SUNSET - ATARDECER / Aristemo (TERMINADA)

XXII

NOTAS AL FINAL ES IMPORTANTE LEERLAS  !!

PROV CUAHÚTEMOC

En ocasiones la gente piensa que la vida pasa muy lento, cuando eres niño mueres por ser adulto, cuando eres adolecente de igual manera quieres ser adulto y cuando eres adulto quieres llegar a la vejez para poder tener tiempo para ti, el tiempo corría muy lento al momento de envejecer, sin embargo cuando tenías una enfermedad terminal todo se volvía demasiado rápido. Ese año se me había escapado de las manos y descubrí que mi vida también había sido así, sin embargo la disfruté, hice que valiera la pena, cada día, cada segundo, cada minuto.

Pronto el tiempo se agotaba, estaba consciente de ello, mi cuerpo estaba cansado y mi corazón latía en mi pecho con sus últimas fuerzas, sabía que pronto sería el final de todo, a esas alturas no me sentía asustado, en el último mes había logrado ordenar mis cosas, primero me encargué de todo el papeleo de la fundación, Mateo mi amigo y mano derecha se quedaría encargado de todo, por lo que ahora mis hermanas la llevarían en orden junto con él para poder seguir ayudando a mucha gente, Diego mi mejor amigo días atrás había realizado una boda muy express e íntima solo porque me hizo prometerle que estaría en su gran día, no le importo que le dijera que debía ser a su manera, él me dijo que mientras estuviera ahí como su padrino todo iba a ser maravilloso y así fue dejándole ese regalo como despedida.

Poco a poco también me había despedido de mi familia, comencé con Pepe, le agradecí por cuidarme, por amarme tanto y le hice prometerme que cuidaría a todos aunque no estuviera presente, con Guadalupe y Ana hice lo mismo a la última le agradecí que no abandonara a Aristóteles con respecto a la música y a mi hermana mayor que cuidará de mis calcomanías cuando no estuviera, me despedí de Sebas diciéndole que no haga más travesuras y también de Axel quien dijo que cuidaría de mi familia, me despedí de mis tías Chela y Candy las cuales les agradecí por ser unas madres para mí, les dije que cuidarán de Aristóteles como si fueran las suyas y estaba seguro que a él nunca le faltaría ese amor maternal que tanto necesitaba en ocasiones, también me despedí de todos los Córcega incluyendo a mi suegro Audifaz el cual me hizo prometerle que le saludaría a mi suegrita en cuanto la viera en el más allá, me despedí de mi cuñado, para luego terminar con mis calcomanías, Julio prometiéndome cuidar a Lupita y está ultima me hizo prometerle que estaría ahí en su boda con David aunque ella no pudiera verme, le agradecí a Susana y me prometió cuidar a Papancho, me despedí de mi padre una tarde mientras ambos platicábamos y llorábamos, solo me faltaba una persona por despedirme y ese era la persona más importante de toda mi vida...mi Tahi.

Ese era la despedida que más me iba a costar trabajo, al final de cuentas ¿Cómo dejas ir al amor de tu vida? Ningún ser humano está listo para este tipo de situaciones, ningún ser humano está listo para dejar ir a la personas que más te ha hecho feliz sobre la faz de la tierra, pero en ocasiones es necesario soltar para poder irte tranquilo, sin ataduras, sin arrepentimientos, tenía tanto que decirle a Aristóteles, tanto que agradecerle, sólo no encontraba el momento ni el lugar indicado y mi estado de salud no ayudaba en lo más mínimo.

En él último mes iba perdiendo poco a poco las fuerzas, ya no podía sentir mis piernas ni soportar mi propio peso, por lo mismo Ari era el que me ayudaba pasándome a la silla, a bañarme y a trasladarme por el interior de la casa. Mi cansancio era máximo, muchas veces ya no quería levantarme de la cama y dormía la mayor parte del día, poco a poco el dolor de mis articulaciones aumentaba y sabía que era cuestión de tiempo antes de acudir a la morfina para hacerlo tolerable, el apetito había desaparecido, yo que era un amante de la comida ahora comía una o dos veces al día si tenía suerte, sabía que me estaba apagando cada vez más y que el momento de decir adiós se acercaba, pero no tenía miedo, una parte de mi sabía que no estaría solo porque sentía cerca a mi madre, percibía que me estaba acompañando y ya no podía posponer más tiempo el despedirme de mi Tahi.