22

239 51 10
                                    

Mi próximo paquete está listo para cuando él llegue-- bang a
tiempo.
Es el más audaz todavía, y sé que es estúpido y grosero y él lo odiará, lo cual es totalmente bueno y pondrá fin a esto de una vez por todas. He gastado más de lo que debería-- sólo para mostrarle quién
manda.

No lo necesito en mi cabeza mientras me masturbo. Lo que necesito es afirmar mi superioridad y restablecerme como el bombón
de la universidad.

Sé por Mike que Yoongi ha visto al médico y al encargado de
alojamiento. El se alojará dentro de un par de semanas, lo cual es
bueno porque significa que no vendrá más aquí. Esto es bueno. Lo es
totalmente. Mike está muy contento y dice que es mi influencia.
Yoongi se ve un poco mejor que cuando lo vi por última vez, además
de que le está sonriendo a Mike.

Quiero tanto que él me sonría así.
Quiero complacerlo.

Él es simplemente impresionante. Él se ve puro y exótico--
arrancado de un jardín asiático en una montaña y enviado aquí para
mostrarnos lo frívolos que somos todos.

-¿Qué tal?- es todo lo que puedo hablar, y sé que me estoy sonrojando. ¿Por qué me sonrojo por él? Estoy tan confundido.

-Hola, Jimin. Me gustó tu libro... mucho. Gracias.

Esa cortesía pasa a través de mí, dejando un rastro de calor y
hormigueo mientras miro hacia abajo y hago crujir las bolsas. Quiero
agarrarlo y ponerlo en su lugar, pero quiero más su alabanza y gustarle.

Estoy tan confundido, mi cabeza de perfecto cabello duele. De alguna manera logro mirarlo a través de la desolación de mi vida, y me encuentro sonriendo de nuevo. Todos mis planes de permanecer al margen sólo colapsan, junto con lo que queda de mi orgullo.

Él se inclina, aprieta mi brazo, y el mundo se detiene. De repente
no me importa quién soy, ni su falta de clase. Todo es irrelevante.
Yoongi nunca toca a nadie, nunca. Me he dado cuenta de eso y también Mike. Hablamos en la supervisión de cómo probablemente
tiene problemas y cómo un montón de personas sin hogar reciben abuso en las calles, pero aquí está él, tocando mi brazo- aunque sea
brevemente.

Su toque me hace sentir tan avergonzado de lo que me he
convertido que de hecho mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas.

Soy el Chico Maravilla-- no necesito su alabanza. Una docena de parpadeos y puedo lograrlo. Tengo que parar esto. Él me está mirando, todo tímido y curioso, y tal vez preocupado. Pensará que es él.

Quiero gustarle.

¡No quiero gustarle! Quiero que admita que soy mejor que él.

-De nada. No me costó nada. ¿Lo leiste?

-Sí, por supuesto. Amo a Dickens- más crujidos mutuos de bolsas mientras le entrego su nuevo paquete.

-¿Oí que tienes una cita de vivienda?

- Sí. Me diste esperanza- se inclina hacia adelante y me siento tan honrado. Él quiere decirme algo. A mí. Ojalá el mundo se detuviera y pudiera estar para siempre aquí, retenido en la atención de Yoongi y digno de este momento. -Que había olvidado- su susurro me hace inclinarme hacia adelante y mirarlo fijamente.

Él luce como el mundo entero que no tengo.

Él luce como bondad y sostener manos y comer pizza juntos en la
cama. Todas las cosas estúpidas que nunca quise. Si sólo fuéramos él y
yo, tal vez podría tener esas cosas, pero no lo es. Ni siquiera puedo
pensar en lo que la gente diría si saliera con él. Sería el payaso de la
universidad.

La ola de anhelo es tan intensa que duele. Lo deseo desesperadamente-- pero él sólo está hablando de un estúpido libro, y tengo que recomponerme porque eso es lo que uno hace.

No puedo apartar la vista de esa mirada. Su ceño se frunce
ligeramente eliminando toda mi pretensión y, aunque no hay manera
de que él pueda saber lo que estoy pensando, vuelve a apretar.

-Había olvidado que todavía hay buenas personas y razones para
vivir. Gracias.

Oh Dios mío, casi me desplomo del todo y sollozo justo allí. Evitar que esa lágrima se deslice se convierte en lo más importante que haga, aunque no puedo conseguir una sonrisa de vuelta.

-¿Jimin? Tú eres un buen chico.

Mis pantalones responden a esta ridícula declaración y tengo que
luchar para mantener mis labios pegados.

¿Cómo llegué a esto? ¿Buen chico?

Tengo que mantenerlo hablando. Si puedo simplemente detener que se vaya, tal vez estará bien. Este razonamiento no tiene sentido,
pero es todo lo que tengo en este momento.

-¿Vas a venir a la cena de Navidad? Por favor, ven- no quise suplicarle, realmente no lo quise. ¿Qué pasó con mi orgullo?

-Lo vi anunciado. No soy bueno con mucha gente, y además mi
evaluación de vivienda es a las doce. Tengo las llaves de mi nuevo
departamento. Pero gracias.

-¿Por favor?- Oh, Jesús. Detente.

Él ríe, sólo una pequeña cosa silenciosa que se acaba en segundos,
pero es tan hermosa que mi cara se une.

-Tal vez. Pensaré en ello.

Hay veces en que uno puede saber cuándo alguien quiere decir
algo. Un flujo de aire se articula y esa pausa se hace más grande y más
grande.

-¿Jimin? ¿Estás bien?

El momento cuelga allí, y en realidad considero decírselo. Pero finalmente, y después de demasiado tiempo, asiento y él empieza a alejarse.

Quiero impedir que se vaya. Quiero correr detrás de él y rogarle
que me mire así otra vez y me haga importar, pero no puedo. Ni
siquiera sé lo que quiero.

Lo encuentro más tarde en mi casillero-- una estrella de papel
aluminio plateado. Me quedo ahí, acunándola en mi mano, tanto
tiempo que Mike me encuentra allí y me da palmadas en el hombro.

-Él es bueno, ¿No es así?

Un asentimiento es todo lo que puedo manejar.

La invasión de Yoongi. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora