Pokémon, Profecía de Fuego

Capítulo 9: Suceso inesperado

(P.V Primera Persona)

"...Y esa es la verdad, esa es tu historia" dijo mi madre mientras se secaba las lágrimas de los ojos.

"Lo comprendo mamá" dije, "Pero no estoy molesto porque me hayan ocultado la verdad, realmente lo comprendo: ustedes me salvaron y me cuidaron"

"Me alegra que lo entiendas hijo" dijo mi padre.

"Hijo mío, esto es tuyo" dijo mi madre, sosteniendo una cajita de madera que antes había visto en su lado de la cueva.

Al abrirla, encontré un guardapelo dorado, el mismo que llevaba cuando era humano. Lo sostuve entre mis manos y lo examiné: estaba escrito 'Alex' en la cubierta, mi propio nombre. Luego, procedí a abrirlo: dentro estaba la piedra rara y la fotografía una pareja humana con un bebé.

"Ellos son..." empecé.

"Tus padres biológicos, sí" respondió mi madre.

Inmediatamente, los abracé a ambos.

"No importa lo que haya pasado, ustedes siempre serán mis padres" dije orgulloso de serlo.

Mis padres me devolvieron el abrazo y así estuvimos un buen rato. Luego, lentamente, nos soltamos.

"Pero sigo sin entender sobre esa profecía" continué mientras me colocaba el guardapelo, "si soy el elegido, ¿cómo debería realizar ese destino?"

"No lo sabemos. Tu madre y yo solo escuchamos lo que nos dijo Ho-oh, pero no nos dijo cómo se realizará esa profecía" dijo mi padre.

"Entiendo... creo que necesito algo de aire fresco para entender mejor la situación. Saldré un momento a dar una vuelta. Ahora vuelvo" dije, y me dirigí afuera de la cueva para pensar mejor.

Ya estaba atardeciendo, pero era necesario dar un paseo para sentirse mejor después de haber escuchado semejante revelación. Caminé a través de las rocas, y luego por el césped, tratando de ordenar ideas dentro de mi cabeza:

"De modo que mis padres murieron asesinados por otros humanos" pensé, "Y, ¿Ho-oh tiene esa confianza que sea el ser de esa profecía? ¿realmente soy tan especial?"

"¿Alex? ¿Estás bien?" dijo una voz familiar. Me giré para ver quién había hablado: era Ember.

"Ah, hola Ember" le dije, "Sí, solo que tengo varias cosas que pensar"

Diciendo eso, le mostré el guardapelo.

"¡Qué bonito! ¿De dónde lo sacaste?"

Caminamos durante un rato y le conté la misma historia que mis padres me contaron: mi madre me encontró abandonado y con ese recuerdo, cómo ella y mi padre decidieron adoptarme y cómo me llevaron con Ho-oh y él me transformó. También le hablé de la profecía.

"Woah, parece... bastante complicado" dijo cuando terminé de contárselo.

"Sí, y no sé qué hacer" dije, "Por cierto, ¿Cómo están nuestros nuevos amigos?"

"La señora Aura y Flora ya los han repuesto. Y se quieren unir a nuestro club de amigos"

"Sería genial tenerlos como amigos, un tipo volador y otro eléctrico serian una gran adición"

Nos sentamos al lado de un río. Ya casi iba a caer la noche. Me entretuve examinando la extraña piedra que saqué de mi guardapelo, se veía muy bonita a la luz del alba.

"¿Quieres saber algo?" dijo Ember.

"¿Qué cosa?" le pregunté.

"No importa, que hayas sido humano en el pasado. Lo importante es que estés aquí con nosotros"

Me sentí muy alegre con esa confesión. Ella siempre había sido tan especial para mí, incluso en los peores momentos, incluso aunque a veces nos golpeábamos en el entrenamiento...

Un shock eléctrico me sacudió inmediatamente, pero no era uno de amor: era uno de verdad. Igualmente, Ember también tembló: ella también recibió una descarga eléctrica. Ambos caímos y solté la piedra. Me quedé semiconsciente para ver qué había pasado.

Con el rabillo del ojo, pude ver a dos sujetos del mismo grupo que habían atacado el campo de flores temprano. Era muy deducible por esa gran R en el pecho.

"Tenemos al Charmeleon que habla" dijo uno de ellos, "Creo que, con esto, quedaremos perdonados con el jefe"

"¿Cómo estás seguro de que este era el que hablaba?" dijo el otro.

"Era un macho, pero por sea caso, llevémonos los dos a la base"

"¿A cuál de todas?"

"Idiota, pues a la principal, la del monte negro. El jefe querrá verlo personalmente"

Luego, pude sentir que mi cuerpo era levantado y depositado en algo duro, en ese momento, quedé inconsciente.

Me desperté al cabo de unos segundos por un movimiento. Miré todo a mi alrededor: Ember ya estaba despierta, ella y yo estábamos siendo transportados en jaulas de metal en la parte de atrás de un furgón. Y al parecer no dejaban a los prisioneros en paz, pues podía escuchar claramente una música a todo volumen que indudablemente venía de donde estaba el conductor.

"Espera, voy a intentar derretir la cerradura con algo de fuego" dije.

"No sirve, ya lo intenté todo Alex" dijo Ember, "Garras de acero, fuego, no sirven. Apenas pude hacerles algún daño"

"Eso significa que solo un fuerte golpe lo rompería" pensé, "Debemos salir, no me perdonaría si algo le pasara a Ember"

Volví a repasar todo a mi alrededor: era un simple furgón, pero estaba cerrado...

"Un momento" pensé, "si no puedo derretir los barrotes, tal vez..."

Tomé una decisión: utilizaría un placaje. Golpeé la jaula de Ember con todas mis fuerzas, haciéndola que se golpeara con la puerta. Gracias a la bulla que se escuchaba, nadie se daba cuenta de lo que sucedía atrás.

"¡Eh! ¿Qué haces?" me dijo ella.

"Debes salir de aquí y traer ayuda" le dije mientras continuaba empujando, "La base de estos tipos está en algún lugar llamado monte negro. Depende de ti"

"Pero, ¿qué te pasará?"

"Es a mí a quien quieren, los escuché hablar. Solo... ¡Huye!" dije, golpeando con más fuerza la jaula de Ember contra la puerta.

Funcionó: el golpe fue lo suficientemente fuerte como para abrir la puerta del furgón y, con eso, dejar caer la jaula de Ember. Con el impacto de la caída, la jaula que llevaba a Ember se cayó y quedó libre. Sin embargo, para cuando ella se puso de pie, el furgón había ya avanzado tanto que seguramente no me iba a alcanzar.

Estaba exhausto de haber hecho tal esfuerzo, caí rendido en el fondo de mi propia jaula.

"Tal vez estos tipos sean malos" pensé antes de cerrar los ojos, "pero realmente son tontos"