Colin es un Pilar muy importante en la empresa para ma que trabaja, sin embargo le ha dicho a su jefe en repetidas ocasiones que para él, lo más importante es la música. Tiene una banda junto a dos de sus amigos y cada vez se está haciendo más re...
Ese tío está loco, ¡no hay más!. Me pregunto porqué se ha molestado tanto por el hecho de que le haya dicho a la señorita Sparkle nuestras diferencias.
Es decir, entiendo que chivarse probablemente no fue lo más maduro por mi parte, pero sinceramente ¡ese tío me pone de los nervios! y no puedo darme el lujo de perder esta súper oportunidad laboral, ¡es la Carter Corp!.
De ahora en delante, trataré de tener el mínimo contacto con él, claro, en medida de lo posible dada nuestra peculiar relación de trabajo, la que por cierto ya no termina de quedarme clara... Me dijeron originalmente que seríamos colegas, pero los comentarios de toda la gente del departamento y ahora de la jefa de recursos humanos... Todos están convencidos de que le voy a reemplazar, además de todo, parece que Colin no es muy apreciado por aquí, asi que reemplazarlo tendría bastante lógica desde la perspectiva de salud laboral, y por triste que parezca, tras este corto tiempo tratándolo puedo entenderlo
Al llegar a la máquina, tras pensarlo quizá demasiado ante la excelente variedad de tipos de café que hay (soy una amante del café y me gustan todos los estilos), presiono el botón de capuccino vainilla y disfruto del delicioso aroma que despide mi café al estar siendo servido. Me debato entre no llevarle nada a mi estúpido colega, por ser tal y como es. O por el contrario, llevarle algo como una ofrenda de paz y poder comenzar nuevamente... Siento a pesar de todo un poco de culpa por quitarle su sitio en la empresa.
Es una difícil decisión, además de todo, porque no tengo idea de la forma en la que él irá a reaccionar en cualquiera de los casos, pero finalmente me decido por intentarlo y llevárselo.
Le llevo un americano, es sencillo, un clásico y a todo el mundo le gusta (eso creo, ya que aunque no lo entiendo hay gente a la que no le gusta el café), guardo un par de sobres de edulcorante en mi bolsillo y emprendo el camino de vuelta a mi piso.
Al entrar, lo encuentro nuevamente sentado tras la pantalla del sofisticado ordenador, lleva unos cascos puestos y escucho el estridente sonido de lo que parece ser algún estilo de música metal.
Me coloco a su lado y dejo suavemente el café en el escritorio. Sus iris azules se dirigen a mi rostro y muestra una sonrisa de lado, a la vez que se quita los auriculares.
-No pensé que lo fueras a traer.
-De nada -levanta una cena.-
-Gracias. ¿Puedo saber qué sabor elegiste para mí?.
-Americano.
-¡Vaya!, inteligente, guapa y aparentemente psiquica. Tal vez no sea tan malo compartir mi sitio contigo después de todo -Da un sorbo a mi café mientras yo espero no verme así, (aunque mi mente si lo hago...)-
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Pienso en alejarme y sacarle a discreción una cita con el psiquiatra, definitivamente es bipolar.
-Traje sacarina -le tiendo los sobres-.
-Lo prefiero amargo, no me van las cosas dulces.
-Supongo que no me sorprende.
-Algunas cosas dulces me gustan... y bastante, Anderson -me encojo de hombros.-
-¿Qué tareas hay pendientes para el día de hoy?... Me gustaría ponerme a ello.
Me pidió que revisara un par de cosas y le diera su opinión al respecto.
Pasamos el resto de la jornada en silencio, o al menos él con tremendo escandalo a todo volumen en los auriculares y su estruendo resonando cerca de mi.
Sinceramente, salvo un par de ideas más que tengo para aportar al sitio web, no hay mucho que hacer. El chico es bastante bueno y evidentemente es un crack en su trabajo.
Al terminar la jornada tomo mi bolso y mi abrigo, espero tener la oportunidad de buscar apartamentos como máximo el fin de semana y sobretodo, encontrar rápidamente uno.
Vivir en un hotel, aunque no sea de lujo es bastante caro, y además planeo traer a mi madre a la brevedad a vivir conmigo. No puedo dejarle sola en ese estado.
-Hasta mañana señor Spencer.
Sonríe burlon y va a decir algo cuando alguien toca un par de veces la puerta y luego abre sin esperar antes la respuesta.
-Victoria ¿te llevo a casa?.
-Eres muy amable, Matt pero no es necesario, gracias.
-Un pajarito me dijo que eres nueva en la ciudad y sería un placer darte un recorrido.
-Que sutil, Ortega -lanza Colin-.
-¿Día difícil?, amigo...
Colin no dice nada más y tras tomar su chaqueta de cuero sale del despacho sin agregar nada, ni siquiera mirarnos.
Suspiro entre cansada y exasperada.
-¡Vamos!, fue un día difícil para ambos y me vendría bien un poco de compañía amable, permíteme invitarte a cenar aquí cerca.
-No quiero ser una molestia, Matt además...
-Una molestia será para mí si te niegas ¡di que sí! -vuelvo a suspirar.-
-¡Esta bien!, gracias.
Y tras abrir la puerta para mi en un gesto caballeroso, pero con un exagerado y divertido movimiento a la vez, me hace reír un poco y comenzar a relajarme por primera vez en el día.
---Narra Colin---
He quedado con Adam en el bar del hotel en el que trabaja, pero ya que aún no se desocupa me dirijo a la barra y pido una cerveza para esperarle.
Ha sido un día de lo más interesante y debo admitir que Victoria Anderson me atrae más de lo que debería, no solo es hermosa... Es brillante. Pero debo sacarla de mi cabeza antes de que se meta más en ella.
Sé perfectamente que un romance laboral nunca termina bien y que además, yo tengo una maravillosa novia a la que jamás le quiero hacer daño.
Cuando finalmente mi amigo aparece, me pide que lo acompañe a un par de pendientes en la ciudad, ya que su auto se ha descompuesto y por eso me ha pedido que venga.
Accedo y salgo a la calle mientras el se despide de un par de camaradas que no son muy de mi agrado y me quedo de piedra al ver que Matt se estaciona fuera del hotel y cuando baja, le abre la puerta a ella.
-¡que les den!, ¡a mi no me importa!... Pero el resto de la noche me encuentro de malas y pensando en ellos bajo las sábanas.
