El Día A Día De Dios

¿Que hacer?

Después de varios días logré despertar, y me di cuenta que pasaron días ya que la luna había cambiado de posición y de forma, sabiendo aquello medite sentada que hacer, a lo lejos mis ojos captaron una silueta lobuna, era imponente y bastante intimidante, sin embargo no sentía miedo alguno.

- ¿Buscas comida? - Dije cuando estuvo cerca mío, la fiera sin entender mi falta de miedo se comenzó a destransformar en un humano - ¿Qué querías hacer? ¿Comerme? - Pregunte una vez terminado de convertirse en un ser humano.

- Sobrevivo de carne, pensé que estabas demasiado herida para defenderte pero luego me di cuenta que eras un ángel... Es extraño encontrar angeles en la Tierra... ¿Qué haces aquí? Y ¿Por qué estás herida? - Era un licántropo, un descarado licántropo.

- Eres muy hablador... Deberías ser más cuidadoso a quien diriges tus preguntas - Era alguien de mí mismo tamaño, un niño.

- Y tú muy poco amable ¿Acaso fuiste castigada? Y por eso evitas mis preguntas - Que molesto es.

- Quizás - Respondí desganada, ahora recordando mi situación tan penosa.

- Está bien cometer errores, tal vez no estabas destinada a ser un ángel, Dios no comete errores, querida - Fui una desagradecida con mi padre, ahora recuerdo lo miserable que soy.

- Simplemente no merecía estar en ese puesto tan preciado - Todo mi cuerpo tembló y me abraze para no llorar a causa del dolor corporal.

La lluvia repentina y potente callo cualquier palabra que pudieramos agregar.

Solo su abrazo pude sentir, su abrazo lleno de afecto y calor hogareño.