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Beau:

Ya debieron haber llegado hace más de tres horas y ella no me responde.

¿Por qué diablos ella no me responde?

Intento llamar una vez más.

¿Acaso sucedió algo de camino a casa?

—Hola..

—Selina..

—Beau, son más de las 12...

—Pensé que llamarías a penas llegaras.

—Lo siento, me sentí mal.

—¿Otra vez?

Esto ya es preocupante.

—Iré mañana con un médico.

—No es necesario. —Me responde. —Ya estoy mejor, solo se me bajo la presión.

—¿Cómo puede estar mejor? Mañana estaré contigo temprano.

Ella no responde.

—Selina..

—Sigo aquí.

—¿Qué tienes?. —Le pregunto.

—Nada, no importa, solo estoy cansada, mañana te veo. —Pronuncia, se queda callada unos segundos. —Mañana tengo algo importante que decirte.

¿Algo?

—Pero será mañana, ahora estoy muy cansada.

Tomo un respiro.—De acuerdo, descansa.








(*)









Voy temprano a casa de los Santini y espero en la sala a que le avisen que estoy aquí, ella aparece y mi primer impulso es abrazarla.

Lo hago aun con el dolor en mi pecho.

—Anoche no respondiste, creí que...

Me detengo al ver su rostro, sus ojos cansados.

—Selina..

—Estoy bien. —Ella me baja la mano.

—No te ves bien.

—Desperté con vómitos, de nuevo. Un doctor vendrá pronto, ya no necesitas preocuparte por eso.

Le sostengo de las muñecas y bajo la mirada a las hojas que trae en sus manos.

—¿Qué es esto?

Sus manos tiemblan. —Es de lo que quería hablarte.

—¿Selina?

Ella me los entrega. 

—¿Qué es?

Aprieta sus labios y mirándome, me lo dice.

—Son los papeles de divorcio, Beau.

Corazones En guerra (#1 Hijos de la Mafia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora