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Selina en multimedia 

Selina:

Todavía recuerdo la primera vez que vi morir a alguien.

Fui testigo y cómplice de asesinato cuando solo tenía nueve años, testigo porque vi como asesinaban a mi madre frente a mí y cómplice porque vi el momento exacto en que mi padre se cobró la vida de ese hombre esa misma noche.

Había odio, cólera y enojo en su rostro, jamás lo había visto así, mi padre amaba a mi madre y ahora le habían arrebatado lo que más amaba en la vida.

Solo le quedaba yo y desde entonces, después de la depresión por la que lo vi pasar, decidí ser la hija que buscaba.

La Santini perfecta, la hija de un hombre tan poderoso y al que no debía avergonzar.

Haría respetar la familia Santini, estaba dispuesta a hacerlo, llevar hasta lo alto el apellido con el que nací.

Pero esto...

Esto no.

—No.

—Selina...

—No, padre, no voy a casarme con Beau.—Repito sin creer lo que escucho.

—Lo siento, cariño, pero eso no lo decides tú.

—¿Por qué me haces esto?.—Pronuncio confundida.—¿Acaso no habías ofrecido mi mano ya a los D'Angelo?

—No oficialmente, lo discutimos.

—Pues estoy dispuesta a aceptarlo.—Exclamo.—Me casare con el hijo menor de los D'Angelo, incluso con el mayor.

—El mayor te dobla la edad.

—Es mucho mejor que casarme con el bastardo de Beau Lombardi.

Un hombre mujeriego, prepotente, engreído, egocéntrico, no acepto casarme con alguien así, mi vida será un infierno.

¿No sé cómo puede imaginar que sea feliz con Beau? Seguramente me será infiel el primer día de nuestra boda o durante nuestra boda.

Nuestra boda, Puajj

—No lo llames así, será tu esposo.

—¿Acaso es mentira? Ni siquiera es un hijo ilegitimo.—Le recuerdo.—¿Vas a permitir que me case con un adoptado? ¿Un hombre que no nació en Apulia ni en ninguna región de Italia?

—Sus padres los acogieron, Los Lombardi no pudieron tener hijos, pero aman a Beau como uno, igual como te amo yo a ti.

Me cruzo de brazos.

Papá se me acerca y se sienta a mi lado.

—Creo que darte todo te ha encaprichado.

—No sería así si no me hicieras casarme con él, un Lombardi.

—Se llevaran bien.—Pronuncia.

—Sí, claro.

—Y Beau ya acepto.

Mis ojos se abren.

—No te odia como crees.

Beau es igual que yo, busca complacer a sus padres adoptivos por todo lo que hicieron por él, no puedo crees que acepte hasta esto.

—Además necesito cerrar este negocio.

—Por el dinero.

Esa palabra ya no me ofende.

—Seremos una de las familias más poderosas.

—Eso tiene sus riesgos.

—Estoy dispuesto a aceptarlo.

Corazones En guerra (#1 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora