieron para felicitar mi progreso como agente.

Salí del ayuntamiento junto a Jack rumbo a La Ración.

La Ración es un lugar en el que se reparten equitativamente los alimentos. Pero los repartidores siempre son sobornados para que den más alimento del que deben dar.

—¿Qué te parece la idea de ir a zona muerta? —preguntó Jack con entusiasmo

—Confío en las decisiones de Paul, pero no sé.

—Ese "no sé" significa "tengo miedo" —dijo Jack burlándose

—Probablemente.

—Me hubiera gustado ir contigo.

—Si quieres ser líder americano debes permanecer vivo —dije, y luego me reí.

—Si quieres completar la misión también debes permanecer vivo —respondió

No estaba muy seguro acerca de esa idea, pero confiaré en las decisiones de Paul. Aún que aún no tenga claro el porqué me eligió a mi.

Llegamos a La Ración, nos dieron nuestro alimento correspondiente y salimos.

—Vamos a cenar a mi apartamento —dije

—De hecho, voy a ver a mi ex esposa —contestó

—¿A Betty?

—Sí, ya está por cumplir 8 meses del embarazo.

—Claro, entendible. No te preocupes.

—Tú deberías hacer lo mismo.

Supongo que sí, aprovechando que voy a zona muerta.

Tuve una pareja de 15 años. Extrañamente jamás nos casamos y un poco antes de iniciar el estallido terminamos y se fue a Indonesia con sus padres. Lo que ahora es parte de la Alianza Oceánica. ¿Seguirá con vida?

No volvimos a hablar hasta que tuvimos que separarnos.

—Nos vemos mañana, Kenny —me dijo energético

—Adios, Jack —respondí firmemente.

La gente vive en apartamentos. Cada uno tiene un número desde el 1 al 278.054, aunque algunos están vacíos.

El mío era el 78.322, así que fui allí.

Saqué la caja que me dieron en La Ración y me instalé en la mesa.

Era puré de papas con pescado.

Luego de unos 5 minutos golpearon la puerta.

Me pareció extraño, ya que era un poco tarde para visitas.

Era Melissa, una mujer que es muy buena para hacerle favores a Paul.

—¿Paul te manda? —pregunté sin saludar

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