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0 8 // MORDIDA //



Seguramente esto les ha pasado a ustedes, ¿ Nunca han sentido la sensación de decirle muchas cosas a la persona que aman? Puede ser que suene loca mi pregunta en mi estado, pero al menos yo si lo siento así.

A pesar de que sabía que estaba al borde de la muerte, yo solo pensaba en Leticia y en mi pequeño que tenía en su vientre, quería decirles cuanto los amaba, tantas cosas no le dije nunca a Leti, mientras ella todos los días me susurraba te amo, yo solo le daba besos y no se... Me siento como que nunca pude ser capaz de decirle "yo también" y a pesar de que nunca me enamoré de ella, se que la quiero mucho y a ese niño en su vientre también, cabe recalcar que aún sigue en su vientre, por lo que eso me da más tristeza aún, moriré sin verlo. Sin saber si obtiene algún rasgo de ella, o de mi difunta madre, o quizá los ojos azules de mi difunto hermano, porque si, ya me adapté a la idea de que estaba muerto, y sino era así iba a estar igual de hambriento a las personas que tenía en frente, y a penas me viera iba a querer devorarme, porque una cosa que aprendí fue, que después de que te muerden eres un caso perdido.

Y en ese instante yo también lo era.

Después de que la docenas de zombies se volteara, tan solo me dió por retroceder sin mirar atrás, el miedo me dió por eso, así que lo próximo que pasó fue tan rápido que me dejó aturdida.

Llegó el sheriff con su pistola y disparó a la niña zombie que tenía detrás de mí con sangre en la boca, luego de eso fue que desperté de mi idiotez y pude atacar a los que intentaban atacarme a mi, en total fueron dos que les partí por la mitad el cráneo, cosa que me dió asquito, pero que no era momento de ponerme en modo niña pija y fina.

Derek, Leticia y Louis llegaron para hacer bulto, pero a la vez para ayudar, Leticia aterrada por primera vez usó el machete en contra de una mujer que intentaba devorarla y tras eso se dispuso a llorar. Okey ella si que es ñoña.

Isa y el hombre de treinta años llegaron también, pero Isa no aportaba nada por la patria, tan solo se dispuso a mirar la película de terror que tenía delante de ella con los ojos bien abiertos y ni siquiera vió al regordete que se acercó a ella para devorarla.

Yo como pude, y con una fuerza que salió del cielo, lancé el hacha cuando ya estaba a centímetros de ella, y por casualidad de la vida le dió en la cabeza, eso es como se dice tirar piedra y asestar.

— ¡DIOS SANTO! — gritó Isa mirando hacia un lugar y no entendí el mensaje, pero cuando me voltee pude ver como tres zombies se habían aprovechado de que al sheriff se le acabaron las balas y mientras buscaba municiones estos se acercaron, y el primero en morderlo fue uno negro, que no perdió tiempo para darse un festín de su pierna, luego lo siguieron los otros, y el hermano del sheriff solo gritó su nombre llorando ya.

Louis y Derek acabaron con ellos y con otros dos que quedaban, mientras él treintañero de la escopeta, ese será su apodo en mi mente, se agachó apreciando el cadáver de su hermano.

Eso me dió lastima y miré a Leticia, ella me miró y luego su vientre.

Le dimos el tiempo para que se despidiera de su hermano, mientras nosostros nos pusimos a revisar, esta vez la planta alta, luego de estar seguros de que la baja estaba bien, lo que está vez iba con Leticia, no iba a dejar que volvieran a dejarme sola. Isa iba con Derek y Louis se las arreglaba sola.

Esta vez revisabamos el living, yo iba delante para proteger a Leticia, hasta que un fuerte dolor me obliga a sentarme en el sofá y ví como Leticia me miraba, sus ojos estaban bien abiertos y estaba a punto de llorar, no sabía que le sucedía así que mire a los lados y no había nada, pero el dolor en el costado volvió y me tuve que quejar.

— No puedo creer que te hayan mordido Sarah — se sentó a llorar y allí fue cuando lo comprendí.

Estaba perdida, si, me habían mordido lo que con todo el lío de los zombies se me había olvidado, aquella niña me había mordido y había perjudicado mi vida, aunque ya lo estaba, pero aún me faltaba tanto por decirle a mi Leti que el tiempo no me era suficiente.

— Ven aquí — a esta hora ya yo era un mar de lágrimas, siempre había protegido a Leticia para que no le pasará nada, estando ella embarazada era un riesgo, pero ahora estaba yo así, a escasas horas de convertirme en su enemiga y ella en mi presa, no quería eso para mí, no quería convertirme en esas personas, no quería verla a ella como a un bocadillo.

Ella recostó su cabeza en mis muslos y comencé a acariciarle su cabello, tan suave y rojizo como siempre me ha gustado, ella no paraba de llorar lo sabía al sentir sus sollozos y la humedad en mis muslos.

— Ya no pasa nada Leti, solo espero que sepas que a pesar de todo siempre estaré contigo — le dije, sabía que era una despedida, eso empeoró la situación y la hizo llorar más, haciendo que me abrazara tan fuerte, que sino moría por asfixia iba a ser un milagro

— No, tu siempre estarás conmigo, porque yo no te voy a dejar — me besó y me separé de ella rápido. — ¿ Que pasa?

— No hagas eso, ¿ Acaso quieres contraer el virus tu también? — ella bajó la cabeza sin dejar de soltar lágrimas a montones de sus ojos claros, yo no sabía si también por la saliva se contraía el virus, pero no iba a correr ese riesgo, eran dos personas las que iba a dejar atrás, dos criaturas que amo con todo mi corazón.

— Chicas todo despeja...— no pudo terminar la frase cuando vió la situación que tenía delante sus ojos. — ¿ Que es lo que pasa aquí? — se acercó a nosotras para una explicación.

— Debo irme Louis, me mordieron — me levanté la camisa y éste comenzó  a negar con la cabeza soltó la espada que cayó al suelo y se llevó las manos a la cabeza.

— No Sarah, tú no — empezó a llorar y eso era algo que no podía ver, me debilitaba ver cómo las personas que amo se desmoronaban por mi, verlos llorar rompía algo en mi interior.

Estuvimos los tres abrazados llorando a moco tendido, hasta que pasaron unos pocos minutos, me levanté decidida y los miré a los ojos sin dejar de sentir miedo, claro que no quería morir, pero tampoco devorarlos, la mejor decisión era irme lejos para cuando me convirtiera o estuviera cerca en convertirme matarme yo misma, quizá con un tiro en la cabeza, aún no se, no es fácil pararse a pensar en como te matarás, ni para nadie ni para mí.

— No Sarah, me voy contigo no puedo dejar que eso pase — en ese momento entraron Derek e Isa, que no sabían nada de lo que pasaba, pero que de seguro llegaron por el ruido que teníamos formado.

— ¿ Porque te vas? — preguntó Derek e Isa se puso a su lado curiosa también.

— Me mordieron y no quiero infectarlos — ambos abrieron la boca y notaron la herida ya que la camisa estaba manchada de sangre.

— ¿Que?

— Me voy, no se a donde pero supongo que caminaré sin rumbo alguno. — bajé mi cabeza al suelo, no saben cómo me dolía abandonar a las personas que amo por tan solo un mordisco, pero ya sabía que eso era la señal para saber que estaba infectada.

— Voy contigo — la voz del treintañero de la escopeta hizo que me volteará a verlo. ¿ Acaso está loco?

— ¿ Estás loco? Claro que no, quédate aqui y protégete de los zombies. — le dije.

— ¿ Zombies..? — él negó y me dió la pistola que tenía su hermano y en la otra mano el hacha. — No tengo nada que perder, y no pienso estar bajo el mismo techo donde mi hermano murió — tenía los ojos rojos de tanto llorar y en parte entendía su situación

— Por favor Sarah, no me hagas esto — Leticia seguía llorando pero no había vuelta atrás, ya me había decidido, iba a protegerlos aunque tenga que pegarme un tiro o irme hasta el Sahara.

〰️

Pobre Sarah la acaban de morder.

Esperen...ella no puede morir, es la protagonista de esta historia.

¿ Morirá? ¿ Sobrevivirá? ¿ Su espíritu despertará? ¿ Se convertirá?

Eso lo sabremos pronto, solo debemos ojear y estar atentos a lo que pasará.

I N F E C T A D O S //Lgbt//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora