Amor entre ordenadores. Is it love Colin.

Mudanza

Lisa ha estado encantada de que me haya gustado el departamento y que, a partir del fin de semana podremos ser roomies. ¡Menuda suerte que he tenido!. Y pensar todo el tiempo en el que no conseguí empleo en mi ciudad,  y aquí en menos de dos semanas tengo un excelente empleo, un precioso departamento y una naciente gran amistad con una chica genial como Lisa.  Espero no estar hablado muy fuerte al teléfono, pero ¡estoy súper emocionada!. 

-¡Eres la mejor, Lisa!.

-¡No exageres!. Igual necesito quien me ayude a pagar la renta y me viene de perlas no tener que pagar ni un mes completo yo sola.

-Oye, no quiero ser impertinente, pero... ¡Si tuviera un novio como Alex estaría viviendo con él a las dos semanas!. -Silencio incomodo-. 

-No quiero hablar de Alex, Victoria -su tono suena seco-.

-Ok, disculpa. No quise ser impertinente.

-Bueno, hablamos mañana en el trabajo ¿vale?, sigo en el cóctel y a Ryan no le va a agradar la idea de que no cumpla con mis funciones por estar al teléfono.

Y sin decir nada más, cuelga. ¡wow!, creo que he sido muy abrupta al admirar a su novio. Nota mental: No le halaga que se reconozca a semejante ejemplar atrapado, ¡le cabrea!, no hacerlo otra vez y babear discretamente por las esquinas cuando vuelva a verlo.

Me meto en mi cómoda pijama de seda y entro a la calentita cama con un nivel de estrés mucho más bajo, sonrío como tonta y me prometo que mañana mismo, en cuanto salga del trabajo, empacaré,  pagaré la cuenta del hotel y me iré a mi nuevo departamento. El sueño llega casi de inmediato.

En ese maldito sueño, el insoportable, bipolar y sexy compañero de trabajo me sostiene nuevamente por la cintura, y luego de bajarme otra vez tan sensualmente como lo hizo, acariciando mi espalda, me devora con un beso apasionado y húmedo, al que correspondo hambrienta mientras desabotono su camisa.

La alarma suena justo antes de que cometiera una estupidez, ¡joder!, debo estar ovulando... Ni siquiera estuve pensando en él en ningún momento.

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En cuanto veo a Colin, entre lo que soñé, la situación incómoda de ayer y todos los roces del pasado, me siento tan incómoda como siempre. Sin embargo, noto que él hace un esfuerzo por no comportarse tan gilipollas como en los días anteriores, e  incluso el día de hoy me deja trabajar en el ordenador mega elite casi toda la jornada.

Una ventaja que he de reconocerle, es que usa todo el tiempo sus cascos y no invade todo el espacio del despacho con su música estruendosa, y que además es muy independiente y eficiente  en el trabajo, dice lo que tiene que decir, de forma clara y concisa cuando tenemos que comunicarnos,  lo que nos evita silencios incómodos o conversaciones forzadas. Después de todo no será tan difícil trabajar con él. 

Decidí comer en el despacho, mientras se terminaban de descargar algunos archivos, y me dio la impresión de que Colin pensaba salir a comer algo y finalmente también se quedó en el despacho, aunque no cruzamos palabras ¿será que tiene algo que esconder?, ¿o solamente está tratando de relacionarse un poco mejor conmigo?, de cualquier forma, aunque se quitó los auriculares no hablamos más de dos frases. 

Finalmente, un par de horas antes de terminar la jornada  se despide con un movimiento de cabeza, supongo que debe tener cosas importantes que hacer en otra parte de la empresa... Aunque luego se coloca su chaqueta y eso me hace creer que quizá tiene autorizado salir temprano el día de hoy.