Quizá es el momento

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¿Cuándo algo que odias queda en segundo plano a pesar de encontrarse frente a ti?

Algunos creen que debe de haber una magna razón para que algo que les desagrada en demasía sea relegado a un rincón de la inconsciencia. Pues de hecho, si lo piensan bien, no es tan enrevesado. Sólo bastan que sean realizados pequeños actos, como que algo que llame tu atención o que simplemente escuches una cuantas palabras que absorban tu capacidad e intención de hundir bajo tierra ese objeto, situación o individuo que te desagrada.

Hace algún tiempo comprobé eso no forma muy poco grata y gracias a eso la presencia de Cantet se difuminó, como lo hace el pincel con la acuarela que ahora poseo en mis manos.

No he podido concentrarme, no desde sus últimas palabras, y el lienzo que observo, que apenas muestra una mancha purpura, me motiva a perderme más en mis pensamientos sin que siquiera yo ponga un poco de resistencia.

—Tu capacidad de abstracción apesta.

La voz cansada de Jade me hace parpadear.

—¿Mi qué?

—Olvídalo, no sé en que estarás pensando pero soy feliz de permanecer ignorante.

—Sí, soy consiente de eso desde que nos conocimos —ella ríe levemente pero aun así luce como si algo le molestara.

Ahora que tenemos dos días libres por Acción de gracias, nos hallamos frente al pequeño lago perteneciente a Forbes, mirando al horizonte, pretendiendo encontrar algo excepcional e inspirador para plasmar en el lienzo. Al menos eso hago yo. Lo único que logro ver son árboles cubriendo la gran construcción de Princeton.

El clima a cada día que transcurre se está volviendo más álgido para mi agrado, mis dedos entumecidos rodeando el pincel lo demuestran al igual que la pintura que se encuentra creando Jade a mi lado. Al parecer a ella no le es imposible captar los pequeños detalles y mutarlos a algo hermoso.

—Ya ¿al menos vas a pintar algo o sólo mancharás tus pantalones?

Mi mirada desciende hasta mis jeans revelando que hay una variedad de gotas tiñendo la tela gris.

Un gemido de angustia se me escapa.

—Dime que se diluye con agua.

—Se diluye con agua.

—No te creo —paso el pañuelo intentando limpiarme. Grave error.

—Entonces no preguntes, joder —resopla. ¿Y a esta qué le sucede? Jade moja un trozo de tela con un liquido con aroma químico —. Es thinner. Frótalo, no lo dejará como nuevo pero sirve. Créeme, hay peores sustancias que pueden manchar tu ropa —resignada, tomo el trozo de tela y limpio lo mejor que puedo el desastre —. Tú no sirves para esto ¿por qué querías que te enseñae?

—Necesito distraerme —la simplicidad de mis palabras no le sorprende.

—Tú siempre necesitas distraerte, la incógnita es porque lo haces ahora.

No puedo creer que en realidad se atreva a preguntar eso. Con el entrecejo arrugado le envío una mirada acusatoria.

—Sabes a la perfección que me sucede Jade, ya hablamos de eso.

—¿Hablar sobre qué?

—No te queda el papel de ingenua —el sonido de mi voz es más grave de lo habitual. Ella lo nota con avidez y suspira con irritación.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2020 ⏰

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La Filosofía de Bonnie GoslingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora