Capítulo 13: Tu verdadero ser

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Agradecía a Ho-oh por haberme dado una cola llameante, ya que sin ella estaría más ciego que un Zubat. Con la poca luz que me brindaba mi cola, me dispuse a inspeccionar el interior, lo cual no fue para nada agradable. Todo el lugar estaba hecho un desastre: papeles tirados, muebles rotos, telarañas, algunas vigas de madera habían caído, e increíblemente todo estaba solitario.

Avancé cuidadosamente tratando de encontrar las supuestas respuestas que aquel extraño Noctowl me dijo que podía encontrar. El silencio hacía cada vez más tétrico el lugar, casi no podía creer qué me hubiera pasado allí si mi madre Charizard no me hubiera encontrado.

De improviso, un crujido sonó en mis pies, lo cual significaba que había pisado algo. Bajé la mirada y encontré un marco con la misma fotografía que había en mi guardapelo: era la foto de mi familia biológica: mis padres sonrientes y yo en los brazos de mi madre cuando era un bebé humano. Caminaba mirando la foto iluminándola con mi cola cuando nuevamente crujió algo a mis pies.

Pensaba que eran más vidrios del marco, pero resultó ser algo verdaderamente diferente y perturbador cuando lo iluminé: huesos. Había pisado un par de ellos sin darme cuenta por la oscuridad. Siguiéndolos, encontré una colección de ellos a un lado de la habitación, no tuve muchas dificultades en pensar en quienes eran los dueños de esos huesos.

Un poco asqueado, tuve que apartar la mirada. Si esa fue alguna vez mi familia, no quería que un reencuentro fuera como ese: viendo solo lo que quedaba de ellos. Decidí girar la vista y buscar una forma de salir de ese terrible escenario. Sin darme cuenta debido a la oscuridad, me topé con una puerta igualmente casi caída.

Atravesando el umbral después de que la puerta cayera, me encontré en otra habitación, iluminada ligeramente por la luz de la luna y de mi cola. Lentamente, recorrí la habitación con mis ojos, como tratando de encontrar algo especial en ella...

Y finalmente lo encontré: había una canasta a un lado de la habitación. Sobre ella, una manta azul colgaba desordenada. Dentro de la cesta estaba un par de viejas orejeras para dormir.

"De modo que aquí fue donde me encontraron..." dije algo apenado, "Hubiera muerto de no ser por mi madre Agni..."

Me acerqué y levanté la canasta, parecía totalmente normal. Pero, cuando intenté ponerla de vuelta en su lugar, un pequeño cofre que había permanecido detrás de la cuna llamó mi atención: era un cofre de madera de color rojizo, con una cerradura donde cabría algo redondo...

"¡El guardapelo!" pensé, mirando la forma en que se parecían mi reliquia y la cerradura.

Sin pensarlo dos veces, me quité el colgante y lo encajé en la cerradura, de manera que esta se abrió al reconocerlo. Dentro de ella, había solamente dos objetos: un cuaderno y una piedra grande, azul y redonda con el mismo dibujo de una hélice que tenía la otra piedra que perdí cuando me secuestraron.

No sabía que significaba eso, así que supuse que tendría que leer el cuaderno que se encontraba con la piedra. Al abrirlo, me di cuenta que no solo era un cuaderno, sino también un diario. Comencé a leer:

20 de octubre

Los estudios de las fascinantes evoluciones Pokemon han resultado alentadores, nuestro jefe está encantado con los avances. Con el tiempo, seguro que nos ascenderá a Amelia y a mí. Solo espero que Amelia pueda tomar vacaciones por un tiempo, nuestro bebé ya se acerca.

28 de octubre

La misteriosa 'mega evolución' es otro campo que debemos investigar. Por mi parte, estoy feliz de ser un investigador. Sin embargo, no deseo lastimar a los Pokemon si puedo evitarlo. Cuando era niño, era entrenador y mi compañero Charizard me salvó la vida. Desde ese momento, siempre quise honrar su memoria investigando y cuidando de los Pokemon. Por eso, centré una investigación propia sobre la Charizardita X. Aunque en realidad mi investigación trata del legendario Mew

Pokémon, Profecía de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora