Capítulo 3: La noticia.

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La celebración en París, esa que hicieron en conmemoración al tercer año sin personas akumizadas estaba a punto de terminar, el sol estaba en el punto más alto y las personas en el parque eran cada vez menos.

Marinette estaba reunida con su grupo de amigos, ese día su madre le había dado una noticia muy importante que tenía que compartir con sus amigos.

Todos estaban ahí, Alya, Nino, Adrien, Alix, Máx, Milen, Kim, Iván, Rosita, Juleka, Luka, Kagami e incluso Marc y Nataniel, era la oportunidad perfecta para decirles a todos de una vez.

—Aah ¿Chicos? —la sensación de nervios que se asentó en su estómago no le gusto para nada, respiro profundamente para disiparla —¡Chicos! ¡Tengo que decirles algo muy importante!

Sus amigos dejaron sus conversaciones de lado para centrar su completa atención en ella.

—¿Sucede algo, Marinette? —Kagami fue la primera en preguntar.

La mencionada asintió confirmando que algo sucedía, ella hizo una mueca que delataban su inseguridad, Alya se acercó para darle una palmada en el hombro a su mejor amiga.

—Tengo que decirles algo y no se por donde empezar —confeso jugando con sus dedos de manera nerviosa.

—Tranquila, amiga —Alya paso su brazo por los hombros de ella a modo de abrazo para darle apoyo.

—Solo dilo —agrego Nino de manera despreocupada.

—Empieza por el principio, Marinette —aporto Adrien a la conversación sacándole una sonrisa a la mayor parte del grupo.

Ella les regaló una pequeña sonrisa antes de tomar una profunda respiración.

—Yo... —suspira —Me voy a ir de viaje por un tiempo... Y posiblemente no regrese hasta después de muchos meses.

—¡¿Que?! —la exclamación en coro por parte de su grupo de amigos le causa gracia.

—A mi madre le pareció buena idea mandarme con una amiga suya, ella vive en Nueva York, según mi mamá son unas “vacaciones” —hace comillas con sus dedos —En lo que me decido a qué me voy a dedicar —explica dándoles una sonrisa nerviosa.

—¿Cuando te vas? ¿Quien te acompaña? ¿A qué hora? ¿Nos vas a extrañar? ¿Es bonito allá? ¿Crees que tú mamá me adopté? ¿Puedo viajar contigo? —las voces mezcladas de sus amigos no la dejaban distinguir de quién era cada pregunta.

—¡Tranquilos! —las preguntas repentinas se detuvieron y ella agradeció mentalmente —Mamá dice que su amiga es muy buena persona, su nombre es May, como ya les dije vive en Nueva York, me iré mañana y nadie me acompañará, es un viaje que debo hacer sola.

Sus amigos se miraron entre si, entendían bien de lo que ella hablaba.

—Que te diviertas, amiga —Alya fue la primera en romper el silencio que se formó con su declaración —Tal vez conoces a algún chico guapo por allá —agrego solo para que Marinette la escuchará.

—¡Alya! —exclamo avergonzada —¡No digas esas cosas! —grito llamando la atención de los demás aumentando su sonrojo.

Después de una hora volvió a su casa dispuesta a pasar algunas horas con su familia antes de partir de París.

Entro a la panadería con calma, saludo un par de clientes junto a sus padres y subió hasta su habitación para terminar de empacar por lo menos hasta que alguno de sus padres le hablara para bajar a comer.

No paso mucho tiempo para cuándo Sabine subió a la habitación de Marinette, la joven aún guardaba un par de cosas en su maleta.

—Hola, mamá —saludo caminando para darle un abrazo.

—Hola, hija —Sabine correspondió el abrazo y al cabo de algunos minutos separó a su hija por los hombros —Cariño, olvide decirte algo sobre tu viaje —dejo una caricia en el cabello de la chica.

—¿Uh? ¿Que olvidaste decirme, mamá?

—Escucha Marinette, mi amiga May tiene un sobrino que vive con ella, tiene tu edad —conto en tono suave su madre.

—¿Que? ¿De verdad? Woah —murmuro con algo de emoción, al menos iba a conocer gente nueva —¿Cómo se llama?

—Su nombre es Peter, cariño —Sabine contuvo una risa al ver la expresión en el rostro de Marinette.

—Peter —repite ella asintiendo —Entiendo, entiendo —murmuro distraídamente hasta que pareció recordar algo y frunció el ceño —Aah mamá, ¿dónde.. donde dormiré?

Sabine se llevó una mano al mentón pensativa, se encogió de hombros viendo a su hija.

—Lo más probable sea que compartan habitación, May no menciono nada.

—¡¿Que?! ¡Pero…! ¡Pero…! —Marinette agito los brazos en el aire buscando que decir.

—Cariño tranquila —ella tomo por los hombros a la chica —Solo son algunos algunos meses, hija —suelta una pequeña risa provocando que la chica marque un puchero.

—¡Mamá! —exclamo en tono de queja —No seas así —remarca aún más el puchero en su rostro.

Sabine de nuevo ríe con suavidad.

—Relajate hija —dejo un beso en su cabello —Baja a comer cuando termines de guardar tus cosas.

Su madre salió de su habitación, Marinette suspiro con una leve sonrisa y se apresuró a terminar de empacar.

Después de comer la chica volvió a su habitación, sentía un poco de sueño así que salió a su balcón para respirar profundamente el aire limpio de París.

Tikki que siempre la acompañaba salió de su habitual escondite para ver a su portadora.

—Marinette —llama la kwami con su tierna y suave voz —¿Pasa algo? Estás pensativa —agrego agudamente.

—Me parece un sueño, tikki —conto con voz soñadora —Aunque me parece algo incómodo pensar en compartir habitación con un chico —su tono se mezclo con una risa que la kwami acompaño.

—¿Cuando nos vamos? —pregunto tikki.

Marinette ríe con levedad por su pregunta.

—Mañana tikki, nos vamos mañana.

—¿Y el idioma?

—¿Ah? —ella frunció el ceño en respuesta.

—Alla hablan otro idioma ¿no? —Marinette asintió antes su duda —¿Cómo vas a comunicarte  con los otros humanos, Marinette?

—No te preocupes, tikki —soltó una pequeña risa —Manejo bien el idioma, no creo que tenga problema.

—Bueno —la kwami revolotea a su alrededor con entusiasmo —¡Espero nos vaya muy bien! —sonrie alegre.

—Nos irá bien, tikki —asiente —Ya lo verás, tengo un buen presentimiento sobre este viaje.

La pequeña criatura vio la sonrisa entusiasta de su portadora y no pudo evitar contagiarse de su buen humor, después de algunas palabras más, Marinette volvió al interior de su habitación m, le dio algunos dulces a tikki y seguido se recostó en su cama sintiendo los párpados pesados al instante.

Somos uno mismo [Editando].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora