Capítulo 1: Un pequeño Charmander

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Cualquier relación con otros personajes son mera coincidencia. Descargo de responsabilidad: ningún personaje es mío y solo la compañía tiene todos los derechos de autor.

Cuando era niño, siempre me gustaba oír la misma historia que mi papá, Ignus, un Charizard fuerte y valiente, me contaba:

"Hace mucho tiempo, los Pokemon y los humanos no se llevaban bien. No era nada personal, pero los humanos creían que nosotros éramos sus enemigos porque, según ellos, los atacábamos sin razón alguna. Sin embargo, la verdad es que los humanos nos declararon la guerra antes, cuando destruyeron nuestros bosques para construir sus ciudades. Entonces, una noche, nosotros y otros grupos de Pokemon atacamos una fábrica en construcción con humanos adentro. Cuando los ahuyentamos, la quemamos por completo. Sin embargo, y por fortuna, nos dimos cuenta de que un pequeño bebé humano se encontraba con vida. Algunos Pokémon no sabían que hacer, pero al final, nosotros nos compadecimos de él y lo dejamos vivir. Todo debido a que había una profecía de nuestro mundo que decía que algún día humanos y Pokemon nos llevaríamos bien"

"Y luego me tuvieron a mí" finalicé la historia, moviendo mi colita encendida. Mi papá sonrió y respondió:

"Sí, y al poco tiempo te tuvimos a ti mi pequeño Charmander" dijo mientras frotaba su cara contra la mía.

"Y decidimos llamarte Alex" añadió mi mamá, Agni, mientras cocinaba en un lado de nuestra cueva.

"Sí, y ese fue un bonito nombre" dijo mi papá, "Lo eligió tu mamá, y no pude estar más de acuerdo"

"Papá... ¿qué le pasó al bebé humano? ¿regresó con su familia?" pregunté por curiosidad.

Mi padre me vio con una cara de preocupación, al igual que mi mamá. Creo que no fue una buena pregunta.

"Es... sí, creemos que regresó con su familia" dijo después de un leve suspiro.

"Bueno, basta de cuentos ustedes dos" dijo mi mamá, "Vamos que es hora de almorzar"

"La mejor idea del día, vamos hijito" me dijo mi papá, y nos dirigimos a nuestra mesa de tronco.

Mi mamá siempre cocinaba delicioso: aparte de los Pokemon, existían otras criaturas sin inteligencia que se llamaban 'aves' algunas eran rechonchas y otras delgadas, las cuales a veces comíamos. Pero también existían animales terrestres come venados u conejos, los cuales debíamos tener cuidado de cazar porque se parecían a un buneary o sawsbuck. Eso era exactamente lo que estábamos almorzando: carne de venado. Me comí muy agradecido mi porción y porque mi mamá fuera la mejor con el fuego en la cocina.

Después de comer, mi papá se estaba preparando para su revisión diaria por los bosques y montañas. Al ser el líder de los Charizard, debía velar por la seguridad de varios Pokemon que vivían en una gran área. Yo siempre deseaba ir, pero siempre decía que sería peligroso.

Desde afuera de mi cueva, llegaba la voz de un amigo para salir de mi cueva a jugar: se llamaba Dash, era un Squirtle. Aunque muy diferentes, éramos buenos amigos. Nuestros padres habían sido rivales y amigos, pues mientras mi papá realizaba revisiones aéreas, el papá de Dash hacía revisiones acuáticas, cada uno su especialidad.

"¡Ya voy!" grité desde dentro. Me dispuse a salir, pero mi mamá se interpuso entre mí y la entrada.

"Alex tu padre y yo no hemos dicho que puedes salir" dijo ella.

"Lo siento. Eh... ¿por favor mamá?" dije.

"Tu papá tiene la última palabra" respondió señalando a papá, quien también ya iba a salir.

"Por favor papá" le imploré.

"Claro campeón, pero acuérdate de regresar temprano" dijo sonriente.

"Lo haré, gracias" dije y salí lo más rápido que pude.

"¡Que bueno! Pensé que no llegarías" dijo Dash, quien me esperaba afuera.

"Lo siento, sabes cómo son los padres" dije yo. De repente, unas lianas me taparon los ojos.

"Adivina, adivina, ¿quién soy?" dijo una voz. No tuve que pensar mucho para dar con la respuesta.

"Flora"

"Me descubriste" las lianas se quitaron, y regresaron a su dueña: una Chikorita de nombre Flora, cuya madre era la enfermera de artes naturales en el campo de flores.

Ellos dos, Dash y Flora, eran mis mejores amigos, aunque también existía otro Pokemon que consideraba más que una amiga...

"¡Hola chicos! ¿Llego tarde?" dijo una voz, que hizo ponerme de los nervios.

"Hola, Ember" dijo Flora, "No amiga, llegas justo a tiempo, Alex también acaba de llegar"

Otra Charmander se reunió con nosotros. A parte de la diferencia de géneros entre ella y yo, ella siempre usaba un paño rosa alrededor de su cuello, y tenía unos muy bonitos ojos azules. Sus padres y los míos eran muy buenos amigos y camaradas. Ella me miró y me saludó:

"Hola Alex, ¿listo para jugar?"

"H-hola Ember. Sítodo listo" respondí con nerviosismo.

Pokémon, Profecía de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora