Epílogo.

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Hoy dolores largos... Y uno piensa; ¿cuanto duran?

A Valentín jamás le gustaron los hospitales, funerales y mucho menos los cementerios.

Odiaba ver a la gente despedirse de quién reposaba en el ataúd. Odiaba llorar y que lo vieran. Odiaba tener que recibir abrazos y un "Como lo siento, Valen" por parte de familiares y amigos.

Odiaba tener que despedirse de Manuel.

Apenas y veía todos los rostros presentes, apenas y entendía lo que le decían, no sabía ni donde estaba, todo era tan confuso, se sentía mareado, cansado y con sueño.

Sus ojos le ardían, sus párpados estaban hinchados y rojos, sus ojeras eran notorias y su semblante era triste.

El trayecto al cementerio fue tranquilo y largo, a grandes rasgos.

Los lamentos de la madre de Manuel estremecían la piel y Valentín no hacía más que respirar profundo y acomodarse las gafas de sol.

Familiares y amigos estaban ahí, haciendo compañía alrededor del ataúd de Manuel, este estaba listo para ser introducido a la fosa correspondiente.

Pero antes, llamaron a Valentín para decir unas palabras, él con todas las fuerzas que le quedaban se acercó y puso su mano sobre la madera fina del ataúd donde estaba Manuel.

Se quedo callado por largos minutos, no sabía por donde empezar y tenía miedo de tirarse a llorar... Pero finalmente habló.

Todos conocimos a Manuel en sus mejores momentos... — Inicia sin apartar la mirada del ataúd —. Los pibes de la escuela, los de la plaza, los de la fms, su familia, yo... — Murmura y cierra los ojos, sintiendo como se llenan de lágrimas —. Y a pesar de que lo conocí en sus mejores momentos, creo que jamás lo sentí tan él más que en los últimos días de su vida... — La primera lágrima cae por su mejilla, los sollozos de unas cuantas personas no se hacen esperar y Valentín muerde su labio con fuerza para evitar llorar más —. Estuve ahí, a su lado y jamás vi una sonrisa tan sincera de su parte como las que me daba a mi diciéndome que todo estaría bien. — Sorbe su nariz y niega lento —. No le puedo decir algo a él ahora, porqué cuando pude decirle algo se lo dije... No me lamento de nada, más me lamento por el hecho de que sé que jamás volverá a enredarme en sus brazos, sé que jamás lo voy a volver a ver sonreír, sé que jamás llegare a su casa y él bajara las escaleras para recibirle, sé que jamás volverá a mencionar alguna rima épica que pocos entienden... — Algunos amigos ríen nostálgicos ante ese comentario y Valentín asiente lento —. Sé que jamás lo volveré a ver despertar por la mañana y alegrar el día de todos. Y es doloroso, tanto que aún espero encontrarlo en su casa tirado en su cama... Trato de engañarme pero es difícil, pero es más fácil que tener que aceptar el hecho de que no lo veré más. — Valentín pasa su mano libre por sus mejillas y las limpia —. Justo hace tres días estábamos juntos en su casa, él sonreía y bromeaba, lo besé y lo abracé, le dije que lo amaba y él me dijo lo mismo. — Su voz se entre corta de apoco, se va a caer de pura tristeza —. Y le voy a llorar ahora que no estará más, le voy a llorar mucho porqué se que lo extrañaré, sin embargó él no querría eso. Y a pesar de que ya no esta, yo voy a seguir con su recuerdo vivo dentro de mi corazón, e ira a mi lado, lo sé porqué él me lo dijo y yo le creó porqué él jamás me engañaría... — Se queda callado y ahora sí llega la parte donde sabe que su corazón terminara de romperse, se acerca al ataúd y deposita un beso sobre la madera — Siento que éstas aquí aún que no pueda hablarte y ahora tu calor me acompañara a todas partes. — Murmura solo para él mismo, se aleja del ataúd sin muchas ganas y posteriormente empiezan a bajarla por la fosa de tres metros de profundidad —.

Era una total tortura.

Las semanas siguientes fueron una tortura.

Las noches siguientes fueron una tortura.

Los meses después fueron incluso peores.

A veces se le olvidaba que que Manuel ya no estaba y lo llamaba al celular como si le fuera a contestar, al darse cuenta un pequeño vacío se le abría en el pecho.

Muchas veces espero un mensaje de Manuel, lo que fuera, leía sus conversaciones y vea sus fotos, fotos que jamás el público conocería.

Y también lloró muchas noches e incluso durante el desayuno o la comida o la cena empezaba a llorar.

Lo extrañaba muchísimo y a veces no creía que sobreviviría sólo.

Habían pasado dos meses y dos semanas exactamente, ahora estaba en El Plaza Condesa, listo para cantar la última canción de la noche. Miro a toda la gente presente y respiro hondo cerrando un segundo los ojos.

No podía seguir así, no podía no dejar en paz a Manuel, él ya no estaba con Valentín y tenía que dejarlo ir.

Su recuerdo iba a permanecer para siempre en el pecho y mente de Valentín, pero ahora le estaba dando el adiós oficial.

Que ahora nada malo va a poder pasarte, que encuentro algo lindo en esto de extrañarte, siento que estas aquí aún que no pueda hablarte, tu calor me acompaña siempre va pa' todas partes. — Canta Valentín seguido de todas las personas presentes, cantan tan fuerte que se escucha afuera —.

Y es ahí, cuando Valentín se despide de Manuel, diciéndole que en algún punto, en algún lado o en algún tiempo ellos se encontraran nuevamente.

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Buenooo bebis esto es el final.

Muchísimas gracias por el apoyo, por los comentarios y por el aguanteeeE

Paz y amor bebis.

look after you; Wosplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora