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Esa noche TaeHyung solo dijo que le importaba, no dijo más. Luego de eso regrese a casa, creí que al llegar habria un punto en cual me rompería a llorar o solo una melancolía invadiría mi cuerpo, no fue así, para mi suerte no lo fue.

El tiempo volvió a pasar rápido, cuando lo pienso creo que todo pasa de forma acelerada cuando una espina, algo que tranca el paso, en este caso JungKook, nuestro matrimonio e incluso TaeHyung se van del camino. Ha pasado de manera acelerada casi seis meses.

Cuando este año nuevo inicio nunca pensé que a mediados de el terminaria divorciada, o con un nuevo puesto en el trabajo, no negaré que uno me ha hecho más feliz que el otro, pero ambos me han tenido muy contenta.

JungKook cumplió su palabra, me dejo ser libre y firmó el divorcio. El trámite duró alrededor de 2 meses en ser procesado con totalidad. Recuerdo como las lágrimas cayeron por mi rostro cuando vi el documento en mis manos. Extrañamente el señor Lim me felicitó por mi divorcio, lo hizo de una forma bastante peculiar, como si ese día yo estuviese cumpliendo años.

— ¿Cuándo me invitaras a almorzar, eh, señorita Manoban? —  Preguntaba juguetona Sorn. —  Hace meses entraste a trabajar y no he podido disfrutar de tu salario como se debe.

Me echo a reír. — ¿Disculpa? —  Alzó una ceja. Que descarada es esta amiga mía. —  ¿Eres tú o soy yo quien está trabajando aquí? 

La escucho reír tan contenta, me hace feliz escucharla. Sé que no está tan contenta por estar hablando conmigo, hace poco su novio de dos años y ella se comprometieron. Fue una linda velada, algunos amigos estuvimos allí para presenciar aquella petición.

Cuando vi a Yuta, el novio de Sorn, agacharse y ponerse sobre sus rodillas cuando ella se giró a saludar a los padres de él y llamarla para que ella lo viese inclinado sobre sus rodillas con una caja de color negro y un brillante anillo dentro, supe que la adoración y el brillo peculiar en los de él eran tan sinceros y reales que recordé la noche en la cual JungKook me pidió matrimonio. Sus oscuros ojos no eran brillantes, era imperceptible alguna emoción o sentimiento en aquella mirada, no siempre una sonrisa irradia felicidad, en ocasiones se puede disfrazar, pero no significa que sean la realidad.

No he salido con nadie durante estos últimos meses, ya van casi ocho meses, no me siento dispuesta a volverme a arriesgar en una relación. Jennie, una compañera de la universidad que considero cercana, me ha dicho que es normal, que no es raro que ahora no confié en alguien, dice que con el tiempo volveré a hacerlo, aunque en realidad no quiero volver a creer o confiar en alguien. 

Empiezo a contemplar la idea de estar sola hasta el final de mis tiempos, suena tonto, pero es algo que no suena tan mal. No me preocupare por mis sentimientos, no tendré espacio para ellos si me concentro bien en mi trabajo, y en el postgrado que quiero sacar en la universidad. Estudios y trabajo, lo único que podré manejar sin salir herida emocional y físicamente.

— ¿Quieres cenar conmigo esta noche, Lisa? —  Miró el grupo de papeles sobre mi escritorio, son un par de montañas con grupos de 14 documentos. Hago una mueca, no creo salir temprano de esta oficina por el día de hoy.

— Sorn, no creo poder. —  Suspiro. Hace tanto que no nos vemos. —  ¿Te parece este sábado? Podríamos ir a desayunar,— Propongo, esperando una afirmativa. — ¿si?

— No puedo. — Contesta. Me hace sentir mal, hace tanto no podemos vernos por mi trabajo, en cierta manera es bueno que ocupe mi tiempo y no me permita pensar en ciertas cosas demasiado, pero no lo es tanto cuando no puedo ver a mis amigos.  — Haré un viaje con Yuta, —  Cuenta emocionada. — quería contarte eso esta noche. 

Kick it » taeliskookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora